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viernes, 19 de octubre de 2007

Ernesto Rafael Guevara de la Serna

Roberto, Adelaida, mis muy queridos:
Anoche volví a París desde Argel. Solo ahora, en mi casa, soy capaz de escribirles coherentemente; allá, metido en un mundo donde sólo contaba el trabajo, dejé irse los días como en una pesadilla, comprando periódico tras periódico, sin querer convencerme, mirando esas fotos que todos hemos mirado, leyendo los mismos cables y entrando hora a hora en la más dura de las aceptaciones. Entonces me llegó telefónicamente tu mensaje, Roberto, y entregué ese texto que debiste recibir y que vuelvo a enviarte aquí por si hay tiempo de que lo veas otra vez antes de que se imprima, pues sé lo que son los mecanismos del télex y lo que pasa con las palabras y las frases. Quiero decirte esto: no sé escribir cuando algo me duele tanto, no soy, no seré nunca el escritor profesional listo a producir lo que se espera de él, lo que le piden o lo que él mismo se pide desesperadamente. La verdad es que la escritura, hoy y frente a esto, me parece la más banal de las artes, una especie de refugio, de disimulo casi, la sustitución de lo insustituible. El Che ha muerto y a mí no me queda más que silencio, hasta quién sabe cuándo; si te envié este texto fue porque eras tú quien me lo pedía, y porque sé cuánto querías al Che y lo que él significaba para ti. Aquí en París encontré un cable de Lisandro Otero pidiéndome ciento cincuenta palabras para Cuba. Así, ciento cincuenta palabras, como sin uno pudiera sacarse las palabras del bolsillo como monedas. No creo que pueda escribirlas, estoy vacío y seco, y caería en la retórica. Y eso no, sobre todo eso no. Lisandro me perdonará mi silencio, o lo entenderá mal, no me importa; en todo caso tu sabrás lo que siento. Mira, allá en Argel, rodeado de imbéciles burócratas, en una oficina donde se seguía con la rutina de siempre, me encerré una y otra vez en el baño para llorar; había que estar en un baño, comprendes, para estar solo, para poder desahogarse sin violar las sacrosantas reglas del buen vivir en una organización internacional. Y todo esto que te cuento también me averguenza porque hablo de mí, la eterna primera persona del singular, y en cambio me siento incapaz de decir nada de él. Me callo entonces. Recibiste, espero, el cable que te envié antes de tu mensaje. Era mi única manera de abrazarte, a ti y a Adelaida, a todos los amigos de la Casa. Y para ti también es esto, lo único que fui capaz de hacer en esas primeras horas, esto que nació como un poema y que quiero que tengas y que guardes para que estemos más juntos.
Che Yo tuve un hermano. No nos vimos nunca
pero no importaba. Yo tuve un hermano que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo, le tomé su voz
libre como el agua, caminé de a ratos cerca de su sombra.
No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.
Ya nos escribiremos. Abraza mucho a Adelaida.
Hasta siempre,
Julio
Julio Cortazar le escribió esta carta a Roberto Fernández Retamar el 26 de octubre de 1967. Tomada del libro "Fervor de la Argentina" de Roberto Fernández Retamar.
Foto by Búnker. Tomada a un anónimo pasajero durante recorrido en Metro de Madrid, Junio de 2006.

jueves, 18 de octubre de 2007

No te salves


No te quedes inmóvil al borde del camino,
no congeles el júbilo,
no quieras con desgana,
no te salves ahora ni nunca.
No te llenes de calma,
no reserves del mundo solo un rincón tranquilo.
No dejes caer los párpados pesados como un juicio;
no te quedes sin labios, no te duermas sin sueño,
no te pienses sin sangre, ni te juzgues sin tiempo...
Pero si pese a todo, no puedes evitarlo y congelas el júbilo
y quieres con desgana y te salvas ahora y te llenas de calma
y reservas del mundo solo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados pesados como juicios
y te secas sin labios y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil al borde del camino y te salvas...
Entonces, no te quedes conmigo.
Mario Benedetti
Foto by Búnker Obra en Museo Orsay, París. Junio de 2006.

Uribe tiene que tomar prozac


Los criminales dictan la agenda y el país vive hipertenso. ¿Miente el presidente Uribe cuando acusa a un magistrado de la Corte Suprema de intentar montarle una trampa con ayuda del paramilitar 'Tasmania'? ¿Miente el magistrado cuando sugiere que es falso lo que dice Uribe pues no existe tal conspiracion? Yo apuesto todo contra sencillo a que si alguien miente es 'Tasmania'. Temo que, una vez más, el país pisó la cascarita y marcha al ritmo y compás que le interpretan los hampones y sus abogados. No era nadie 'Tasmania' hace dos semanas. Ahora es personaje. Mañana le dedicarán un programa especial de televisión. Pasado mañana publicará su libro. Al día siguiente quizás saldrá hacia Estados Unidos protegido por el gobierno de ese país para recitar la cartilla que le entreguen, a cambio de un nuevo rostro y una pena que da pena. Con un poco de suerte, también su última amante mojará primeras páginas, televisión, libro e incluso entrevistas en prensa extranjera. La de las "revelaciones", chimbas o no, es una copa para todos llena, y el bandido que no la aproveche es porque no quiere. Así ha sido desde que el país aceptó que los criminales fijaran la agenda de la política y de la prensa. Es un horóscopo perverso. Estamos bajo el signo de 'Tasmania', como antes lo estuvimos bajo el de Virginia Vallejo, Patiño Fómeque, 'Chupeta', 'Rasguño', Mancuso, 'Pitirri'... Y no sigo porque parece que presentara una nómina de circo. No es posible negar la importancia que en ciertos casos tienen ciertas declaraciones de personajes vinculados al mundo del delito. Algunos crímenes solo se descubren a partir de pistas que ellos ofrecen. Pero insisto en que su testimonio puede y suele estar alterado por intereses de diversa índole -desde venganzas hasta rebaja de castigos- y sirve apenas como punto de partida para investigaciones. En el planeta entero los delincuentes son fuentes de información: pero una fuente sospechosa, que es preciso verificar y ampliar por otros medios. Solo en Colombia se convierten en constantes protagonistas de la actualidad a través de entrevistas, documentos o declaraciones sin contrastar. Ya es bastante grave que ellos sean motor del periodismo más fácil del mundo; pero es que, además, se dan el lujo de promover terremotos institucionales y emitir descalificaciones que luego encuentran generosa e ingenua acogida en el exterior. Es preciso modificar la agenda tremendista que nos aplasta. Que todos -gobernantes, políticos, jurisperitos, líderes de opinión, periodistas- hagamos un alto en el camino y optemos por gestionar de manera más sosegada el planteamiento y solución de los problemas. Todos los debates y procedimientos caben: desde adelantar un juicio con todo el rigor de la ley a los 'parapolíticos' hasta avanzar hacia un intercambio humanitario. Pero no a fuerza de espasmos nacionales y sacudones. El Presidente tiene que tomar Prozac; sus amigos no pueden seguir pensando que un buen resultado en las encuestas los autoriza a todo; muchos de sus enemigos también deben serenarse; los jueces y magistrados, concentrarse en su misión; los periodistas, escoger la información sólida y seria que necesitamos. De lo contrario, cada bombazo de opinión provoca como respuesta un bombazo aún mayor, capaz de desplazar al anterior de la vitrina y, entre unos y otros, el país vive sometido un permanente ataque de nervios. Faltan casi tres años para que termine Uribe II (apenas vamos en Uribe 0,30), y ya nos armaron el enconado debate de Uribe III. La época de elecciones regionales es mala para apaciguar ánimos. Pero, pasado el 28 de octubre, mucho convendría al país reflexionar sobre esta montaña rusa en la que estamos montados.
Daniel Samper Pizano, periodista y escritor
Columna tomado de El Tiempo - Miércoles 17 de octubre de 2007- Título original de publicación: La hampocracia y la montaña rusa
Foto by Búnker. Mayo 18, Día Nacional contra la Impunidad, Plaza de Bolívar, 2007.

sábado, 13 de octubre de 2007

El olvido que seremos


III
Ya somos el olvido que seremos. El polvo elemental que nos ignora y que fue el rojo Adán y que es ahora todos los hombres y los que seremos. Ya somos en la tumba las dos fechas del principio y el fin, la caja, la obscena corrupción y la mortaja, los ritos de la muerte y las endechas. No soy el insensato que se aferra al mágico sonido de su nombre; pienso con esperanza en aquel hombre que no sabrá quien fui sobre la tierra. Bajo el indiferente azul del cielo, esta meditación es un consuelo. J.L.Borges Foto by Búnker. Crepúsculo en Bogotá,de la Serie Desde la Ventana, 2006.

¿Anna como regresaste a Rusia?

En recuerdo de esta Anna divina que me trajo a Anna Karenina de Tolstoi, quien ocasionó que fundara mi primer Circulo Literario cuando descubrí a los poetas y los grandes escritores como Dostoieski, quien nos anticiparía el Gulag de Solchenitzin y mi primer poema Prodigios. Por estos días dicte una conferencia sobre la Vida y Obra de Hans Kung, Libertad conquistada que también me llevó a los autores rusos y a Thomas Moro el de la utopía, y vi la película sobre Gurdjeff y se me reveló el Caúcaso que sigue siendo tierra de conflictos para filólogos, cruce de caminos, riqueza petrolera, disputa de cristianos, islámicos, judíos y ateos, que le valio el Nobel a Pamuk, y recordé las glorias literarias y las miserias de esta Rusia amada y despreciada que Anna reveló. Lo que Anna sintió, la pasión por la búsqueda de la verdad, que es lo que nos hace libres, nos lleva a recordar nuestras Utopías, lo que soñamos y no fue Rusia, que se extravió en la estepa solitaria por caminos de servidumbre. Hasta Neruda se equivoco con esa Rusia la que hoy maneja Putin, ese hombrecito pálido, de los servicios secretos de la camarilla de Yeltsin y el Gobierno Indecente y antidemocrático que significan, que fueran capaces de aislar a un humanista como Gorbachov y decirle, la Unión de Repúblicas que usted presidía, ha dejado de existir. Y el Mundo y la UNO no dijeron nada. Y hoy seguimos viviendo las penurias de ese horror y error que significó la URSS y sobre todo en la intervención rusa en Afganistán, en Irak, en Irán y en Siria que hoy vemos amenaza para el planeta y su gente y la de sus rivales la China apoyando a Corea del Norte y sabe Uno, que en este proceso global, a pesar de la UNO, hacen falta mujeres como Anna, que quieran buscar y decir solo la verdad. Me dolió la noticia de la muerte por todo lo bueno y bello que hay en Ella. Quizás también porque no aceptó que no se viva aun, después de 4.000 años, el Decálogo de la decencia del que habla Thomas Mann, que conocimos por Moisés, actualizado en el sermón del monte, desde donde se disparan palabras y amores y ninguna bala, y que aquí en tierras tropicales las FARC siguen todavía en el monte, pero viven como los rusos a base de mentiras y balas. No acepto que a la gente la maten, si me duele hasta la muerte natural, que será esta dictada, en contra del derecho de los Pueblos, del derecho de gentes, por los hombrecitos de gris. Quise escribir de inmediato, pero como los rusos, siguen levantando el muro de la lengua, después el de la creencia, después el de las ideas, después el de la mentira, toca hurgar y busque biografía, pedazos de libros y artículos y de pronto me encontré este, de alguien que tuvo el placer de verle los ojos y lo reenvío. Con Anna entendí, el cuídate mucho, como un llamado a cuidar de la vida, de verdad, la nuestra y la del otro y emprender el cuarto camino transformacional. Mi corazón y mente alcanzaron a preguntar: ¿Anna como regresaste a Rusia? después de haber escrito la Rusia de Putin, porque no viniste a Colombia y estaríamos cantando con Gilbert Becaud, la plaza roja desierta, tomando chocolate caliente como en el Café Puskine......como Natalie, la rusa que te precedió y tenia como Tu el deseo de ser anónima como la sangre y también escribió sobre la mentira y la era de la sospecha, para develar lo no dicho, lo no confesado, experta y periodista, como Anna, en detectar los pequeños crímenes en tierras de Crimen y Castigo. Pensé Anna cometió el mismo "error" de Galán, en tierras de Guerra y Paz. Y me dije Anna viva con Gorbachov y la ayuda del resto del mundo, hubiéramos erosionado a Putin...... y reestablecido la verdad en el reino de la mentira, para ser libres.
La place Rouge était vide
Natalie
Elle parlait en phrases sobres
De la Révolution d'octobre
Je pensais déjà
Qu'après le tombeau de Lénine
On irait au café Pouchkine
Boire un chocolat
La place Rouge était vide.
Carlos Paz, analista polítco, escritor y poeta.
Texto escrito en homenaje a Anna Politkovskaya, Bogotá, Octubre de 2006.

viernes, 12 de octubre de 2007

La sombra del libertador

Bolívar, siempre presente en su Plaza, impávido asistió al Día Nacional del Genocidio de la UP, 2800 muertos que el cielo lloró con lluvia en una tarde sombría.
Foto by Búnker. El Libertador en la Plaza de Bolivar. Bogotá, octubre 11 de 2007.

No todo es de ellos

Casi todo en el país es paramilitar, pero no todo es paramilitar. Casi toda la tierra productiva es de ellos, pero no los amaneceres de esas tierras, ni el clima incontrolable, ni los pájaros que logran escapar a sus balazos impíos.

Muchos políticos son de ellos, el tercio de congresistas que reconocen, las decenas de alcaldes y gobernadores que ganaron elecciones como candidatos únicos. Pero no la vieja y nueva manera de hacer política de los indios nasas o paeces, que en dos semanas les arrancaron secuestrados y prisioneros a las guerrillas y a la Fiscalía, sin siquiera batir sobre nadie uno solo de sus bastones de poder. De los 32 departamentos, 26 son casi de ellos, o por lo menos las cabeceras de los municipios, varias ciudades intermedias y mucha tierra. Pero no les pertenecen las bandas musicales ni los bailadores de salsa ni las casas de la cultura de los pueblos. A ellos les pertenece la más reciente manera de pensar de muchedumbres, el ansia promedio de riquezas fáciles, la creencia de las encuestas en que la guerra se apaga con más guerra. No son de ellos, en cambio, la generosidad imbatible de los campesinos ni el ímpetu de los poetas que aquí se dan debajo de cada piedra ni el heroísmo de quienes resisten a la guerra con una economía de guerra para los hijos. Son de los 'paras' las motos del ruido, las camionetas de vidrios dudosos, las modelos comprimidas en breves telas, las armas lustrosas. No tienen, a su disgusto, los pies de los cuarenta millones restantes, que caminan día a día entre el horror y la alegría. Tampoco tienen a las bellas muchachas sin maquillaje, que estudian y hacen artesanías, que ganan en deportes y en alfabetización de adultos, que van por las pocas calles donde el sol puede aún calentar igual para todos. Ellos tienen la fragilidad de sus primacías, tienen el miedo de ser acribillados por sus compinches, tienen la obligación de dormir engatillados, tienen el escalofrío de mirar en los ojos de sus hijos los ojos de los muertos aserrados de la más reciente masacre. Tienen la casi seguridad de no llegar a viejos, de morir sin saber de dónde vino la bala amiga. Tienen todo, pero no tienen nada. No saben para qué tienen lo que tienen. Son tan pobres que no tienen sino plata".
Arturo Guerreo, periodista y escritor colombiano
Publicado en El Colombiano, sep.29 de 2004.
Foto by Búnker, Plaza de Bolívar. Día Nacional Genocidio UP. Octubre 11 de 2007.