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sábado, 13 de octubre de 2007

¿Anna como regresaste a Rusia?

En recuerdo de esta Anna divina que me trajo a Anna Karenina de Tolstoi, quien ocasionó que fundara mi primer Circulo Literario cuando descubrí a los poetas y los grandes escritores como Dostoieski, quien nos anticiparía el Gulag de Solchenitzin y mi primer poema Prodigios. Por estos días dicte una conferencia sobre la Vida y Obra de Hans Kung, Libertad conquistada que también me llevó a los autores rusos y a Thomas Moro el de la utopía, y vi la película sobre Gurdjeff y se me reveló el Caúcaso que sigue siendo tierra de conflictos para filólogos, cruce de caminos, riqueza petrolera, disputa de cristianos, islámicos, judíos y ateos, que le valio el Nobel a Pamuk, y recordé las glorias literarias y las miserias de esta Rusia amada y despreciada que Anna reveló. Lo que Anna sintió, la pasión por la búsqueda de la verdad, que es lo que nos hace libres, nos lleva a recordar nuestras Utopías, lo que soñamos y no fue Rusia, que se extravió en la estepa solitaria por caminos de servidumbre. Hasta Neruda se equivoco con esa Rusia la que hoy maneja Putin, ese hombrecito pálido, de los servicios secretos de la camarilla de Yeltsin y el Gobierno Indecente y antidemocrático que significan, que fueran capaces de aislar a un humanista como Gorbachov y decirle, la Unión de Repúblicas que usted presidía, ha dejado de existir. Y el Mundo y la UNO no dijeron nada. Y hoy seguimos viviendo las penurias de ese horror y error que significó la URSS y sobre todo en la intervención rusa en Afganistán, en Irak, en Irán y en Siria que hoy vemos amenaza para el planeta y su gente y la de sus rivales la China apoyando a Corea del Norte y sabe Uno, que en este proceso global, a pesar de la UNO, hacen falta mujeres como Anna, que quieran buscar y decir solo la verdad. Me dolió la noticia de la muerte por todo lo bueno y bello que hay en Ella. Quizás también porque no aceptó que no se viva aun, después de 4.000 años, el Decálogo de la decencia del que habla Thomas Mann, que conocimos por Moisés, actualizado en el sermón del monte, desde donde se disparan palabras y amores y ninguna bala, y que aquí en tierras tropicales las FARC siguen todavía en el monte, pero viven como los rusos a base de mentiras y balas. No acepto que a la gente la maten, si me duele hasta la muerte natural, que será esta dictada, en contra del derecho de los Pueblos, del derecho de gentes, por los hombrecitos de gris. Quise escribir de inmediato, pero como los rusos, siguen levantando el muro de la lengua, después el de la creencia, después el de las ideas, después el de la mentira, toca hurgar y busque biografía, pedazos de libros y artículos y de pronto me encontré este, de alguien que tuvo el placer de verle los ojos y lo reenvío. Con Anna entendí, el cuídate mucho, como un llamado a cuidar de la vida, de verdad, la nuestra y la del otro y emprender el cuarto camino transformacional. Mi corazón y mente alcanzaron a preguntar: ¿Anna como regresaste a Rusia? después de haber escrito la Rusia de Putin, porque no viniste a Colombia y estaríamos cantando con Gilbert Becaud, la plaza roja desierta, tomando chocolate caliente como en el Café Puskine......como Natalie, la rusa que te precedió y tenia como Tu el deseo de ser anónima como la sangre y también escribió sobre la mentira y la era de la sospecha, para develar lo no dicho, lo no confesado, experta y periodista, como Anna, en detectar los pequeños crímenes en tierras de Crimen y Castigo. Pensé Anna cometió el mismo "error" de Galán, en tierras de Guerra y Paz. Y me dije Anna viva con Gorbachov y la ayuda del resto del mundo, hubiéramos erosionado a Putin...... y reestablecido la verdad en el reino de la mentira, para ser libres.
La place Rouge était vide
Natalie
Elle parlait en phrases sobres
De la Révolution d'octobre
Je pensais déjà
Qu'après le tombeau de Lénine
On irait au café Pouchkine
Boire un chocolat
La place Rouge était vide.
Carlos Paz, analista polítco, escritor y poeta.
Texto escrito en homenaje a Anna Politkovskaya, Bogotá, Octubre de 2006.

viernes, 12 de octubre de 2007

La sombra del libertador

Bolívar, siempre presente en su Plaza, impávido asistió al Día Nacional del Genocidio de la UP, 2800 muertos que el cielo lloró con lluvia en una tarde sombría.
Foto by Búnker. El Libertador en la Plaza de Bolivar. Bogotá, octubre 11 de 2007.

No todo es de ellos

Casi todo en el país es paramilitar, pero no todo es paramilitar. Casi toda la tierra productiva es de ellos, pero no los amaneceres de esas tierras, ni el clima incontrolable, ni los pájaros que logran escapar a sus balazos impíos.

Muchos políticos son de ellos, el tercio de congresistas que reconocen, las decenas de alcaldes y gobernadores que ganaron elecciones como candidatos únicos. Pero no la vieja y nueva manera de hacer política de los indios nasas o paeces, que en dos semanas les arrancaron secuestrados y prisioneros a las guerrillas y a la Fiscalía, sin siquiera batir sobre nadie uno solo de sus bastones de poder. De los 32 departamentos, 26 son casi de ellos, o por lo menos las cabeceras de los municipios, varias ciudades intermedias y mucha tierra. Pero no les pertenecen las bandas musicales ni los bailadores de salsa ni las casas de la cultura de los pueblos. A ellos les pertenece la más reciente manera de pensar de muchedumbres, el ansia promedio de riquezas fáciles, la creencia de las encuestas en que la guerra se apaga con más guerra. No son de ellos, en cambio, la generosidad imbatible de los campesinos ni el ímpetu de los poetas que aquí se dan debajo de cada piedra ni el heroísmo de quienes resisten a la guerra con una economía de guerra para los hijos. Son de los 'paras' las motos del ruido, las camionetas de vidrios dudosos, las modelos comprimidas en breves telas, las armas lustrosas. No tienen, a su disgusto, los pies de los cuarenta millones restantes, que caminan día a día entre el horror y la alegría. Tampoco tienen a las bellas muchachas sin maquillaje, que estudian y hacen artesanías, que ganan en deportes y en alfabetización de adultos, que van por las pocas calles donde el sol puede aún calentar igual para todos. Ellos tienen la fragilidad de sus primacías, tienen el miedo de ser acribillados por sus compinches, tienen la obligación de dormir engatillados, tienen el escalofrío de mirar en los ojos de sus hijos los ojos de los muertos aserrados de la más reciente masacre. Tienen la casi seguridad de no llegar a viejos, de morir sin saber de dónde vino la bala amiga. Tienen todo, pero no tienen nada. No saben para qué tienen lo que tienen. Son tan pobres que no tienen sino plata".
Arturo Guerreo, periodista y escritor colombiano
Publicado en El Colombiano, sep.29 de 2004.
Foto by Búnker, Plaza de Bolívar. Día Nacional Genocidio UP. Octubre 11 de 2007.