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lunes, 28 de octubre de 2013

Juankamiel: el rey del panal



No importa el lugar, el grado de dificultad o la hora del servicio. Sea de día o de noche va a donde lo requieren con interés y prontitud. Sabe con claridad que un enjambre de abejas disperso no da espera porque puede causar más que un susto. Es apicultor por accidente. Ama las abejas como estas a las flores. Su habilidad es recuperar enjambres, retirar panales y producir la más pura miel de abejas y cera. 

martes, 15 de octubre de 2013

Mi fusil es un arma de paz, dice campesino en Caquetá

Wilson Montalvo Bello no conoce ni sabe quién es Cesar López. 

Me escucha con atención, pero con mirada de incredulidad, cuando le cuento que López es un luchador por la paz que transformó un fúsil en una guitarra para que en Colombia no se disparen más balas sino notas musicales.

Su rostro se ilumina y salta de la incredulidad al asombro cuando le digo que esa arma se llamada escopetarra

Wilson es un adulto que cuida al niño interior que lo habita. Por eso creó un fusil de juguete que, a diferencia de la escopetarra, no dispara notas musicales sino banderitas blancas de paz con un único y claro mensaje: no más armas. 

Me cuenta que lo hizo el 15 de octubre del 2012 reciclando materiales durante una marcha campesina en El Cerrito Huila. Desde entonces su juguete lo acompaña en su predicación de paz. 

Descubrí a Wilson Montalvo por entre el centenar de campesinos que protestaban congregados en el Parque Santander de Florencia, Caquetá, el pasado 20 de septiembre. Protestas versión 2013. Mientras que atravesamos el Parque en busca de un espacio menos ruidoso para conversar, una hilera de personas nos seguía y crecía a cada paso. Todos, atraídos por ese fusil de juguete que resultaba un tanto "exótico" en medio de la protesta.

¿Por qué anda armado?



domingo, 13 de octubre de 2013

Los Alcatraces de la Santander otra vez levantan vuelo

En homenaje a mi colega Germán Danilo Hernández
 fotos by Bun

Siempre que visito a Cartagena tengo en mi memoria un episodio que me ocurrió en 15 de febrero de 1990. Me lo recuerdan los alcatraces, esos maravillosos pájaros marinos que hoy consigo distinguir, pero que en ese entonces confundí de manera inexcusable.

Estaba en Cartagena como enviada especial del Telenoticiero del Medio Día para hacer la cobertura informativa de una cumbre antidrogas, una de las primeras que se hacían para pactar cómo luchar contra el consumo indebido, el tráfico ilícito y la producción de cocaína, es decir, contra el narcotráfico, aunque no se nombraba así.