Lo colombianos contemporáneos (hagan sumas y restas), nos distinguimos,
entre muchas otras cosas maravillosas como su hospitalidad, capacidad de
goce y de trabajo, en que aún nos pesa demasiado una condición mental y
cultural adquirida y alimentada. Tenemos más claro, y argumentos nunca
nos faltan, para explicar e ilustrar más lo que nos separa, que lo que
nos une. Nos enfocamos más en lo que "no podemos", que en lo que si esta
a nuestro alcance resolver o incidir. Pensamos y opinamos con el deseo,
pero no nos movemos un centimetro para obtenerlo. Pontificamos sobre lo
divino y humano, pero las más de las veces estamos lejanos de practicas
más liberadoras o liberales. Tememos a la oscuridad, pero cuando hay un
atizbo de luz tratamos, como sea, de ensombrecer el rayo. A veces no
entiendo a mis contemporáneos. En lo personal conseguí aprender, que se
suma con unos y no con ceros.
Un abrazo a todos los que me leen.
Un abrazo a todos los que me leen.