Mi alma no se aquieta aún de la muerte súbita de las ilusiones y trata de desmenuzar un poco el por-venir.
Me ayudo pintando mándalas, como está que les comparto, la penúltima de mi nuevo libro para colorear.
Y digo la penúltima y no la última o el fín, mientras me dispongo a ordenar y separar emociones y sentimientos para continuar caminando en esta misma realidad pero con un telón distinto.
Ya nos repondremos unos y otros, de este mezcla parda y clara de sorpresa. No tenemos otra opción.
Me preparo para aceptar y respetar la decisión de una contundente mayoría deseando que se construya sobre lo construido y el ojo avizor puesto sobre el cuidado del agua.
Nada deseo más que a Peñalisa y la gente que reúna para trabajar con él por Bogotá, lo haga y le vaya bien.
Todos no lo merecemos. También, que en la izquierda democrática se pueda revisar, evaluar y retomar con realismo el camino de la siembra y cortas cosechas.
Post pos elecciones
Octubre 25 de 2015
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