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viernes, 15 de abril de 2011

Jueza 23 Penal Municipal blinda Libertad de Opinión en Colombia en histórico Fallo


Desde donde la Juez obserserva audiencia
El sentido de la Sentencia proferída el 24 de febrero de 2011, era más que suficiente motivo para querer conocer, de primera mano, la sustancia, la jurisprudencia que recogería y expresaría el Fallo en su integridad al desestimar de fondo y no de forma, los delitos de calumnia e injuria imputados a Claudia López,  y de igual modo, proteger el derecho que tiene un columnista, un periodista, en ultimas, cualquier persona, a expresar libremente su inconformismo en Colombia.

Llegué muy temprano, 30 minutos antes de la hora señalada, pues el 24 de febrero la minúscula sala de la audiencia había estado a reventar y tomar una de las seis sillas dispuestas en las barras, tres detrás del demandante y tres detrás de la demandada, era una lotería que pocos tenían la suerte de ganar.  Eso me dio tiempo de hacer  migas con las dos oficiales de la policía que ya hacían ronda y aseguraban el lugar y, por supuesto “jalarles la lengua” para conocer lo que se sabía y pensaban de su compañerita en desgracia la teniente coronel de la Policía Luz Eugenia Molta Garcés que se accidentó en la madrugada por conducir ebria y con el uniforme de la policía. También, con las señoras trabajadoras del aseo quienes mencionaban como ha venido “gente importante y mucho periodista de la televisión” a los juzgados la semana pasada, eso señorita, “como cuando mataban a un juez acá”. 

Carlos Rodriguez y Luz Marina Monzón, abogados de Claudia López
La Juez Sofía del Pilar Barrera se asomó desde su despacho a la sala de audiencias a las 2:15 minutos de la tarde. Aún estaba vacío el pequeño espacio. La pertinaz lluvia que caía en la zona del complejo de juzgados de Paloquemao tenía retrasados a los abogados de la defensa, a la Fiscal, a la representante del Ministerio público y a la misma Claudia López. Junto conmigo esperaba una mujer de quien, minutos más tarde, sabría que era Lina María Ramirez, la abogada suplente (¿del suplente?) o Julio Andrés Sampedro abogado titular de Ernesto Samper Pizano. Tercera persona en el rol de abogado del acusador en este proceso y última etapa de audiencia. Bueno, penúltima. Pues ya se sabe que el juicio contra la politóloga Claudia López va para su tercer capítulo y una instancia judicial más arriba: Tribunal de Bogotá. (¿Llegará a la Corte Suprema de Justicia?)

En cuestión de minutos y uno detrás de otro fueron llegando todos no sin ofrecer comedidas y comprensivas excusas por el retraso, mientras se trenzaban en amables y cálidos saludos para tomar sus puestos en esta sala de la justicia. Quería acercarme y saludar a la Representante del Ministerio Público de la Personería desde la audiencia anterior, pues pese a que no compartía su solicitud de condena a la acusada, sin duda después de la Juez, había presentado un alegato juicioso, investigado, documentado todo en el ámbito del periodismo y el derecho realmente admirable en contraste al pobre alegato de la Fiscalía y gris defensa de lo indefendible del demandante.

Una vez más y sin brillo Ernesto Samper Pizano el gran ausente. Así fue el 25 de enero cuando se inició la audiencia. Llegó, respondió una pregunta de la Juez y se fue quince minutos después. Un mes después, el 24 de febrero, simplemente no se presentó. Estaba en España. Y hoy cuando se conocería el Fallo que en teoría le ha afectado tanto en su honra tampoco puso la cara ni llegó su abogado titular. Tiró la piedra y escondió la mano. 

Sin que nadie lo indicara, pero como es debido, todos nos pusimos de pie cuando minutos después de que los actuantes se instalaran, ingresara a la Sala la jueza 23 Penal Municipal de Bogotá vestida con un elegante traje añil de dos piezas, su cabello cuidadosamente cepillado, apenas maquillada, dejando ver como se asomaban quizás unos 50 años en un cuerpo, como escribía por estos días Florance Thomas, que está en armonía con un discurso, su discurso que refleja la experiencia vital, el conocimiento y la serena resolución de llamar las cosas por su nombre y en observancia de los derechos.

Esta jurista que se especializó en derecho penal y procesal en la Universidad del Rosario y en pedagogía y docencia universitaria en La Gran Colombia, después de su fugaz paso entiendo, en un medio de información radial poco luego de graduarse en comunicación social y periodismo en la Universidad de la Sabana, leyó un extenso Fallo en derecho y al derecho entre las 2:40 y las 6 de la tarde en punto,  en el que más que proteger, blinda de garantíasa la vivencia plena de la libertad de opinión y de expresión. Una pieza única e histórica en esa materia no solo para Colombia, sino para la región dadala abundante jurisprudencia del sistema interamericano en la Sentencia.

Aunque traté con no muy elevada calidad de transmitir por Twitter el desarrollo de esta audiencia de Fallo, la riqueza de la sustentación basada en la jurisprudencia y providencias de la Convención Europea, de la Convención Americana, de la Corte Suprema de Justicia y de la Corte Constitucional, adobada con una lectura a borbotón y de corrido con entonación plana y escasa vocalización, impedían atender, pensar y reescribir una sola idea.   

Los quince minutos de Samper en Audicencia de enero 24
La ratificación de la sentencia absolutoria y el Fallo jurisprudencial dicen una sola cosa y lo mismo: la Juez no solo no avaló la pretensión de Ernesto Samper Pizano de acallar a la politóloga, periodista y columnista de opinión Claudia López, sino que fue mucho más allá. Fallo de fondo protegiendo la supremacía de la Libertad de expresión y de opinión por encima de la supuesta honra y buen nombre de quien llegó con dineros del narcotráfico a la Presidencia de la República.

En una sección maravillosa, quizás la que más me resultó novedosa, la Jueza expone con abundante sustento jurídico, cómo se construye el buen nombre y honra de una persona. 'El buen nombre no es un derecho inherente a la condición humana sino algo que se gana socialmente, con la conducta'. Y como bien recordaba Claudia López, recibirle dinero a la mafia no es algo conducente del buen nombre. 

El Fallo

En el Fallo (que tan pronto obtenga prometo subirlo íntegramente en este espacio) está construido en tres grandes partes.
Una primera parte la Jueza presenta la demanda leyendo la acusación de calumnia e injuria agravada según se tipifica en el Código Penal y que la Fiscalía General de la Nación presentó en agosto del año pasado.

Una segunda parte, presenta de manera sistematizada y literal los alegatos de la defensa a través de los distintos testimonios presentados. Hay que destacar que el Fallo recoge, casi que como una lección de periodismo, el testimonio presentado por María Teresa Ronderos en el que ella expone claramente la diferencia entre periodismo de opinión y periodismo informativo, señalando además que la libertad de opinión no solo es importante para el periodismo, sino para la democracia. Igualmente, rescata y destaca el testimonio de Eduardo Bertoni, ex relator para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH, si bien más adelante indica que su testimonio no aportó nada sobre lo que se investiga en la audiencia. 

En esta segunda parte, la Jueza recoge tanto testimonios de la defensa (que para mi es Claudia López la ofendida aunque técnicamente el ofendido y demandante es Samper Pizano), trae literalmente lo expuesto por López en su propia defensa, así como los argumentos acusatorios de abogado de Samper, representante del Ministerio Público y Fiscalía.  

Mientras todo esto ocurría y la juez hablaba sin prisa pero tampoco con pausa y tomaba de tanto en tanto agua, o pedía permiso –ocurrió tres veces- de ausentarse, entiendo a su pupitre, para reimprimir una hoja o revisar en el ordenador una frase o una palabra, yo miraba de reojo la única puerta de ingreso y salida del lugar esperando la aparición del Policía que había ido a buscar, según mi aireada solicitud, la normativa que indicaba que no se podía mascar chicle en la sala de audiencias y por tanto o yo botaba el chicle o me iba.

Una tercera parte del Fallo lo constituye la jurisprudencia en la que se basa la Juez para desestimar las imputaciones de calumnia e injuria, ofreciendo un recorrido rico y vasto desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos pasando  por convenciones, sentencias, fallos, normas con un enfoque de garantías y prevalencia del derecho a la libertad de opinión, amén de una juiciosa documentación en el ejercicio puro del periodismo.
Una última parte analiza, con las mismas herramientas, los delitos de calumnia e injuria para señalar como no se configuran en el texto de la columnista y reitera su fallo absolutorio contra la acusada.  

Ah… Regreso el Policía y me mostró en una planilla de madera, esa que alguna vez por snob usamos los periodistas para apoyarnos mientras escribíamos, un papel pegado y plastificado ya mugroso, una orden interna de los juzgados en el que se señala expresamente que no se puede ingresar a las salas de audiencia tinto, comida, gaseosas, agua, pero en ninguna parte se señala o prohíbe mascar chicle. Insistió en que sí. Le pedí una copia y me dijo que tenía que ir a buscarla yo misma. Tampoco me dejé hacer una foto del papel, pero no renuncié a mi derecho de mascar chicle para no sucumbir en el sopor del siempre caluroso lugar.

Una vez la Juez concluye la lectura del Fallo, la abogada de Samper, la Fiscalía y la representante del Ministerio Público manifiestan a la juez que apelaran el Fallo en una siguiente instancia. Así que no hay colorín colorado. Todo lo contrario.  
  
¿Qué sigue?

El Tribunal Superior de Bogotá, que es la siguiente instancia, dirá la última palabra en una nueva y trascendental decisión. Antes del jueves 28 de abril, conoceremos las apelaciones de estas tres partes, y se reiniciará un camino en el que la defensa de Claudia López buscará, en lo fundamental, fortalecer y ampliar el Fallo proferido en derecho y garantista de la libertad de opinión en Colombia.  

¿Es un capricho de Ernesto Samper Pizano, de la  representante del Ministerio Público y de la Fiscalía apelar por segunda vez un fallo absolutorio contra Claudia López por los delitos de injuria y calumnia?

¿Por qué el Estado (Fiscalía y Ministerio Público) persisten en despilfarrar cuantiosos recursos en llevar a un tercer capítulo este proceso que se inició en 2006 y cuyas dos decisiones han sido absolutorias a favor de la acusada?

¿Cómo es posible que por esta vía Samper Pizano solo busque protagonismo o vigencia pública y política a juzgar por su sistemática actitud de importoculismo al no presentarse nunca durante el proceso?

Es un Fallo histórico y no por los protagonistas implicados en el mismo. Como lo he mencionado algunas otras veces, Claudia López ha sido el pretexto  para ocuparnos,  o por menos yo, en comprender mejor de lo que va la libertad de opinión. Esta Sentencia, como explicó con alegría, plena satisfacción y solvencia ética, moral y profesional Claudia López a la salida de la audiencia a cinco jóvenes periodistas radiales que la esperaban, sin duda alguna va hacer parte de la historia del periodismo y del derecho en Colombia.  "Es el primer Fallo que se sustenta y sentencia de fondo sobre la primacía de la libertad de expresión y opinión, versus la supuesta honra y buen nombre de los personajes políticos que pretenden acudir a ella como un mecanismo de defensa penal. Los personajes públicos no pueden y mucho menos los que ostentan posiciones de poder voluntariamente, nadie los obligó a tener esas posiciones de poder y muchísimo menos los que han estado expuestos en su trayectoria política a vínculos con actos delincuenciales o criminales, usar su supuesto buen nombre y honra para a acallar o silenciar el periodismo".

Mi compromiso es subir aquí el Fallo, el de los Sentipensantes que llegan hasta acá, leerlo, estudiarlo y apropiarlo. En su integridad argumenta y garantiza la protección del Derecho a la Libertad de Opinión, un referente además para la región. 

Fotos by Bunkerglo. 

jueves, 7 de abril de 2011

Que vivan los estudiantes jardín de las alegrías

Plaza de Bolívar
Marcha de los estudiantes en Bogotá - Abril 7 
Fotoreportaje by Copyrogth Bunkerglo 12 - 2pm.



 
 

 
 
 
 
 
 
Los había de colegios y también de las universidades públicas y privadas, así que esto no era un asunto como nos han hecho creer algunos medios de información que se trataba de los estudiantes del Sena, la Distrital y la Nacional. No. Allí estaban con sus 20 años y más portando pancartas pero no paraguas los de la Universidad del Rosario, el Externado de Colombia (mi alma mater) los de los Andes, si señores, ellos también y, por supuesto, los de la Pedagógica y el Camilo Torres.
“El pueblo lo dice y tiene la razón, primero lo primero, salud y educación”, “abajo la ley 30” y “no queremos una comerciante como Ministra de Educación”, eran algunas de las consignas que a todo pulmón coreaban los estudiantes que entraban a reñir, un poco, con las siempre conocidas del sector sindical que se agitaban desde la tribuna de la plaza micrófono en mano luego de acartonados y aburridísimos discursos plagados de tópicos con la entonación de siempre. Lo siento. Así lo percibí.
Hablé con algunos de ellos e iniciaba mis conversas de igual manera: ¡Qué vivan los estudiantes jardín de nuestra alegría!, claro, me sonreían y seguro pensaban por un momento quizás, y está loca de donde salió? Acortada la distancia entre la fotógrafa y ellos entraba a explicar que hubo una vez una cantautora chilena llamada Violeta Parra,  que escribió esa canción que dice (y cantaba un poquito), la misma que escribió Gracias a la Vida y que juntas canciones las inmortalizó Mercedes Sosa… Bueno, ni idea. No sabían de esta historia, pero era una manera de decirles cuán importante era que los jóvenes, los estudiantes hicieran uso de su libertad de expresión, de protesta, de derechos. 
No quería saber si estaban o no de acuerdo con las políticas del gobierno y cuáles,  si sabían mucho o poco de la Ley 30, tampoco si la Ministra (léase gobierno) había hecho las cosas al revés: primero presentó el proyecto para luego discutirlo, y menos aún sobre el sentido de salir a protestar junto con los trabajadores reunidos sindicalmente. Hoy esto no tenía la menor importancia. Lo de fondo es que un sentir profundo de malestar de los más jóvenes, del presente y con suerte del futuro del país,  sin distingo entre lo privado y lo público en el ámbito de la educación, se hacían sentir con toda fuerza y decisión.
¿Qué si la Plaza de Bolívar estaba llena? Sí. Lo estaba. O lo estuvo hasta que muchos salimos con un espanta flojos, una llovizna fuerte y corta (2 pm). Para ese momento aún no habían llegado los estudiantes de la nacho ni la Distrital, según informaron desde la tribuna de la concentración, porque la policía había trancado movilización en el Planetario Distrital. Dato que no corroboré pero que lo menciono. 
Si el Bolívar de la Plaza hablara, sería mucho lo que tendría por decir, aparte de expresar su profunda molestia por la constante cagada de las palomas en su cabeza. Desde el 12 de febrero de 1825 no se pierde corrida en el lugar, como se dice popularmente, aunque solo lo diría todo de cara a la justicia y de espaldas a los políticos. Ahora que lo pienso tiene algo de sentido como está ubicado en su monumento. Y bueno. Nunca lo había visto tan festivo como hoy. Un joven empoderó al buen Simón y su espada, con una capa se súpercolombia  y cubrió su rostro con una pañoleta negra. Era el único en la Plaza que se tapaba la cara con un trapo. Bueno, los otros que estaban prestos a hacer lo mismo pero con cascos de fibra, eran los policías apostados en las gradas del Congreso, de la Catedral y de las Cortes.
También se sorprendería, como yo, al ver a la distancia una bandera del M-19 y una pancarta Fanny Mickey, claro, asunto que dilucidé cuando bajé el material fotográfico y descubrí que es el nombre que lleva un colegio, o un penes de tres metros con el nombre de Santos inscrito en su piel y uno más allá de color rosa , normalito, con sus dos huevitos. Y bueno, no notaría que el Congreso de la República cerró sus puertas, o mejor, la única puerta que permanece entreabierta del lado oriental, lo que significa que nadie fue a trabajar en este edificio y tampoco en lo que llaman el Edificio Nuevo a donde funcionan las oficinas de los H. Representantes.  
Como lo mencioné atrás, me marché bajo la lluvia con una extraña sensación de que la expresión colectiva, pública y masiva quizás, una vez más, se levanta no solo para expresar su inconformidad, sino para exigir seamos tenidos en cuenta en las grandes decisiones de Reconstrucción de una sociedad que ha estado muda, pero no ciega o sorda en la última década. Hasta esa hora todo estaba tranquilo y festivo en la Plaza de Bolívar.   Que vivan los estudiantes jardín de las alegrías, son aves que no se asustan de animal ni policía, y no le asustan las balas ni el ladrar de la jauría….






 
 

 



 Me gustan los estudiantes
Violeta Parra

¡Que vivan los estudiantes,
jardín de las alegrías!
Son aves que no se asustan
de animal ni policía,
y no le asustan las balas
ni el ladrar de la jauría.
Caramba y zamba la cosa,
¡que viva la astronomía!

¡Que vivan los estudiantes

que rugen como los vientos
cuando les meten al oído
sotanas o regimientos.
Pajarillos libertarios,
igual que los elementos.
Caramba y zamba la cosa
¡vivan los experimentos!

Me gustan los estudiantes

porque son la levadura
del pan que saldrá del horno
con toda su sabrosura,
para la boca del pobre
que come con amargura.
Caramba y zamba la cosa
¡viva la literatura!

Me gustan los estudiantes

porque levantan el pecho
cuando le dicen harina
sabiéndose que es afrecho,
y no hacen el sordomudo
cuando se presenta el hecho.
Caramba y zamba la cosa
¡el código del derecho!

Me gustan los estudiantes

que marchan sobre la ruina.
Con las banderas en alto
va toda la estudiantina:
son químicos y doctores,
cirujanos y dentistas.
Caramba y zamba la cosa
¡vivan los especialistas!

Me gustan los estudiantes

que van al laboratorio,
descubren lo que se esconde
adentro del confesorio.
Ya tienen un gran carrito
que llegó hasta el Purgatorio
Caramba y zamba la cosa
¡los libros explicatorios!

Me gustan los estudiantes

que con muy clara elocuencia
a la bolsa negra sacra
le bajó las indulgencias.
Porque, ¿hasta cuándo nos dura
señores, la penitencia?
Caramba y zamba la cosa
¡Qué viva toda la ciencia!
(1960-1963)

  

miércoles, 6 de abril de 2011

El principito y el Zorro

"No se ve bien sino con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos", quizás sea una de las sentencias más conocidas del bello, bellisimo texto de El Principito, la metáfora más bonita que siempre recuerdo y que, como en un cuento para niños, (creo que todos lo hemos leído por primera vez en la niñez), es una invitación profunda a pensarnos  en el mundo desde el niño o la niña que llevamos dentro. 

He reproducido aquí el Capítulo XXI cuando el principito conoce al zorro y sostiene un maravilloso, simple, pero trascendental diálogo sobre la amistad, sobre el valor de la vida, en últimas sobre el amor. Un regalo para mis suscriptores y visitantes ocasionales, seguro, todos Sentipensantes. Las imagenes que lo acompañan es parte de un trabajo que vengo haciendo hace cierto tiempo, inspirado también, en El Principito. Tenía 6 años cuando lo leí por primera vez. Hoy hace 68 años su autor, el francés Antonine de Sait-Exupéry lo publicó en 1943 en NY. Seguro recuerdan este capítulo. Disfrútenlo otra vez. 




Capítulo XXI de «El Principito». Antoine de Saint-Exupéry.
Apareció entonces el zorro.
-Buenos días -saludó el zorro.
-Buenos días -contestó amablemente el Principito que al darse vuelta en dirección a la voz no vio a nadie.
-Si me buscas, aquí estoy -aclaró el zorro- debajo del manzano.
-Pero…, ¿quién eres tú? -preguntó el Principito-. Eres muy hermoso.
-Soy un zorro -dijo el zorro.
-Acércate…, ven a jugar conmigo -propuso el Principito- ¡Estoy tan triste!.
-¿Jugar contigo? No…, no puedo -dijo el zorro-. Aún no estoy domesticado.
-¡Ah! Perdón -se excusó el Principito.
Interrogó, luego de meditar un instante:
-¿Has dicho “domesticar”? ¿Qué significa “domesticar”?
-Tú no eres de aquí -afirmó el zorro- ¿Puedes decirme qué es lo que buscas?
-Busco a los hombres -respondió el Principito- Dime, ¿qué significa “domesticar”?

         -Los hombres -intentó explicar el zorro- poseen fusiles y cazan. Eso es bien molesto. Crían también gallinas; es su único interés. Tú buscas gallinas, ¿verdad?

-No -dijo el Principito-. Busco amigos. ¿Qué significa “domesticar”?
-¡Ah!…, es una cosa muy olvidada -respondió el zorro-. Significa “crear lazos”.
-¿Crear lazos?-preguntó el Principito.
-Así es -confirmó el zorro- Tú para mí, no eres más que un jovencito semejante a cien mil muchachitos. Además, no te necesito. Tampoco tú a mí. No soy para ti más que un zorro parecido a cien mil zorros. En cambio, si me domesticas…, sentiremos necesidad uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo.
-Creo que empiezo a entender -dijo el Principito-. Hay una flor… Creo que me ha domesticado.
-Es probable- contestó el zorro- ¡En este planeta, en la Tierra, pueden ocurrir todo tipo de cosas!
-¡Oh! No es en la Tierra -se apresuró a decir el Principito.
El zorro se quedó no menos que intrigado.
-¿Acaso en otro planeta?
-Sí.
-¿Puedes decirme si hay cazadores en ese planeta?
-¡Oh, no! No los hay.
-Me está resultando muy interesante. ¿Hay gallinas?
-No.
-No existe nada que sea perfecto -dijo el zorro suspirando.
Luego prosiguió:
-Mi vida es algo aburrida. Cazo gallinas y los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen como también los hombres se parecen entre sí. Francamente me aburro un poco. Estoy seguro que…, si me domesticas mi vida se verá envuelta por un gran sol. Podré conocer un ruido de pasos que será bien diferente a todos los demás. Los otros pasos, me hacen correr y esconder bajo la tierra. Pero el tuyo sin embargo, me llamará fuera de la madriguera, como una música. ¡Mira! ¿Puedes ver allá a lo lejos los campos de trigo? Yo no como pan, por lo que para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo nada me recuerdan. ¡Es triste! Pero tú tienes cabellos de color oro. Cuando me hayas por fin domesticado, el trigo dorado me recordará a ti. Y amaré el sonido del viento en el trigo…
El zorro en silencio, miró por un gran rato al Principito.
-Por favor… ¡Domestícame! -suplicó.
-Lo haría, pero… no dispongo de mucho tiempo -contestó el Principito-. Quisiera encontrar amigos y conocer muchas cosas.
-¿Sabes…? Sólo se conocen las cosas que se domestican -afirmó el zorro-. Los hombres carecen ya de tiempo. Compran a los mercaderes cosas ya hechas. Y… como no existen mercaderes de amigos, es muy simple, los hombres ya no tienen amigos. Si realmente deseas un amigo, domestícame!
-Y… ¿Qué es lo que debo hacer? -preguntó el Principito.
-Debes tener suficiente paciencia -respondió el zorro- En un principio, te sentarás a cierta distancia, algo lejos de mi sobre la hierba. Yo te miraré de reojo y tú no dirás nada. La palabra suele ser fuente de malentendidos. Cada día podrás sentarte un poco más cerca.
Al otro día el Principito volvió:
-Lo mejor es venir siempre a la misma hora -dijo el zorro- Si sé que vienes a las cuatro de la tarde, comenzaré a estar feliz desde las tres. A medida que se acerque la hora más feliz me sentiré. A las cuatro estaré agitado e inquieto; comenzaré a descubrir el precio de la felicidad. En cambio, si vienes a distintas horas, no sabré nunca en qué momento preparar mi corazón… Los ritos son necesarios.
-¿Qué son los ritos? -preguntó el Principito.
-Se trata también de algo bastante olvidado -contestó el zorro-. Es aquello que hace que un día se diferencie de los demás, una hora de las otras horas. Te daré un ejemplo. Entre los cazadores hay un rito. Todos los jueves bailan con las jóvenes del pueblo. Para mí el jueves es un día maravilloso, ya que paseo hasta la viña. Si los cazadores no tuvieran un día fijo para su baile, todos los días serían iguales y yo no tendría vacaciones.
Fue así como el Principito domesticó al zorro. Pero al acercarse la hora de la partida:
-¡Ah!-dijo el zorro- Voy a llorar.
-No es mi culpa -repuso el Principito-. Tú quisiste que te domesticara, no fue mi intención hacerte daño.
-Sí, yo quise que me domesticaras -dijo el zorro.
-Pero dices que llorarás.
-Sí -confirmó el zorro.
-¿Ganas algo entonces? -preguntó el Principito.
-Gano -aseguró el zorro- por el color del trigo.
Luego sugirió al Principito:
-Vuelve y observa una vez más el jardín de rosas. Ahora comprenderás que tu rosa es única en el mundo. Cuando vuelvas para decirme adiós, yo te regalaré un secreto.
Se dirigió el Principito nuevamente a la rosas:
-En absoluto os parecéis a mi rosa. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Así era mi zorro antes, semejante a cien mil otros. Al hacerlo mi amigo, ahora es único en el mundo.
Las rosas se mostraron ciertamente molestas.
-Sois bellas, pero aún estáis vacías -agregó-. Todavía nadie puede morir por vosotras. Es probable que una persona común crea que mi rosa se os parece. Ella siendo sólo una, es sin duda más importante que todas vosotras, pues es ella la rosa a quien he regado, a quien he puesto bajo un globo; es la rosa que abrigué con el biombo. Ella es la rosa cuyas orugas maté (excepto unas pocas que se hicieron mariposas). Ella es a quien escuché quejarse, alabarse y aún algunas veces, callarse. Ella es mi rosa…
Regresó hacia donde estaba el zorro:
-Adiós- dijo.
-Adiós- dijo el zorro-. Mi secreto es muy simple: no se ve bien sino con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos.
-Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el Principito a fin de acordarse.
-El tiempo que dedicaste a tu rosa, es lo que hace que ella sea tan importante para ti.
-El tiempo que dediqué a mi rosa… -repitió el Principito para no olvidar.
-Los hombres ya no recuerdan esta verdad -dijo el zorro-. En cambio tú, por favor…, no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa…
-Soy responsable de mi rosa… -dijo en voz alta el Principito a fin de recordar…

lunes, 4 de abril de 2011

Yo no me remango el pantalón







Mientras hacía este registro fotográfico al medio día de hoy, un desconocido se me acercó y sostuvimos la siguiente conversación:
- Desconocido: ¿Fuerte, no?
- Yo: sí, muy fuerte.
- D: pero sabe, aquí no hay un zapato de un Papa, o un Obispo, o un General, o un Ministro, o algún empresario o dueño de una Corporación…  No, ellos jamás serán víctimas porque son los victimarios.
- Y: He caminado por entre estas dolorosas hileras de memoria humana y es verdad lo que dice.  Pero tampoco botas de militares.
- D: Yo creo en este tipo de propuestas, de  instalaciones. Usted?
- Y: También yo. Podrían funcionar mejor para sensibilizar que la tal Campaña publicitaria de #remángate. Aunque, quiénes al final pueden ver y sentir esto que confronta?
- D: Cierto. Solamente los funcionarios y empleados que atraviesan con prisa la Plaza de Bolívar. Nadie más. Los de TV votaran con suerte una imagen noticiosa y luego harán cambio, también de prisa, a una nota de farándula. Fin.
- Y: Pero,  usted no se remangó.
- D: Usted tampoco.. ¿Por qué?
- Y: Mire. Creo en los simbolismos pero creo más en que es tiempo de actuar realmente. La solidaridad no puede ser solo un asunto de símbolos una vez al año. Eso es moda, nada más. Exculpación de la conciencia.
- D: De acuerdo. Se termina pareciendo al universal signo de paz que se usó para el desarme nuclear y que todos usan hasta hoy más como una moda que por lo que significa. La gente se sensibilizó más? No lo creo. El asunto es como usted dice: solidaridad. Igual que con la paloma blanca.
- Y: Esta Plaza ha sido escenario de instalaciones y propuestas de expresión de la paz, la violencia, el desarme, las víctimas, los derechos... en fin, todas novedosas, fuertes, importantes que quizás consiguieron tocar el alma de la gente y trascender su mensaje  para que hoy estas personas talvez participen, opinen, formen parte de iniciativas, construyan…  Bueno, siendo optimista claro está…
- D: Pero a ver. Entiendo que de lo que se trata es que no se planten más minas antipersona de un lado, pero de otro siento que lo más importante es atender y rodear de oportunidades a las casi 10 mil víctimas de estas minas. Entonces dígame, ¿realmente sirve y qué tanto este montaje? A propósito, ¿hay algún zapato que haya pertenecido a alguna víctima?
 - Y: No lo sé. Quiero decir, lo de los zapatos. Leí que eran 9.133 que representan igual número de personas víctimas de minas antipersona según registros gubernamentales.  Pero, lo otro es que pienso que todo nos lleva a lo mismo, quiero decir, la violencia, la corrupción, la criminalidad… de un lado, y de otro educación y oportunidades. No se puede seguir apostando y gastando dinero, recursos, tiempo, expectativas en que el conflicto armado se terminará a punta de balas. Los hechos de hoy, que podríamos decir  ya son ya historia contemporánea, así nos lo demuestran...
- D: Mientras tanto los que hacen armas, los dueños de los Estados – imagino que usted no creerá que esos dueños son los gobiernos que están transitoriamente-, sino las  grandes Corporaciones siguen lucrándose, haciéndose más y más y más ricos al precio de guerritas como la de acá… 
Bueno mujer, me dice el anónimo transeúnte mientras recoge sobre su boca dos dedos y en un particular gesto me dice: un beso y adiós…  
Yo seguí en la Plaza un tiempo más, hablando, observando, y ayudando a otros a hacerse fotos bajo este telón sugestivo y brutal. Vestigios de lo que pasa, sigue pasando y pasa.

Barichara, Santander - 2006
Cuando estaba bajando el material recordé a los dos jóvenes en Barichara que irrumpieron una tarde delante de mi auto; a las personas en sillas de ruedas en la marcha contra los paramiliatres en febrero de 2008 en Bogotá. También, la historia que nos compartió @cloquis y su encuentro con Junior en Orocué, un niño de apenas 3 años que perdió su pierna derecha no por una mina antipersona sino por una picadura de una culebra, y la acción solidaria que ella emprendió apoyada en twitter, que sin simbolismo alguno y sin pensarlo la movilizó para tratar de ayudar al niño.
Pero yo no me remango el pantalón para sensibilizarme y recordar que existen estas víctimas. Tampoco porque sea otro día más de esos que proclama la ONU (la misma que va a "salvar" a los libios de Gadaffi a punta de misiles, bombas y todo tipo de ataque militar), día para promover se acabe esta práctica de guerra. Creo que es el tiempo de los actos, de los hechos que ayuden a mitigar de manera efectiva la vida de las personas víctimas de minas antipersona. La Plaza de Bolívar está marcada de huellas, de vestigios, de señas de simbolismos de los que ya nadie se acuerda. Y, en que van las 65 medidas del Plan de acción de Cartagena 2010-2014 del Pacto de minas antipersona?
Bogotá, Febrero 6 de 2008 Foto by Bunker

Prohibida la reproducción del material fotográfico Copyright by Bunkerglo. Abril 4 de 2011.