Juan Manuel Roca
A los ojos del toro,
El pánico del torero
Es más leve que el suyo.
Una vez soñé
Que una cuadrilla de toreros
Cruzaba la arena insolada,
Un cortejo
Presidido por la muerte
Que vestía de fiesta.
Era un racimo de toreros
Con el cuerpo
Cubierto de banderillas,
Un alfiletero del diablo.
Ataviado de fulgores,
Con levedad de sonámbulo,
El torero acude al ruedo
“Vestido de jardín”.
Un negro huracán
Envuelto en su pelaje,
Un pequeño dios
De las dehesas y los pastos,
Viste su propio luto,
Llega al horror
Por los oscuros laberintos
De la plaza.
Reo de sí,
Condenado al cuchillo
Por matarifes de gala,
El animal resulta
Como los
Perseguidos del mundo
Forzado a la guerra.
Que su dolor sea
La alegría del tendido
Es un arte por cursar,
Una envilecida asignatura
En la escuela de la imfamia.
Algo conspira
Contra el hombre
En estos ruedos
Que huelen a sangre,
A tarde fugitiva
Y rosas coaguladas.
Bogotá, diciembre 20 de 2015
Mientras en las calles de Bogotá miles de personas protestaban por el regreso de las corridas de toros, en la Santamaría de Bogotá, el llamado torero El Juli daba muerte a uno. FOTO EFE. |