miércoles, 16 de diciembre de 2015
Alguna vez siempre es la última
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Rafael Baena
lunes, 23 de noviembre de 2015
Lecciones de Godofredismo en 343 páginas
Ángel Becassino, Toño Morales y el poeta Juan Manuel Roca Foto by Bun smartphone |
Por Juan Manuel Roca
Iba a decir unas palabras sobre el excelente libro de humor satírico de Antonio Morales, “Godofredismo”, pero al momento de zambullirme en la pantalla y por argucias de algún chuzógrafo (cabe recordar qué profesión tan prestigiada fue la chuzografía en los dos cuatrenios anteriores), ocurrió lo que de seguro ya imaginan: alguien se coló en mi correo y deslizó con seguridad casi democrática esta carta enviada por el mismísimo Godofredo Cínico Caspa. Les comparto entonces esta pieza memorable:
“Por ahí dizque anda de mano en mano, manos apátridas sin recato, un folletín escrito por un espurio y desgualetado periodista en el que me veja a mí, Godofredo Cínico Caspa y en mi noble humanidad a todos los Godofredos que amamos en tres tiempos la bandera azul, la patria y el chocolate con queso. Cuando me vejan, me befan, me escrupulan, me empequeñecen, también vejan, befan, escrupulan y empequeñecen a todos los Godofredos de la Colombia inmortal. Lo hacen, a fe, porque amamos Convivir con nuestro glorioso pasado, con Laureanos y Marianos, hombres de cromagnon de nuestra sacra doctrina que anunciaban con clarines el ubérrimo advenimiento de Uribe, el grande.
Loado sea ese hombre sano de mente y más sano de cuerpo, un portento mental al que nunca, ni en las peores endemias, se le bajan las autodefensas.
El insolente de marras se atreve, como lo hizo un calanchín circense llamado Jaime Garzón, que Dios lo tenga en la paila mocha con Gabo, como dijera una grandiosa pensadora, a lanzar su desafinado cuac empastado, su anarcocantaleta contra mis pares, contra la legión mariana de los Godofredos viriles y bien bragados, forrados en Cristo.
A un insigne creador de pirotecas, que echó al fuego eterno un bulto de libros inmundos como el de Morales, habría que rogarle en un exorcismo ritual, que quemara también ese volumen relapso, y ojalá los atizara con algunos otros de Iván Cepeda, de Alfredo Molano y otras hierbas indeseadas, de su misma laya sediciosa.
No es otro el propósito del levantisco Antonio Morales que avalar la horrible asonada contra la guerra, que avalar la indeseable vesania de la paz. A los bandidos y a los execrables defensores de los derechos humanos no hay, padre nuestro, que avalarlos, hay que abalearlos como bien se lo merecen.
Celebren su aquelarre. Nada se me oculta, mequetrefes. Se que se reunirán a ecuchar música de negros en una Casa de Citas y a darle palmaditas al zángano señor Morales. ¡Se que el castro-chavismo baila mambo y hasta hace cabriolas con una pollera que, ideológicamente, para ellos tiene que ser “colorá”!
Los que celebra su libraco son los descarados impulsores de la paz. Gentes sin heráldica ni señorío que nos concitan a los auténticos adalides del nacionalismo a practicar el tiro al blanco de la paz. Ya nuestros heroicos defensores, en otras calendas ejercieron su tino en las siluetas móviles de unos que se decían unidos y se decían patrióticos.
No olvidemos que la realidad es de facto y el poder para no soltarlo. No olvidemos que a nombre de la objeción de conciencia quieren desvalijar nuestro glorioso ejército, ¡oh júbilo inmortal!.
Invito a los hombres probos del país, que no son los debiluchos agremiados en el pandemonium LGBT ni mucho menos fantoches que joroban todo el tiempo por el deterioro ambiental, cuando son ellos los que tornan el aire mefítico, intolerable, a que no acepten ni regalado el folletinesco libro perversamente titulado “Godofredismo”. O qué caray, que lo reciban pero lo pongan de inmediato en las manos ígneas del procurador.
Queremos que el país siga bien, tal y como va, y que no nos vengan con las argucias y madedicencias de la paz. Queremos que el país siga como en los versos recamados de Silva, viviendo una noche toda llena de chanchullos y de música de balas.
Ya lo saben, copartidarios, nada de dudar de nuestros principios frente a los bárbaros, además los principios hay que dejarlos para el final. Nuestro lema seguirá siendo: que mi mano derecha no sepa lo que hace mi otra mano derecha. Godofredos de todos los países, ¡uníos!. Amén.
Atentadamente, Godofredo Cínico Caspa, doctor del bien decir y árbitro de la elegancia.
El periodista, publicista y creativo Ángel Becassino y el escritor y poeta Juan Manuel Roca presentaron el libro GOFOFREDISMO del escritor y periodista Antonio Morales Riveira, en una velada cálida, hilarante pero inteligente el pasado 20 de noviembre de 2015 en Casa de Citas, un lugar dónde todos los días se dan cita gentes de la cultura, de la buena mesa peruana y la mejor salsa en el centro histórico de Bogotá.
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martes, 27 de octubre de 2015
En primera persona
Mi alma no se aquieta aún de la muerte súbita de las ilusiones y trata de desmenuzar un poco el por-venir.
Me ayudo pintando mándalas, como está que les comparto, la penúltima de mi nuevo libro para colorear.
Y digo la penúltima y no la última o el fín, mientras me dispongo a ordenar y separar emociones y sentimientos para continuar caminando en esta misma realidad pero con un telón distinto.
Ya nos repondremos unos y otros, de este mezcla parda y clara de sorpresa. No tenemos otra opción.
Me preparo para aceptar y respetar la decisión de una contundente mayoría deseando que se construya sobre lo construido y el ojo avizor puesto sobre el cuidado del agua.
Nada deseo más que a Peñalisa y la gente que reúna para trabajar con él por Bogotá, lo haga y le vaya bien.
Todos no lo merecemos. También, que en la izquierda democrática se pueda revisar, evaluar y retomar con realismo el camino de la siembra y cortas cosechas.
Post pos elecciones
Octubre 25 de 2015
lunes, 26 de octubre de 2015
De agua somos
De agua somos
Del agua brotó la vida. Los ríos son la sangre que nutre la tierra, y
están hechas de agua las células que nos piensan, las lágrimas que nos lloran y
la memoria que nos recuerda.
La memoria nos cuenta que los desiertos de hoy fueron los bosques de
ayer, y que el mundo seco supo ser mundo mojado, en aquellos remotos tiempos en
que el agua y la tierra eran de nadie y eran de todos.
¿Quién se quedó con el agua? El mono que tenía el garrote. El mono
desarmado murió de un garrotazo. Si no recuerdo mal, así comenzaba la película
2001 Odisea del espacio.
Algún tiempo después, en el año 2009, una nave espacial descubrió que
hay agua en la luna. La noticia apresuró los planes de conquista.
Pobre luna
Eduardo Galeano
Los hijos de los días
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miércoles, 23 de septiembre de 2015
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Quien dijo que todo está perdido
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Tanta sangre que se llevó el río
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
No será tan fácil yo se que pasa
no será tan simple como pensaba
como abrir el pecho y sacar el alma
una cuchillada de amor.
Cuna de los pobres siempre abierta
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Como un documento inalterable
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Y uniré las puntas de un mismo lazo
huiré tranquila me iré despacio
Y te daré todo y me darás algo
algo que me alivie un poco más.
Cuando no haya nadie cerca o lejos
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Cuando los satélites no alcancen
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Y hablo de países y de esperanzas
Hablo por la vida
hablo por la nada
Hablo de cambiar esta nuestra casa
De cambiarla por cambiar no más.
Quien dijo que todo está perdido
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Mercedes Sosa
domingo, 20 de septiembre de 2015
¡Ahinamá!
Para Alberto Rodríguez Tosca
poeta cubano-colombiano
¡Grande su palabra, grande en la amistad!
Por Andrea Roca
Vengo a pegar un grito vagabundo por mi amigo
Albert.
Se fue al inicio del otoño cuando las hojas de los
árboles se caen. Recogeré varias de ellas para separar las páginas de su libro
que más me gusta.
Cuando lo conocí me asomaba a la adolescencia y no
paraba de preguntar -cosa que no ha cambiado tanto-, y recuerdo ahora esa larga
caminata un domingo soleado de enero en Bogotá.
Recorrimos a pie, por entre los
separadores sembrados de árboles, las calles que van de La Soledad al Parque
Simón Bolívar. Mi padre pateaba piedritas mientras conversaba con otros más
adelante; él y yo, atrás. Escuchaba atento todas mis teorías de peladita como
si fuera muy importante y serio lo que le decía.
Lo quise, lo quise mucho desde el principio.
Contaba chistes malos que son los que más me hacen reír, de esos de párvulo en
primero de primaria. Cuando hablaba de cine lo hacía desde su gran conocimiento
pero con una falta de pretensión desarmante, como desarmantes eran sus ojos que
miraban como venado a punto de ser cazado y su sonrisa de dientes separados.
Él
se reía como el niño cubano que dejó en la puerta de su casa hace muchos años;
el mismo niño que se fue a recoger hace poco antes de irse para ese lugar donde
dicen, ninguno sufre, porque allí somos nadie y todo a la vez.
El arro' congrí que nos hizo en Medellín a un grupo
selecto de enfiestados comensales, fue el primer plato cubano que probé en mi
vida. No habrá nadie que pueda cambiar ese recuerdo feliz comiendo un plato de
arroz.
Lo quise, lo quise mucho desde el principio. Él
también me quiso, me quiso mucho desde el principio. ¿Y cómo no estar feliz por
eso? Entre todas las posibilidades del mundo que existían para no encontrarnos,
nos encontramos. Qué fortuna, caballero.
El último intercambio de correos que tuvimos fue
sobre el afecto y una camisa. No pudimos despedirnos en una de mis visitas a
Colombia, pero le dejé un regalo: una camisa de tela fina que solo le podía
quedar bien a un flaco como él. A lo que respondió:
"Mi muy querida Andrea:
Gracias por tu regalo y siento no haberte escrito
antes. Es la camisa más linda que tengo y tú -aunque nos veamos con tan poca
frecuencia- una de mis mejores amigas. No es retórica, y tú lo sabes.
Un gran abrazo, A."
Chao mushasho -como dicen en tu Cuba-. Mushasho
bello, ¡ahinamá!
Alberto Rodríguez Tosca vivió en Bogotá desde 1994. Un poeta, ensayista y narrador cuya voz y nombre enaltecen la literatura iberoamericana. Su huella de amistad es atesorada entre los poetas locales que lo acogieron como a uno más. Se marchó, con sus 53 años a cuestas y un cáncer que lo acosó por un corto tiempo, en la madrugada del 16 de septiembre en La Habana.
Las fotos se las tomé el 23 de marzo de 2012 en La Casa Tomada durante la presentación del Libro El país Imaginado del también poeta Robison Quintero.
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lunes, 18 de mayo de 2015
Un Óscar para Collazos
Texto publicado por el heraldo y escrito POR RENATA CABRALES @CABRALITA - JEFA DE REDACCIÓN DIGITAL
Gloria Ortega, periodista y amiga desde hace 30 años del escritor chocoano, recuerda cómo empezó a despedirse de sus amigos.
Óscar empezó a despedirse de sus amigos y de su familia de a poco. Se fue a su manera, lejos de cualquier posibilidad artificial que lo mantuviera con vida. No quería terminar conectado a un respirador de forma indefinida o ser objeto de una traqueotomía, un procedimiento quirúrgico que permite crear una abertura a través del cuello para poder respirar. Salió de la unidad de cuidados intensivos para despedirse rodeado de amor y afecto. Así lo recuerda su amiga desde hace 30 años, la periodista Gloria Ortega.
“Nos vemos en estos días. Si cambias de habitación nos avisas”. Esas palabras fueron quizá las últimas que intercambió con el escritor Óscar Collazos. El pasado martes, Gloria, el poeta Jotamario Arbeláez y el escritor Guido Tamayo tomaron conciencia y llegaron a la conclusión de que les estaba diciendo adiós, un pensamiento que selló un abrazo.
“Mi relación con él no dejó de ser fresca, espontánea, no hubo conmiseración", recuerda Gloria, una de sus primeras guías en el mundo de Twitter. La prueba de que seguía siendo el mismo dicharachero de siempre son los últimos trinos que escribió, “con el arrojo que los escribió”, caracteres en los que le pidió a Juan Gossaín no matarlo antes de tiempo: “No mates al perro que todavía ladra”, una fuerza que se siente al leer su última columna en El Universal. “En la bella y castigada Cartagena no se inscriben proyectos de ciudad sino ambiciones personales, de familias políticas o de partidos”.
Parece que fue ayer cuando Gloria lo conoció, recién desempacado de Barcelona, y cuando lo fue a visitar a Cartagena la primera semana de febrero de este año y confirmó que ambos estaban felices de reencontrarse físicamente. Fue la semana en la que usando su columna en EL TIEMPO, Óscar Collazos le escribió desde su apartamento en El Cabrero una carta abierta al doctor Rodolfo Llinás pidiéndole respuestas sobre la enfermedad que también aqueja al científico Stephen Hawking, ELA, y que poco a poco fue atrofiando sus músculos hasta que no pudo hablar más.
Óscar recibió a Gloria en Cartagena con total disposición. “Para mí fue muy fuerte verlo en ese estado. Había perdido mucho peso. Ver a una persona de palabra sin posibilidad de hablar...”. Pero sus pensamientos seguían siendo los mismos: conscientes, brillantes, llenos de humor, sarcásticos y claros. Para esos días el escritor chocoano“hablaba” a través de un programa que su hija Laia le instaló en la tableta y que amplificaba con un parlante. “Tenía voz de charro mexicano”, recuerda entre risas su amiga de los años ochenta. En esa ocasión recordaron a viejos amigos, hablaron del país, los problemas, las libertades y los deseos inagotables de Óscar de que el proceso de paz saliera adelante.
Luchador
“Fue muy consciente de lo que le estaba pasando. Pese a que sabía que no mejoraría, nunca sintió autocompasión. Jamás lo sentí o vi triste. Siempre estuvo dispuesto, afectuoso, interesado por el otro”, recuerda quien también fuera su cuidadora en varias ocasiones durante sus días en una clínica de Bogotá. Un día convirtieron la habitación de Óscar en un “rumbiadero” por cuenta de la visita de su tío Hansel Camacho Santos, el autor de una de las canciones salseras más románticas de Colombia: Verdades. “Quiéreme con verdades, de esa manera se quiere de veras , porque al amor no se le puede mentir, una mentira lo hace sufrir”.
“¿Quién iba a pensar que un mulato, chocoano como yo, iba a ser tío de un blanco con ojos claros?", cuenta Hansel, quien siempre tuvo una gran relación con el escritor oriundo de Bahía Solano, donde viven orgullosos de un “grande" como su sobrino y donde serán llevadas las cenizas del escritor, como él mismo lo pidió.
Gloria recuerda ese encuentro con una emoción al límite. Ella no tenía idea alguna de que Hansel fuera tío de Óscar. “Cantamos, Óscar puso los videos de Hansel en Youtube. Fue una gran tertulia, hablamos de literatura, de música, del proceso de escribir una canción. Fue una conversación absolutamente inteligente”. Les faltó ir por el hielo y media de ron. Ese día Hansel “desmadejó la madeja” y juntos, escritor y cantante, recordaron como por las “sinvergüenzuras de Francisco, el abuelo”, Óscar terminó teniendo un tío mucho menor que él. Hansel le prometió llevar la guitarra la próxima vez. El cantante le cumplió ayer cantándole Sin regreso, una canción “bellísima” que habla de la muerte.
El hijo adoptivo de Cartagena también llegó a usar un tablero acrílico para comunicarse, “de esos en los que uno escribe y luego borra. Escribía rapidísimo”, recuerda Gloria, quien una vez regresó a Bogotá de visitarlo en su apartamento de El Cabrero, en La Heroíca, decidió organizarle en compañía de Juan Manuel Roca y Carlos Adolfo González un homenaje en vida al escritor, como debe ser.
Cita de afecto
La tarjeta de invitación a la fiesta que los amigos le dieron al escritor.
El encuentro “para celebrar la amistad” se realizó el pasado 19 de marzo en Bogotá. A este asistió su más íntimo círculo de amigos, mientras Óscar, su esposa Jimena, y su hija Laia, vía streaming, participaron del homenaje desde Cartagena y Nueva York, respectivamente. En la fiesta no solo hubo copas y recuerdos, también unos textos “hermosísimos” sobre la amistad, como los califica Gloria, algunos de ellos inspirados en columnas de opinión en los diarios El País y EL TIEMPO.
Así fue como Gloria Ortega, Jotamario Arbeláez, Guido Tamayo, Joe Broderick, Rafael Vergara, Juan Manuel Roca, Santiago Mutis, Piedad Bonnett, y muchos amigos más del escritor chocoano crearon un homenaje llamado “Un Óscar para Collazos”, conferido por la “real cofradía de sus amigos”, quienes tuvieron la necesidad de decirle en vida que lo amaban, porque como él mismo escribió el pasado 18 de marzo: “nos queda la amistad para ir convirtiendo este país en una geografía vivible”.
domingo, 17 de mayo de 2015
Collazos estará entre Bahía Solano y Cartagena: de un mar a otro mar
Rafa Vergara es padrino del matrimonio de Jimena Rojas y Óscar Collazos. Son amigos, vecinos y contertulios de la vida. Bajo el título "Un Digno Hijo de CARTAGENA", Rafael escribió este texto sobre su amigo Collazos que Sentipensantes comparte.
Óscar Collazos: un digno hijo de Cartagena
En los balcones del amor en Crespo, Foto Rafael Vergara, 2013 |
Se nos fue Oscar Collazos y nos dejó la vida, su
inteligencia, coherencia y entereza, su inagotable amor al prójimo, la
enseñanza y las letras.
Cuando a principio de semana se le dio por muerto,
los que hemos estado cerca sabíamos que
había llegado el fin, los músculos pulmonares avisaron seriamente que ya no
iban más. Pero Oscar, vigoroso como era, sacó la energía de reserva y salió del
túnel que en la UCI lo succionaba para así regresar al seno de las mujeres que
lo esperaban y acompañaron hasta el último minuto. Jimena, su mujer, Laia, su
hija, sus hermanos lo recibieron y se despidió con buen humor y sin llantos
antes de partir a su nuevo destino cobijado por el amor, el sentimiento que siempre activó sus pasos
en la tierra y en su extensa creación literaria y periodística y en la cátedra
donde aportó las últimas notas de su voz.
Nos queda su obra llena de mensajes, sus palabras
grabadas, sus múltiples ensayos y cientos de columnas rigurosas y punzantes,
el ejemplo del demócrata inclaudicable
que fue, del escritor comprometido con la verdad y su tiempo, con Cartagena y
el país, con la paz de Colombia y sobre
todo, nos dejó su incondicional amistad, su voz de aliento certera y sin
concesiones.
Más que dolor por su rápida partida tengo saudade:
nostalgia cálida, afectuosa con al amigo entrañable que se va, el cómplice de
luchas y batallas inconclusas, el inolvidable contertulio con quién compartí su
cocina gourmet, mejor que la mía, y los disfrutados, bebidos, y hasta debatidos
diálogos en su casa o la mía. Oscar cocinaba como escribía y era un gozón, que
disfrutaba con moderación el buen vino o el ron, un anfitrión inigualable que
transmitía compromiso y enorme valentía.
Al regresar de Europa encontró en Cartagena de
Indias el puerto donde fondeó su nave.
Con su libro Cartagena en la Olla Podrida dejó claro que se quedaba a
combatir contra lo que lo asqueaba y a fustigar a aquellos que por sus malas
mañas le indignaban. Culto e investigador conoció en detalle la ciudad y su
historia y la hizo suya. Tejió redes y echo raíces, se encarnó. Collazos es hoy
un referente de la cultura de la ciudad.
Por eso como cartagenero e interpretando el sentir
de muchos pedí a Jimena y a Laia que parte de sus cenizas moren vigilantes en
esta ciudad que amó y donde por más de 25 años, con garra, sabiduría y arte, se
hizo uno de sus más dignos hijos.
No es un tema de adopción sino de esencia, de
balcón y mar, de Rencor, Señor Sombra, Tierra Quemada, Laguna Más Profunda, de participación en eventos internacionales,
nacionales y locales y de la sustancia infaltable en sus columnas semanales en
El Tiempo y El Universal que nos harán falta.
La respuesta de la gran mujer que lo llenó de amor
en sus últimos años fue un sí, para que como me dijo esté "entre Bahía
Solano y Cartagena, de un mar a otro mar".
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lunes, 6 de abril de 2015
Carlos Gaviria Diaz: símbolo de la democracia
Foto de Colprensa |
“A veces un pueblo aprende más por lo que pierde que por lo que gana”.
Su sonrisa impresa en un lienzo de
medio pliego reclinada en seis volúmenes de la Enciclopedia Universal Ilustrada Espasa Calpe, recibía
por igual a conocidos y anónimos ciudadanos en el majestuoso Salón de la
Constitución.
Protegido por la luminosidad de dos cirios blancos y la
fragancia de azucenas y lirios del mismo color, sus cenizas fueron dispuestas
con la misma sencillez y recato como fue su presencia en vida.
Como sí él mismo se hubiera ocupado de ello en este espacio, alguna vez, habitado por los fondos del saber legislativo, Biblioteca del Congreso.
Como sí él mismo se hubiera ocupado de ello en este espacio, alguna vez, habitado por los fondos del saber legislativo, Biblioteca del Congreso.
Una escena en la que la sobresalía la autonomía individual, el libre
desarrollo de la personalidad y la dignidad, un hecho manifiesto en su vida
y visible, incluso, después de su muerte.
Lo salvaguardaba el espíritu de la
libertad, bajo la bóveda celeste del lugar. Un grande entre los grandes.
Custodiado y acogido por Los Comuneros, Simón Bolívar, Antonio Nariño, Francisco de Paula
Santander, José María Obando, José Hilario López, Tomás Cipriano de Mosquera, Rafael Núñez, Miguel Antonio Caro, Rafael Reyes,
Rafael Uribe Uribe, Darío Echandía, Alfonso López Pumarejo…
Símbolos de nuestra historia colombiana y, hasta 1986, de las distintas constituciones políticas que han regido los destinos del país, plasmados en el colorido y espléndido fresco de Ramón
Vásquez Arroyave.
Extraordinario pintor y muralista de Ituango, quien murió una semana antes, el 14 de marzo.
Extraordinario pintor y muralista de Ituango, quien murió una semana antes, el 14 de marzo.
Su familia, sobresaliente discípula de ‘El
papá’, del Maestro “racional, pero
extremadamente sensible”, dispuestos y abiertos al saludo cálido entre íntimos y extraños.
Imperceptibles, discretos, viviendo un sencillo y generoso duelo, mientras iban y venían los visitantes en respetuoso silencio trenzado de murmullos y cálidos saludos.
Imperceptibles, discretos, viviendo un sencillo y generoso duelo, mientras iban y venían los visitantes en respetuoso silencio trenzado de murmullos y cálidos saludos.
En el puntal del edificio de la carrera séptima con calle 10, la tricolor a media asta se agitaba imponente en el telón celeste, protegida por el grifo águila-león que, con ojo vigilante, espía que se cumplan las leyes, velando con la fuerza por que la veracidad prevalezca y para hacer que se
cumplan.
Se marcha el hombre pero nos queda su símbolo, el de la democracia. La esperanza que nos acompañó y salvó en una Nación
demencial, franqueada por el odio y el desamor por el Otro, manifiesta en la barbarie, la desigualdad, la exclusión y
la indignidad.
Por esto, sus sentencias bien pudieron ser el antídoto vital para alcanzar y preserva derechos sociales, individuales,
las libertades y la igualdad.
Con argumentos jurídicos, filosóficos y éticos, el ateo, el libre pensador, el Maestro, arropado siempre del un único traje de la decencia, puso en lugares inequívocos
de la vida social, política y espiritual, la vivencia y vigencia de derechos en derecho y humanos.
La sabiduría y humanismo de su visión es lo que nos permite hoy morir dignamente. Abortar en casos precisos. Tener autonomía
para el consumo
de dosis personal de drogas. Desarrollar la personalidad desde una perspectiva
homosexual. Que los indígenas apropien sus derechos. Una noción de vida centrada en los derechos y al derecho.
Quizás por esto asomara silenciosamente, afuera del Capitolio, la pancarta "Si a la dosis personal", con la que quizás, también, se honraba su memoria.
Hay quienes piensan (como yo) que murió con un enorme pesar en su alma.
Tuvo que ser indecible el dolor y la frustración de ver la postración de la Corte Constitucional y el eminente peligro de la Justicia.
Debió ser muy duro para
un Hombre con mayúsculas como él, artífice de sentencias y jurisprudencias que
salvaguardaron los derechos de los ciudadanos y el recto orden de la Constitución
Política, ver a la más alta magistratura, sometida a la corrupción.
Dice el poeta Juan
Manuel Roca que su temprana partida es, sin duda, “una baja más en las menguadas filas de la dignidad política”.
Ojala ocurra, si embargo, lo que escribió en su memoria el Magistrado mexicano Xavier Díez de
Urdanivia: “que la semilla por él sembrada ha caído en tierra fértil y
rendirá, a su tiempo, los mejores frutos”.
Descanse en paz, honorable ciudadano CARLOS GAVIRIA DIAZ.
Si utiliza alguna foto de este Post y del Blog debe indicar el siguiente crédito: Foto(s) by Bunkerglo/Gloria Ortega http://somossentipensantes.blogspot.com Compartidas por su autora exclusivamente para medios digitales. No se autoriza la reproducción parcial o total en ningún medio impreso (análogo) sin expresa autorización de su propietaria.Derechos protegidos por CC Creative Commons.
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lunes, 9 de marzo de 2015
Tengo pérdida una bala de Carlos Pizarro
Foto de El Espectador |
"La fe es la fuerza de la vida. Si el hombre vive, es porque cree en alguna cosa".
León Tolstoi.
En homenaje a Antonio Navarro-Wolff
Este carnet nos identificaba y permitía acceder a la “Ciudadela
de la paz” o campamento del M-19 en Santo Domingo Cauca, epicentro a principios de los años 90 del que sin duda ha sido un hecho político importante y trascendental en la precaria (aún hoy) vida democrática colombiana.
La guerrilla del M-19 era una de las organizaciones armadas ilegales que existían en Colombia que buscaron hacer la revolución al lado de los pobres y más humildes y derrotar al Estado por la vía de las armas.
El fin del conflicto armado y transformación de la guerrilla del M-19 en
movimiento político legal, pleno de derechos y posibilidades reales de participar en comicios electorales, marcaban un nuevo derrotero para la Nación.
El M-19 dejó las armas y aceptó el reto de no desistir de sus ideales bajo el naciente movimiento político: la Alianza Democrática M-19 (AD M-19).
El M-19 dejó las armas y aceptó el reto de no desistir de sus ideales bajo el naciente movimiento político: la Alianza Democrática M-19 (AD M-19).
Sin embargo, el adiós a las armas de esta organización guerrillera, también fue el inició de la cadena de asesinatos que terminó con la vida de sus militantes más valiosos ya en la vida
legal.
Un plan sistemático y criminal que ejecutaron "fuerzas oscuras" del país, así como lo habían hecho con los combatientes desmovilizados de las FARC y simpatizantes del movimiento Unión Patriótica el mismo año de su nacimiento en 1984.
Un plan sistemático y criminal que ejecutaron "fuerzas oscuras" del país, así como lo habían hecho con los combatientes desmovilizados de las FARC y simpatizantes del movimiento Unión Patriótica el mismo año de su nacimiento en 1984.
Junto con el corresponsal del noticiero en Cali, tuvimos la misión de informar sobre la dejación de las armas del M-19 para el Telenoticiero del Medios Día.
Estuve yendo y viniendo al campamento en el caserío de Santo
Domingo. Un lugar que se convirtió para numerosos periodistas en nuestra casa durante semanas.
Pernoctábamos en una vivienda hecha de guadua de dos niveles y adecuada para la prensa (creo que es la que se observa en la foto de cabecera).
Comíamos fritos, arepas y café montañero en inéditos asadores proporcionados por habitantes del pequeño territorio cercado por montañas y el gélido río Cauca, nuestra más preciada (y para mí) escurridiza opción de baño.
Comíamos fritos, arepas y café montañero en inéditos asadores proporcionados por habitantes del pequeño territorio cercado por montañas y el gélido río Cauca, nuestra más preciada (y para mí) escurridiza opción de baño.
“¡Por Colombia, por la paz, dejad las armas!”, fue el llamado que, visiblemente emocionado, proclamó a sus hombres el comandante Carlos Pizarro en la
tarde del viernes 9 de marzo de l990 en el Campamento de Santo Domingo, Cauca.
Después de envolver en una pequeña bandera de Colombia
su pistola de 9 mm, uno a uno fueron pasando los combatientes para
depositar sus armas y municiones en una mesa que se había dispuesto para ello. Armamento que después se fundió para convertirse, según dicen, en campanas de iglesias.
En la víspera de este suceso, el “comandante papito” Carlos
Pizarro, me había dado en recuerdo un proyectil de su fusil. Bala que hoy tengo perdida en mi piso.
La historia
En 1979 supe de la existencia del M-19. El profesor de Constitucional
I me "castigó" nombrándome monitora de su clase, por no asistir a la misma en la Facultad de Comunicación y Periodismo
en la Universidad Externado de Colombia.
La "reprimenda" supuso, además de asuntos de la clase que no recuerdo, asistirlo en distintas actividades de
su trabajo como abogado, algo que consiguió, hasta hoy y de manera
inquebrantable, establecer mi primera y única conexión y polo a tierra con el país y con la vida.
El profesor tenía fama entre los estudiantes de derecho de
ser un buen constitucionalista y un teso penalista y abogado. Solo que sus
defendidos eran, ni más ni menos, campesinos, profesores,
estudiantes y por supuesto, guerrilleros. Presos políticos, una noción desconocida para mi.
Detenidos que eran o habían sido acusados gratuitamente de ser combatientes urbanos del ADO (Movimiento de Autodefensa
Obrera), del EPL (Ejército Popular de Liberación), de las FARC... y muy
especialmente por su número, del Movimiento 19 de Abril M-19.
Por su actividad como abogado defensor de mujeres y hombres militantes del M-19 perseguidos, detenidos ilegalmente y torturados, acompañé al profesor y al abogado a las cárceles del
Buen Pastor y La Picota.
Estuve en Consejos Verbales de Guerra en las Brigadas de Institutos Militares (BIM) en Usaquén como fotógrafa de casos de campesinos torturados, y en particular, al que se adelantó contra cerca de 200 militantes del M-19.
Un "Tribunal de Justicia" que adelantaron los militares entre 1979-1982 en la Capilla de la Penitenciaría Central de Colombia “La Picota” contra esta guerrilla por asonada, sedición y otros delitos subversivos*.
Un "Tribunal de Justicia" que adelantaron los militares entre 1979-1982 en la Capilla de la Penitenciaría Central de Colombia “La Picota” contra esta guerrilla por asonada, sedición y otros delitos subversivos*.
Con timidez, supina ignorancia, pero gigantesco asombro, me asomaba a lo que desde entonces sería mi vida profesional: la cobertura informativa de la guerra y de la paz bajo la luz de la defensa de los derechos humanos. Algo que fui descubriendo y aprendiendo a la sombra y de la mano de mi profesor en derechos Eduardo Umaña Mendoza.
Después vendrían otros sucesos de la guerra con esta
guerrilla a los que me aproximé ya como periodista como el de la "Operación
Antonio Nariño por los Derechos del Hombre", conocida como la “Toma del Palacio
de Justicia” y que hasta nuestros días se ha convertido en un fantasma irresoluto en nuestra historia.
El 9 de marzo de 1990"Ha llegado el tiempo de convertirnos todos en verdaderos conductores de esta nación, le dijo Carlos Pizarro a sus hombres una vez entregaron las armas.
Quizás es más difícil, para los que estamos aquí, que hemos vivido durante muchísimos años en la guerrilla, hacer este acto simbólico y real de dejación de armas, que cualquiera de los combates que hemos tenido en el pasado.
Pero creo que todos sabemos que ante nosotros,
se abre la gran apuesta. Una apuesta en la que nos vamos a jugar la vida, donde
nos vamos a jugar nuestros sueños, donde nos vamos a jugar saltando al vacío y
a cara y sello la suerte de Colombia.
Se que la soledad que hoy se siente en
los corazones, la iremos desalojando poco a poco, en la medida en que sintamos
la calidez de la gente que nos espera afuera.
La calidez de un pueblo que nos
está expresando multitudinariamente su afecto. Iremos comprendiendo, en el
fenómeno político, que hoy es el M-19 en Colombia, la certeza de este paso
(...)"
"El M-19, en manos de su comandante general, hace dejación pública de la última arma en manos del movimiento 19 de Abril por la paz y la dignidad de Colombia", dijo Pizarro hace 25 años, el 9 de marzo de 1990, y le dijo Sí a la paz, Palabra que sí…
A partir de ese momento hasta hoy, han asumido los riesgos de la paz, pese a que sus mejores hombres fueron acribillados meses después hasta que despareció el Movimiento AD-M19.
Los que sobrevivieron a la aún existente exclusión y discriminación, son relevantes hombres y mujeres al servicio del bien común, de lo público y la sociedad, guiados por de una indeclinable decisión de tramitar los conflictos a punta de babas y no de balas.
Mismo propósito y fin del actual proceso de Conversaciones del Gobierno con las FARC para el fin del conflicto armado y casi 60 años de violencia política.
*(Ver: "Los primeros pasos de los derechos humanos en Colombia: la adaptación estratégica del gobierno de Julio César Turbay". Sebastián Bitar Giraldo).
Mismo propósito y fin del actual proceso de Conversaciones del Gobierno con las FARC para el fin del conflicto armado y casi 60 años de violencia política.
*(Ver: "Los primeros pasos de los derechos humanos en Colombia: la adaptación estratégica del gobierno de Julio César Turbay". Sebastián Bitar Giraldo).
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