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viernes, 8 de febrero de 2019

Hace 25 años los sabios se hicieron oír, pero no fueron escuchados

El 21 de julio de 1994 en el Salón Gobelinos de la Casa de Nariño la "Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo" entregó al entonces presidente Ernesto Samper una proclama, agenda y recomendaciones bajo el titulo "Colombia: al filo de la oportunidad".

Foto Revista Semana -  2/7/2019
"Este es un momento mágico para Colombia. Por primera vez, que yo sepa, un gobierno acepta la posibilidad de hacer un gran vuelco en el triángulo interactivo de la educación, la ciencia y el desarrollo tecnológico de este país. Esto se debe subrayar como una “revolución positiva” y sin precedentes".

Así habló el científico Rodolfo Llinás, uno de los 10 sabios de la Comisión  el 16 de septiembre de 1993 cuando fue convocada e instalada la Comisión de Sabios bajo el mandato el presidente Cesar Gaviria Trujillo.

El destacado grupo interdisciplinario en el que solo había una mujer, la microbiologa y PhD Angela Restrepo, junto al también PhD neurofisiólogo e investigador Rodolfo Llinás; el científico Manuel Elkin Patarroyo; el filósofo, físico y matemático PhD Carlos Eduardo Vasco; el físico PhD Eduardo Posada Flórez; el abogado e historiador Marco Palacios; el investigador agrario y ciencias sociales PhD Fernando Chaparro; el PhD en sistemas urbanos Aldana Valdés, el economista Rodrigo Gutiérrez y el premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, recorrió el país hablando y escuchando lo que tenía por decir la Colombia profunda.

La pregunta de fondo en la que se ocupó la Comisión fue: ¿Qué son y para qué sirven la educación, la ciencia y la tecnología al país?

Después de 14 meses de un ejercicio de pensamiento sistémico y universal los "sabios" consiguieron proyectar al país hasta el 2023 en el amplio horizonte de su desarrollo, teniendo como ÚNICO eje, la educación y la investigación científica. Una educación para el nuevo milenio, en el que ya estamos. Un documento de 150 (exquisitas) páginas. 

Boletín IEMP No. 23 de 2015
Los sabios se hicieron oír, pero realmente no fueron escuchados. ¿Sino es así, por qué los estudiantes AÚN se tienen que tomar las calles del país para demandar su derecho a la educación?

Hasta hace seis años (2013), "muchas de las propuestas originales  aún  siguen  vigentes,  es  decir,  es necesario  implementarlas  o  continuar con su desarrollo hasta lograr las metas propuestas", señala un balance realizado 20 años después, por la  Asociación  Colombiana  para  el Avance  de  la  Ciencia  (ACAC) por solicitud del Ministerio Público.

Hoy, 8 de febrero, el actual gobierno instala una nueva "Comisión de Sabios" (con un enfoque, o interés definido dados los perfiles) y conformado por connotadas figuras nacionales e internacionales, algunos repitentes, y quince (15) mujeres que "deben ver lo que tenemos que ser en ciencia".

"Hoy nace, en el marco del Bicentenario, una nueva misión de sabios que tiene como objetivo examinar lo que hemos sido, lo que somos y lo que tenemos que ser en materia de ciencia". 


Yo quiero creer, Brigitte Baptiste, pero no puedo. Y no puedo, porque el cúmulo de evidencia es contundente. 

Como escribió el Nobel en su Proclama en esa Misión de Sabios (1994): "somos dos países a la vez: uno en el papel y otro en la realidad. En cada uno de nosotros cohabitan, de la manera más arbitraria, la justicia y la impunidad; somos fanáticos del legalismo, pero llevamos bien despierto en el alma un leguleyo de mano maestra para burlar las leyes sin violarlas, o para violarlas sin castigo. Amamos a los perros, tapizamos de rosas el mundo, morimos de amor por la patria, pero ignoramos la desaparición de seis especies animales cada hora del día y de la noche por la devastación criminal de los bosques tropicales, y nosotros mismos hemos destruido sin remedio uno de los grandes ríos del planeta". 

No se a que río se refería. Será que hoy está pateando en su tumba por tanta realidad. Un país cada vez más lejos del alcance de los niños.

El siguiente texto es su Proclama. Una lección de historia, vida y humanismo. Pero, nada que aprendemos. Los resaltados son míos.

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