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sábado, 26 de febrero de 2011

26 de febrero de 2010 demócratas dan estocada a Uribe




La histórica decisión del alto tribunal por proteger a la nación y su democracia de la amenaza de que, por vía de una reforma se institucionalizara una dictadura de Álvaro Uribe Vélez, fue mi primera cobertura periodística para la comunidad social de Twitter el 26 de febrero de 2010. Hoy tengo dos motivos de conmemoración.

El otrora secretario jurídico de Uribe Vélez en la presidencia, Mauricio González, fue quien le anunció al país, a través de cerca de 100 periodistas nacionales y extranjeros y de la Web, en la tarde de este viernes 26 de febrero, el sentido de un Fallo que declaró i n c o n s t i t u c i o n a l la totalidad de la Ley 1354 de 2009, y no por meras irregularidades de forma o procedimiento, sino porque atentaba gravemente contra la democracia. 

El fallo  de la Corte Constitucional tumbaba  la aspiración de Uribe para quedarse un tercer periodo, es decir, por 13 años consecutivos en el poder, marcaría el comienzo de su creciente desprestigio, y también el del proyecto político de la "seguridad democrática" cuyo sustento, en gran medida, fue obra de la propaganda –no de información- de algunos y muy importantes medios de desinformación, entre otros, El Colombiano (Ecos del Ubérrimo), El Tiempo (LeMiento) y RCN (Radio Casa de Nariño RCN.) 

Las ansias de poder de #Alvacrim (mi primer hash), nunca tuvieron límite como lo han ido demostrando en el último año las investigaciones disciplinarias y penales, así como las detenciones, juzgamientos y carcelazos de más de 60 congresistas,  su primis, sus amigotes, casi en su totalidad miembros del partido de la U, funcionarios públicos, etc., por parte de la Fiscalía General, la  Procuraduría, la Contraloría, pues uno a uno han ido cayendo todos  sus coequiperos (o cómplices?) que pretendieron torcerle el cuello a la Constitución y transgredir la ley para continuar legitimando un estilo de gobierno que convirtió la trampa, la corrupción y el delito en actividades lícitas y válidas.

No podía ni quería faltar a la cita en la Corte Constitucional ese día, que para mi, marcaba la primera estocada al mayor enemigo que ha tenido la sociedad colombiana en su reciente historia. 

Quise registrar segundo a segundo lo que ocurría en imágenes. No tenía BlackBerry (de moda), pero sí un poderoso Nokia a través del cual envie muchos mensajes de texto durante todo el día a un colega que estaba fuera y que se encargó de compartirlos en Twitter.  

Llegué sobre las 10 de la mañana y conseguí ingresar al recinto, con mi única acreditación: soy periodista.  

Comencé a encontrarme con los colegas “de la vieja guarda” pocos, pues realmente en su inmensa mayoría eran rostros nuevos y muy jóvenes. 

Todos y todo el tiempo manteníamos una actitud de alerta con la mirada fija en la puerta lateral a la derecha del recinto, a través de la cual ingresaron después los Honorables Magistrados, luego de discutir y deliberar el sentido del fallo, pues la Sentencia en su totalidad la conoceríamos varios meses después. 

Entraban y salían trabajadoras del aseso, policías, perros antiexplosivos hasta limpiadores de vidrios y, desde luego, el jefe de prensa de la Corte que desaparecía bajo la nube de expectantes periodistas que iban y venían en manada.

El lugar estaba a tope. En el segundo piso ya no había espacio para tanta gente y en el primero igual. Moverse del mínimo espacio colonizado durante horas era impensable. Todos queríamos estar en el mejor lugar, con el mejor ángulo y la mejor panorámica de observación para ver el final de una crónica  que había comenzado en el 2007 con el anuncio de la recolección de unas firmas para, por vía de ese mecanismo, ir a un referéndum. 

Todo esto ocurría en el pleno bullicio de la parapolítica, mientras, además, el gobierno de Uribe en manos del Estado colombiano realizaba con sus diligentes hombres en la sombr y del ejército, asesinatos extrajudiciales (los mal llamados falsos positivos) o crímenes de lesa humanidad, cuyos primeros casos que se vinieron a descubrir en el 2008.

Además de periodistas y algunos pocos estudiantes de derecho, también ocupaban el lugar analistas de organizaciones de estudios constitucionales y de universidades para escuchar de viva voz y sin intermediarios la noticia. 

Casi todos jugaban a las cábalas y se planteaban apuestas cuál partido de fútbol de primera división sobre los posibles resultados sobre quién haría y  quien no el único gol. Y de alguna manera había razón, pensaba, mientras recordaba las últimas palabras de algún narrador que siempre decía “y señoras y señores, el tiempo se acaba y esto n o  v a   m á s”. 

No recuerdo que alguien tuviera un periódico o estuviera leyendo un libro. Ni siquiera yo. Un murmullo recorría todos los rincones del lugar que cada vez estaba más caluroso. 
Los medios afuera, al parecer, sabían más que lo que conocían los periodistas que estábamos ahí. 
Los de adentro se tenían que mamar la presión de editores, jefes de redacción y directores que pidieron y exigieron todo el día "avances", esto es, durante 9 horas, de lo que en ese recinto estaba pasando. Y no pasaba nada. Sin embargo, los vi hacer extras y revolcarse en el lodazal de las especulaciones, merced de las insólitas presiones. ¿Pero si no está pasando nada que quieren que diga? Me comentaba un colega  muy molesto y, sin embargo,  igual decía lo mismo que venía diciendo pero de manera distinta, bajo la presión del endemoniado y absurdo arrebato de la competencia por la primicia.

Sobre las 6:35 de la tarde y luego del inocultable estallido de júbilo en las barras del segundo piso del recinto, el presidente del tribunal anuncia el sentido del fallo: la Corte Constitucional declara inexequible en su totalidad la Ley 1354 de 2009. 

Pese a la desventaja de mi altura decido bajar al primer piso, pues quería ver de cerca el semblante de Mauricio González: inconmovible, sentencioso, pálido. Era la máscara de un servil de Uribe Vélez que le anunciaba a su patrón que su aspiración moría. González y Jorge Pretel fueron los dos únicos Magistrados que salvaron su voto. 

Como escribió la periodista Juanita León en su balance de fin de año “lo más importante que pasó en el 2010 es lo que no pasó”. La reelección no pasó y con ello creo, comenzaron las honras fúnebres de un periodo que deshonró las libertades, la vida, la decencia y la civilidad en Colombia. Me deshonró a mí. 

Ese viernes fue de euforia y celebración. El 26 de febrero de 2010 los demócratas dabamos una estocada a la aspiración de Uribe un periodo más. A la salida de la Corte Constitucional una nutrida manifestación expresaba vivas y aplausos. Se respiraba optimismo. Y es que, como decimos con @AntanasMockus no todo es negociable, ni comprable en el país: NO TODO VALE. La Constitución Vive. 

Fotos inéditas tomadas es día by Bunkerglo

viernes, 25 de febrero de 2011

Doctor Llinás, ¿qué son el cerebro, Dios y el amor?

San Francisco, Cundinamarca - Foto by Bunkerglo.

El científico colombiano asegura que hoy ve a los colombianos con más ganas de sobrevivir.

Cada vez que visita el país, a Rodolfo Llinás se lo ve rodeado de una pequeña tempestad de gente que lo reconoce como uno de sus más grandes investigadores.
De ese séquito que no le da un respiro hacen parte estudiantes, artistas, políticos, admiradores, funcionarios y, sí, uno que otro lagarto que se muere por una foto con él. Y Llinás responde en su tono acachacado con frases amables en las que, curiosamente, siempre falta algo: el nombre de las personas.
"Es que sufro de anomia", confiesa en tono confidencial uno de los neurocientíficos más reconocidos del mundo, hoy a cargo de la jefatura de ciencias de la Universidad de Nueva York.
"Reconozco a las personas, su vida y milagros, por sus caras, pero nunca me acuerdo de los nombres", dice. Y para dejar bien claro el alcance de su condición, cuenta que hace ya casi 50 años, en Australia, tuvo que preguntarle a su novia cómo se llamaba para poder presentársela a uno de sus maestros.
Volvió a Bogotá para asistir a la inauguración de la sala 'Movimiento: la energía del pensamiento', en Maloka. Con un reconocible sentimiento positivo Llinás asegura que "hoy veo a los colombianos con más ganas de sobrevivir".

¿Los humanos tenemos el mismo cerebro o hay diferencias entre razas, entre hombre y mujer, entre ricos y pobres...?
Foto de El Tiempo
La similitud de los cerebros es como la de la nariz: todas las personas la tienen, pero no hay dos iguales. El cerebro es el mismo para todos, pero se diferencia en la organización de los circuitos, que se da al azar; aquí la variabilidad es infinita. Hay personas con mayor capacidad para ver los colores, para interpretar música o para ser parlanchinas... Y eso depende de las propiedades intrínsecas de las neuronas, no del color de la piel o del tamaño del bolsillo.
¿Qué nos hace distintos entonces?
Una neurona es como una maraca que suena por su lado, y nunca deja de sonar. Frente a un estímulo externo, o de manera automática, todas las neuronas entran en un estado de 'maraquismo' y suenan a la par, después vuelve cada una a lo suyo... Esa capacidad para cambiar sus ritmos es distinta. Eso nos hace diferentes, pero la gente tiende a exagerar esas diferencias.
¿Para qué las exageramos?
Para sentir que los Rodríguez, son distintos a lo Pérez. Ese tiene las uñas largas y yo las tengo redondas. Eso es importantísimo en los humanos para la supervivencia, porque hay mayor variedad y eso garantiza mayores posibilidades de evolucionar.
¿Qué es la conciencia y donde está?
Es un estado funcional del cerebro, que está en continuo movimiento y donde los valores y las implicaciones de lo que se está pensando forman parte de las mismas cosas. Yo veo una línea azul y puedo decir al mismo tiempo "qué color tan feo". Por supuesto que esto no tiene un lugar específico en el cerebro, está disperso en él.
¿Qué son cerebralmente los valores?
Son patrones de acción fijos que nos impulsan a actuar por un proceso de negociación que se hace desde que se nace. Le pegaron a él y a mí no. Él debe ser culpable...
¿En qué parte del cerebro se elaboran el amor y las emociones?
El cerebro emocional es muy viejo. Es el cerebro truhán, el de los reptiles, donde no existen más que patrones de acción fijos; por eso ellos se acercan o se van si quieren comida; atacan si quieren defenderse, y tienen sexo si quieren reproducirse. Así mismo es el amor...
Si es tan simple, ¿entonces por qué se le da tanta importancia?
Porque el sexo, que es vital para la reproducción, está involucrado. En el afán de controlarlo, por razones sociales, se ha modulado ese patrón cerebral de acción fijo al punto de convertirlo en algo vital para todos.
En definitiva, ¿qué es el amor?
Es un estado funcional, como una golosina, y los enamorados son golosos ("que me ame, que me ame"). Eso hace que se sienta rico y que se activen los sistemas de gratificación. Por eso gusta. Claro, eso es indistinto de lo que se ame o a quién se ame. Amar la plata o a alguien del mismo sexo es, funcionalmente, la misma vaina. Eso sí, nunca es demasiado, nadie se muere por exceso de amor. No es como la epilepsia.
¿Y el odio y la envidia?
Son estados funcionales automáticos de los núcleos de la base del cerebro. Como todos los pecados capitales, no son negociables: el señor se enamoró y, como el que se va de rabo, no hay nada que hacer. Ahora, como todos los patrones de acción fijos, se pueden modular con otros. Por ejemplo, en el caso de la señora que ama a su marido y luego lo odia por infiel, hay un cambio de patrón de acción fijo, que era el amor, por otro, que es el odio... ¡Simple!
¿Y el amor a primera vista?
Funciona como en el cerebro de los pájaros: el patrón de acción fijo estaba activado, disponible y listo cuando apareció la persona que le gustó, y listo.
¿Y el amor eterno?
Ese es de inteligentes que estructuran y modulan los patrones de acción fijos sobre la base de ver al otro como la mano de uno. Cuidarla es mi responsabilidad y viceversa. Saber que no habrá puñalada trapera es la norma. ¡Nunca, primero me matan tres veces! Esa es la clave neuronal del amor eterno, la que mantiene el estado funcional activo y bloquea cualquier cosa que le sea contraria. Es una calidad de estado mental. Si se entiende no hay otra posibilidad que amar al otro; en cambio, querer acostarse con otro y pasarla rico no es amor. Amor es compromiso y cerebralmente está en el cerebro truhán. Uno no se enamora de una mujer porque tiene unas tetas buenísimas, uno se enamora de su cerebro, porque con él se interactúa y se avanza, con las tetas no. Amar es cerebralmente un baile y hay que bailar con el que pueda danzar con el cerebro de uno. Amar es bailar, no hacer gimnasia. Encontrar eso es muy difícil; hallarlo es un tesoro.
¿Cerebralmente qué es Dios?
Es un invento del hombre. Y como todos los inventos humanos, se parece a él. Dios tiene dos razones de ser: a los inteligentes les sirve para gobernar a los demás y a los menos inteligentes para pedirle favores. A todos para explicar lo que no entendemos de la naturaleza. Es una lógica de un primitivismo náuseo.
¿Qué es la inteligencia?
Cerebralmente es la capacidad de abstraer para simplificar y actuar sobre esa simplificación. Cerebralmente está entre un oído y el otro, es decir en todas partes... Y claro, existen diferentes tipos de inteligencia.
¿Qué es un tipo malo, neuronalmente?
Esa no es una condición cerebral, es una condición social. Los ladrones y asesinos son sociales: ¿Por qué roba? "Por mis hijos, los ladrones son ustedes, porque me quitan y luego me castigan por querer recuperarlo".
¿El subdesarrollo es un patrón cerebral?
El país puede estar subdesarrollado, pero yo no. Eso no es contagioso. Ah, no hay cerebros subdesarrollados.
Se dice que solo usamos el 10 por ciento del cerebro...
Esa es una forma estúpida de pensar. Lo usamos todo y nunca se detiene. El cerebro actúa todo siempre; lo que sí sucede es que unas funciones se inactivan para que otras puedan marchar. Eso es necesario.
¿Las nuevas generaciones serán más inteligentes?
No hablen caca...
¿Cómo define a una persona inteligente?
La que es capaz de poner en contexto el mundo externo.
¿Se puede ejercitar el cerebro?
Sí, la labor intelectual genera más labor intelectual...
¿Quién es genio?
Aquél al que no le cuesta trabajo.
¿Y nace o se hace?
Nace con patrones cerebrales específicos: por ejemplo, el que es buen matemático, no es bueno bailando; el que es bueno pintando, se puede enredar haciendo una cuenta.
¿Por qué los científicos no son políticos?
Porque la política es un arte, no una ciencia.
¿Cree que este país debe seguir siendo manejado por esos artistas?
Desgraciadamente no hay más remedio.
¿Tenemos buenos artistas de la política?
No son artistas de la política pura. La mayoría son fracasados de otras disciplinas.
¿Por qué usted pudo y otros no?
Por suerte. Sea lo que sea, no me hice a mí mismo. Si en el momento en que uno nace las narices grandes son favorables, y uno viene con ellas, ¡de buenas! El valor que uno tiene es el problema de los demás, uno no se juzga, lo juzgan los demás.
¿Cómo se sentiría si mañana encuentra la cura de una enfermedad?
¡Colombianísimo!
Usted es un referente, de los pocos para el país. ¿Qué le significa eso? 
Una cantidad de entrevistas como ésta, la cosa más jodida...

Jueza protege derecho a expresar libremente inconformismo en Colombia


Como un adelantó a una nota más extensa en la que procuraré recoger los aspectos más relevantes de los alegatos presentados por las distintas partes durante el juicio oral contra la columnista Claudia López acusada por la Fiscalía General de la Nación y el ex presidente Ernesto Samper Pizano de los presuntos delitos de calumnia e injuria agravadas, les ofrezco la transcripción del Sentido del Fallo que la Juez 23 Penal Municipal de Bogotá  Sofía del Pilar Barrera Mora emitió absolviendo a la investigadora de toda acusación.

"El día que un político se excuse en el derecho a su honra para silenciar la prensa, se acaba la democracia y el periodismo", enfatizó Claudia López a los medios de información minutos después de conocer el veredicto.

Fueron, sin duda, los 7 minutos más importantes de la historia reciente en defensa de la libertad de opinión, es decir, de la libertad de pensamiento, pues sin duda opinar en voz alta o por escrito es pensar.
 
Claudia López escucha con atención acusación de la Fiscal. Foto by @Bunkerglo
 
 Jueza protege derecho a expresar libremente inconformismo en Colombia

Una vez concluidos los alegatos, y terminado el debate procesal, este despacho pasa a emitir el sentido del fallo dentro del proceso que se sigue contra CLAUDIA NAYIBE LÓPEZ HERNANDEZ por el delito de INJURIA Y CALUMNIA. El artículo 381 del CPP (Código de Procedimiento Penal) señala que para condenar se requiere el reconocimiento más allá de toda duda, acerca del delito y la responsabilidad penal del acusado fundado en las pruebas debatidas en el juicio.

Frente al delito de calumnia consagrado en el artículo 221, considera este Despacho que no se presentan todos los elementos constitutivos de ésta conducta punible, puesto que la expresión consagrada por la acusada en su columna un poquito de todo y titulada La reinserción uribista: del 8.000 al 64.000 que señala “y sabrá Dios si habrá intercedido también en los planes para eliminar a quienes pudieron ser piezas clave para develar sus andanzas, como la "monita retrechera" y el ex conductor de Serpa”, no se trata de una afirmación sino de una pregunta que hace la columnista; no está haciendo imputaciones directas del delito de homicidio, apenas está generando una duda cuando utiliza la expresión “sabrá Dios”, es decir, no está asegurando que el Dr. Ernesto Samper Pizano haya participado en estos delitos.

Se trata de una columna de opinión donde la señora López está manifestando su inconformismo frente al nombramiento del expresidente Ernesto Samper Pizano como embajador en Francia por parte del presidente de la época Álvaro Uribe Vélez. Es apenas el beneficio del derecho de opinión como bien lo señala la Corte Constitucional en su Sentencia T-213 de 2004 es que a partir de la Constitución existe una protección prima faccia de  la libertad de opinión.  Frente a otro delito como lo manifiesta la señora Fiscal que la columnista imputo a Ernesto Samper Pizano, estos delitos no fueron nombrados en la acusación.

Por lo anterior el sentido del FALLO ES ABSOLUTORIO FRENTE AL DELITO DE CALUMNIA AGRAVADO controlado en el artículo 221 y 229 del Código Penal a favor de la señora CLAUDIA NAYIBE LÓPEZ HERNANDEZ con cedula 51992648.

Con relación al delito de injuria la Fiscalía en su acusación señala que son deshonrosas las expresiones “ser un político capaz de venderse a la mafia para acceder a la Presidencia” y “corromper las instituciones para imponer a Serpa como sucesor”.

Considera este despacho que esas expresiones deben verse dentro del contexto total de un artículo que se encuentra en las páginas de opinión de El Tiempo fecha 11 de julio de 2006 donde únicamente hay artículos de este mismo género periodístico, es decir, periodismo de opinión. Como bien lo dijo la testiga experta María Teresa Ronderos “una columna de opinión es de opinión… no de hechos”. Este artículo en su introducción se pregunta por qué Uribe el presidente de la época nombro a Ernesto Samper como embajador en Francia y se contentas que existen varias hipótesis. La primera, que es en parte donde se encuentran las expresiones señaladas por la Fiscalía como injuriosas, una razón que según la revista Semana, Uribe nombrará a Samper por solidaridad. Porque, según el criterio de Uribe, el ex presidente es un pobre hombre estigmatizado.

Esto según lo explica la columnista en su testimonio en este juicio que es lo que señala la Revista Semana. Así lo entiende esta juzgadora al analizar el párrafo. Luego la columnista presenta su opinión sobre lo que manifiesta el semanario. Indique que “no ve en él al político capaz de venderse a la mafia para acceder a la Presidencia (…) de corromper a las instituciones para imponer a Serpa como sucesor”. De ésta parte, considera éste despacho, que la periodista está interpretando lo que a su parecer constituyen las palabras de la Revista Semana y expresa su opinión frente al tema. 

La periodista en su testimonio señala que se basó en cientos de artículos y algunos libros que leyó sobre el tema sobre la financiación del narcotráfico en la campaña para 1994 del expresidente Ernesto Samper Pizano y que, si bien la Cámara de Representantes le precluyó una investigación al entonces presidente Samper, a los directivos de su Campaña como Fernando Botero y Santiago Medina, después los condenaron por esos mismos hechos y señala que existe una contradicción entre la decisión de la Cámara de Representantes y la decisión de jueces ordinarios y que tiene el derecho a opinar sobre hechos.

La Corte Constitucional en Sentencia T203 del 2004 indica que “en una sociedad democrática es válido que las personas presenten sus opiniones frente a las decisiones judiciales pues con ella no se agote el reproche social de una conducta". 

Considera este despacho tal como lo señala la Corte Constitucional en Sentencia SU273 que los funcionarios públicos y los personajes públicos como lo es el ex presidente Ernesto Samper Pizano tienen un ámbito de menor protección de su derecho al buen nombre y a la honra porque son precisamente sus actuaciones de interés público.

Observa esta Juez que las actuaciones señaladas como injuriosas no se refieren a la vida privada del expresidente Ernesto Samper, sino lo que piensa la periodista sobre su vida pública y actuaciones públicas por lo que esas expresiones son permitidas en el ejercicio del periodismo y el derecho de opinión en un Estado Social de Derecho.

Por lo anterior este despacho considera que frente al delito de injuria no se conforman los elementos constitutivos del delito como antijuricidad no se ha vulnerado el bien jurídico tutelado o de la honra de Ernesto Samper Pizano. En consecuencia el FALLO ES ABSOLUTORIO a favor de CLAUDIA NAYIBE LÓPEZ HERNANDEZ con cedula 51992648 (hay unos aplausos que molestan a la Juez quien grita por favor silencio o si no se sale) de injuria agravada Artículo 220 y 223 de Código Penal. Teniendo en cuenta lo anterior, vamos a fijar la fecha para la lectura del fallo. Por favor las partes se acercan (ellos se acercan y discuten fecha). De acuerdo con las partes, vamos a fijar fecha para lectura del fallo correspondiente para el día 31 de marzo a las 2:00 p.m. Muchas gracias”.

El audio de la sentencia lo tomé en la audiencia y tiene una duración de 7 minutos. La transcripción es literal. Gracias a Julian Hernández @juhepu quien asistió a la audiencia, revisó y complementó trascripción.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Egipto: la revuelta de la población trabajadora ignorada por los medios de comunicación occidentales


El periodista Ignacio González me hace llegar este artículo vía email desde Madrid. Es un punto de vista distinto y revelador de todo cuanto los medios occidentales han querido mostrarnos sobre las crecientes revueltas en Oriente Próximo., en particular, la de Libia. La única manera que encontré para compartirlo masivamente fue subiendolo a mi Blog. El autor del artículo es Mike Whitney un analista político independiente que vive en el Estado de Washington y colabora regularmente con la revista norteamericana CounterPunch. www.counterpunch.org   Pese a que busque el texto original en inglés en la publicación, (el mensaje recibido traía la fecha 20/02/11) no lo encontré. Talvez no fue publicado allí, sin embargo, bien vale la pena leerlo de princio a fin.

"La revolución en Egipto es una expresión de la voluntad del pueblo, de la determinación del pueblo, del compromiso del pueblo… Musulmanes y cristianos han trabajado juntos en esta revolución, como lo han hecho grupos islámicos, partidos laicos, partidos nacionalistas e intelectuales… Lo cierto es que todos los sectores han tomado parte en esta revolución: los jóvenes, los viejos, las mujeres, los hombres, los clérigos, los artistas, los intelectuales, los obreros y los campesinos.” – Hassan Nasrallah, Secretario General de Hezbollah 
La historia real de lo que está aconteciendo en Egipto es ocultada en los EEUU: no casa con el lema de las “maravillas del capitalismo” que los medios de comunicación gustan de repetir hasta la náusea. La desnuda verdad es que el grueso de las políticas económicas exportadas por Washington a través del soborno y la coerción han causado un malestar masivo en la población trabajadora, lo que ha terminado por provocar un incendio en el Oriente Próximo. Mubarak es la primera baja en esta guerra contra el neoliberalismo; vendrán muchas más.  En realidad, la dimisión de Mubarak es, probablemente, un mera concesión a los trabajadores egipcios ideada para que sigan el consejo de los militares y regresen como corderitos a sus maquilas para que los orondos ejecutivos con sede en Berlín y en Chicago puedan extraer unos cuantos centavitos más de su penoso trabajo. Lo más probable, empero, es que no ocurra tal cosa; porque los 18 días en la Plaza Tahrir ha tenido un efecto transformador de la consciencia de los 80 millones de egipcios que, subitáneamente, han dicho “basta”. El pueblo ha despertado de su sopor, y ahora están preparados para la pelea.
La revolución empezó mucho antes de las manifestaciones en la Plaza Tahrir, y seguirá durante mucho tiempo. Los trabajadores se están rebelando por doquiera contra unas condiciones miserables de vida, contra unos salarios de esclavitud y contra las “privatizaciones”, la joya de la corona del neoliberalismo. La privatización de las industrias públicas en Egipto es la causa más inmediata del levantamiento popular en curso. Ha llevado a un declive general de los niveles de vida de tamaña extremidad, que la gente prefiere ya enfrentarse a las cachiporras de la policía a seguir soportando más de lo mismo. He aquí un extracto de la revista Foreign Policy que resulta iluminador de lo que está pasando: 
“En las fábricas conurbanas de El-Mahalla el-Kubra, una ciudad industrial situada a pocas horas de automóvil al norte del Cairo, radica lo que para muchos es el corazón de la revolución egipcia. ‘Es nuestro Sidi Bouzid’, dice Muhammad Marai, un activista sindical, refiriéndose a la ciudad tunecina en la que un vendedor ambulante frustrado se prendió un fuego que terminó por ser la chispa de la revolución.
“En efecto: las raíces del levantamiento de masas que echó del poder al dictador Hosni Mubarak han de buscarse en el papel central que jugó hace años aquella ciudad anegada por la contaminación industrial en el inicio de unas huelgas obreras y de unos movimientos sociales de base que terminaron extendiéndose por todo el país. Y es el núcleo simbólico de la reciente deriva hacia la revolución: una oleada de huelgas contra las desigualdades sociales y económicas que llevaron a la paralización de buena parte de Egipto.
“Más de 24.000 obreros en docenas de fábricas textiles, públicas y privadas, y en particular en la gigantesca planta de Egypt Spinning and Weaving plant, fueron a la huelga y ocuparon fábricas durante seis días en 2006, consiguiendo un aumento de sueldo y algunos beneficios asistenciales sanitarios. Análogas acciones tuvieron lugar en 2007…
“ ‘Luego de Mahalla en 2008, aparecieron las primeras debilidades del régimen’, dice Gamal Eid, de la Red Árabe de Información sobre los Derechos Humanos. ‘Nada fue igual en Egipto después de eso’.” ("Egypt's Cauldron of Revolt", Anand Gopal, Foreign Policy.)
Compárese esta historia con la narrativa ofrecida por los medios de comunicación estadounidenses, según la cual la revolución se desencadenó a causa de unos textos de twitter  enviados a sus amigos por unos dichosos “veinteañeros” que deambulaban excitados por las calles del Cairo. Grotesco. Esta revolución arraiga en la clase obrera; por eso la prensa del establishment es tan reluctante a explicar lo que realmente está pasando. Hablar de “clases” es cosa expresamente prohibida en los medios de comunicación estadounidenses, porque eso viene a apuntar más o menos a los bolsillos sin fondo de los barones ladrones que han creado los mayores extremos de desigualdad que registra la historia universal. Escuchemos lo que dice Michael Collins en The Economic Populist:
“Egipto inició una serie de reformas en los 90 que alteraban deliberadamente las cosas en perjuicio de los trabajadores y de los pequeños campesinos. El gobierno liquidó a precio de saldo las grandes empresas públicas. Los nuevos propietarios privados tenían pocos incentivos para mantener a la gente en sus puestos de trabajo o para conservar puestos de trabajo en Egipto. El gobierno aprobó nuevas medidas para proteger a los grandes propietarios agrícolas, abandonando a su suerte a los pequeños campesinos.
“Cuando el primer ministro conservador Ahmed Nafiz llegó al poder en 2004, la situación se hizo desesperada. Merced a una ley hostil al mundo del trabajo, creció en Egipto la presión sobre los trabajadores industriales. La ETUF tenía poco que ofrecerles, y a menudo, anulaba los votos a favor de ir a la huelga de las secciones locales…
“El mismo movimiento trabajador que impulsó la huelga de 2006 y su secuela en 2007, llamó a una huelga nacional el 6 de abril de 2006 a favor del aumento del salario mínimo y en protesta por los elevados precios de los alimentos. El gobierno de Mubarak envió a la policía, que tomó la fábrica en la esperanza de abortar la huelga. Estalló entonces un conflicto cargado de violencia por parte de la policía contra los miembros de los sindicatos que llamaban a la huelga. Se detuvo a trabajadores. Enseguida vinieron procesos, acusaciones y condenas. Otros sindicalistas prosiguieron la protesta. 
“Un escritor egipcio observaba: ‘En el levantamiento del 6 de abril, las reivindicaciones de los trabajadores se solapaban con las del conjunto de la población. La gente exigía una bajada de los precios de los alimentos y los trabajadores exigían un salario mínimo’. 
“Además, el Movimiento juvenil del 6 de abril apareció como un actor clave en punto a fijar los objetivos de la huelga nacional. Es la misma organización que ha sido central en la movilización de multitudes por todo el país.” ("Forces Behind the Egyptian Revolution", Michael Collins, The Economic Populist.)
¿Lo ven? Esto no va de derrocar a un dictador; va de guerra de clases. Y de eso nadie habla en los medios de comunicación occidentales.
La revolución es un indicio del auge del movimiento obrero organizado, y constituye un asalto frontal al Consenso de Washington y al régimen que, lanzándolo a Egipto a una carrera hacia el abismo, ha puesto a los trabajadores en una situación límite. No ocurrió de un día para otro; esas fuerzas se habían ido fraguando durante mucho tiempo, y la yesca ha prendido ahora.
Se trata tanto de una lucha por los derechos de los trabajadores y por el poder político como de una lucha por la mejora salarial y de las condiciones de trabajo. La dimisión de Mubarak ha envalentonado a la gente y robustecido su determinación de combatir por un cambio estructural real. Es su oportunidad de configurar el futuro, y esa es la razón de que Washington esté tan preocupado. Fue también la razón de que las ONG respaldadas por los EEUU y sus agentes anduvieran tan diligentes en los intentos de deponer a Mubarak, porque creían que, removido el tirano, podrían apaciguar a las masas y conseguir que volvieran tranquilamente a sus fábricas y a sus maquilas con un par de palmaditas en la espalda. Pero no es así como están discurriendo las cosas. Diríase que los trabajadores saben intuitivamente que Mubarak es pieza perfectamente reemplazable en el mecanismo imperial. Hasta ahora, no han conseguido aplacarles, someterles o cooptarles, aunque la pandilla de Obama y su líder en la junta militar, Tataui, lo intentarán desde luego. He aquí un fragmento de la entrevista concedida por la profesora Mona El-Ghobashy (del Barnard College) a Democracy Now, útil para entender mejor el contexto de lo que está pasando en el Cairo. 
“Esta revuelta tiene una prehistoria. La política egipcia no empieza el 25 de enero. Lo cierto es que se ha visto afectado por una extraordinaria oleada de protesta social desde al menos el año 2000. Esto no es ningún modo nuevo. De ningún modo es un fenómeno post-13 de febrero. Es algo que ha venido ocurriendo desde hace tiempo, con picos en 2006 y 2008, lo que da un peso extra a la protesta que se disparó entre los funcionarios, los policías y otros empleados públicos… Lo que muestra eso es una convergencia del viejo tipo de protesta con un ambiente político completamente cambiado. Ese es su significado…
“Así que, si queremos entender el significado de lo que ha pasado hoy, tenemos que vincularlo con la urdimbre de la política egipcia que empieza a configurar en 2000, para decirlo rápido, pero las protestas vienen ocurriendo ya desde los 90. Una de las protestas de mayor dimensión fue una huelga de los trabajadores de canteras en 1996, que realmente sacudió en su momento al país. Claro, nadie se acuerda ahora de eso. 
“Pero, volviendo al extremo que quiero destacar, estamos entrando en un período, como observó Issandr, en un momento realmente revolucionario en la política egipcia: la constitución y el parlamento están suspendidos, pero, al propio tiempo, tenemos esta estructura social rodante en la que casi todo el mundo y prácticamente todos los sectores de la población están saliendo a la calle y buscando aprovechar la oportunidad política ofrecida por el cambio de régimen, y lo están haciendo porque ya sabían cómo hacerlo. Saben cómo ocupar y acampar en las calles. Saben cómo negociar con los ministros del gobierno. Saben cuánta gente hay que poner en una esquina para lograr que el ministro del gobierno vaya a hablarles a la esquina. Por eso es significativo, no porque el 13 de febrero sea un renacimiento de la política egipcia.” ( Mona El-Ghobashy, Democracy Now.)
La administración Obama no está “manejando los hilos” de esta revolución; la verdad es que está sin prácticamente margen de maniobra. Los EEUU tienen muy poco control sobre los acontecimientos de base, y todos sus esfuerzos se centran en el “control de daños”. Por eso sigue Obama con sus necios pronunciamientos, día sí y otro también, llamando a los manifestantes a a desempeñarse pacíficamente e invocando las palabras de Martin Luther King para calmar las aguas. Pero nadie presta la menor atención a lo que diga Obama. Es completamente irrelevante. También les taren al pairo los píos deseos de Hilary Clinton para que el Congreso asigne una partida para “ayudar al crecimiento de partidos políticos laicos”. ¿Para qué, si el caballo ya ha salido del establo?
Tampoco los militares egipcios tienen el control: por eso siguen emitiendo comunicados contradictorios , ora celebrando el triunfo en la Plaza Tahrir, ora amenazando con medidas drásticas si la gente no regresa a sus puestos de trabajo. Cuando los militares se decidan por una determinada estrategia y empiecen a reprimir masivamente a los trabajadores en huelga, empezará la revolución real y aparecerá una nueva realidad política. Nada galvaniza tanto la atención o conmueve más las propias raíces de clase que la sangre en la calle.
Y no hay fórmula establecida de antemano para dirigir una revolución, no hay libreto para el éxito. Cada revolución es diferente, como únicas son las aspiraciones de los pueblos empeñados en ellas. Rosa Luxemburgo se percató perfectamente de eso:
“La clase obrera moderna no lucha conforme a un plan preestablecido en algún libro de teoría; la lucha de los trabajadores modernos es una parte de la historia, una parte del progreso social, y en medio de la historia, en medio del progreso y en medio del combate aprendemos el modo en que debemos combatir… Eso es precisamente lo que resulta digno de alabanza de esa lucha: precisamente por eso, esta colosal pieza de cultura que es el movimiento obrero moderno define una entera época histórica: las grandes masas del pueblo trabajador comienzan por forjarse, a partir de su propia consciencia, a partir de sus propias convicciones y aun a partir de su propia comprensión de los acontecimientos, las armas de su propia liberación.”
El pueblo egipcio ha evitado una confrontación abierta con as fuerzas gubernamentales con una astucia impresionante. Pero el peligro de las medidas drásticas represivas sigue siendo muy real. Los trabajadores han presentado sus reivindicaciones, y en este nuevo ambiente de activismo político, es harto improbable que retrocedan mientras no consigan sus objetivos. No se conforman con la salida de Mubarak. Saben que “el nuevo amo es semejante al viejo amo”. Como declara en su Manifiesto, el Centro de los Sindicatos y Trabajadores de Servicios, no se trata ya sólo de “salarios decentes” o de “asistencia médica”; el pueblo egipcio “se niega a seguir viviendo una vida de humillaciones”. 
Un extracto de ese Manifiesto de los sindicatos obreros:
“… 300 jóvenes han pagado con sus vidas un precio por nuestra libertad y por nuestra emancipación de la humillante esclavitud que padecemos. Y ahora, la vía, la senda, está expedita para todos nosotros…
“La libertad no es sólo una exigencia de la juventud… queremos libertad para poder expresar nuestras reivindicaciones y reclamar nuestros derechos … para poder encontrar una forma de gestionar la riqueza de nuestro país, los frutos robados de nuestro duro trabajo… para poder redistribuir con algún sentido de justicia… para que los diferentes sectores oprimidos de la sociedad puedan lograr más de lo que a ellos es debido y no tengan que padecer innecesariamente hambre y enfermedades.”
El pueblo egipcio quiere lo que le es debido: su libertad, su dignidad, y una porción equitativa del pastel. Y diríase que están en condiciones de conseguir todo eso. 
Traducción : Mínima Estrella

Eduardo Galeano: La independencia es otro nombre de la dignidad

El derecho a una vida digna es un derecho humano, fundamental y universal. Bogotá D.C. - by Bunkerglo                   

Quiero dedicar este homenaje a la memoria viva de dos Carlos: Carlos Lenkersdorf y Carlos Monsiváis, amigos muy queridos que ya no están, pero siguen estando.

Y empiezo por decir gracias: Gracias, Marcelo, por este regalo, esta alegría. Te digo gracias en nombre propio y también en nombre de los muchos sureños que jamás olvidarán su gratitud a México, el país de su exilio, refugio de perseguidos en los años de mugre y miedo de nuestras dictaduras militares.
Y quiero subrayar que México merece, por eso y por muchos otros motivos, toda nuestra solidaridad, ahora que esta tierra entrañable está siendo víctima de la hipocresía del narcosistema universal, donde unos ponen la nariz y otros ponen los muertos, y unos declaran la guerra y otros reciben los tiros.

Este acto generoso me honra por venir de quien viene. La ciudad de México está a la vanguardia en la lucha por los derechos humanos, en un amplio abanico que va desde la diversidad sexual hasta el derecho a respirar, que ya parecía perdido.
Y mucho me honra recibir esta ofrenda, porque mucho tiene de desafío: en nuestros países la independencia plena es todavía, en gran medida, una tarea por hacer, que nos convoca cada día.

En la ciudad de Quito, al día siguiente de la independencia, una mano anónima escribió en una pared: Último día del despotismo y primero de lo mismo.
Y en Bogotá, poco después, Antonio Nariño advertía que el alzamiento patriótico se estaba convirtiendo en baile de máscaras, y que la independencia estaba en manos de caballeros de mucho almidón y mucho botón, y escribía: Hemos mudado de amos.
Y el chileno Santiago Arcos comprobaba, desde la cárcel:
-Los pobres han gozado de la gloriosa independencia tanto como los caballos que en Chacabuco y Maipú cargaron contra las tropas del rey.

Todas nuestras naciones nacieron mentidas. La independencia renegó de quienes, peleando por ella, se habían jugado la vida; y las mujeres, los analfabetos, los pobres, los indios y los negros no fueron invitados a la fiesta. Aconsejo echar un vistazo a nuestras primeras Constituciones, que dieron prestigio legal a esa mutilación. Las Cartas Magnas otorgaron el derecho de ciudadanía a los pocos que podían comprarlo. Los demás, y las demás, siguieron siendo invisibles.

Simón Rodríguez tenía fama de loco, y así lo llamaban: El loco. Decía locuras, como éstas:
-Somos independientes, pero no somos libres. La sabiduría de Europa y la prosperidad de los Estados Unidos son, en nuestra América, dos enemigos de la libertad de pensar. Nuestra América no debe imitar servilmente, sino ser original.
Y también:
-Enseñemos a los niños a ser preguntones, para que se acostumbren a obedecer a la razón: no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos. Al que no sabe, cualquiera lo engaña. Al que no tiene, cualquiera lo compra.
Don Simón decía locuras, y hacía locuras. Allá por mil ochocientos veinte y pico, sus escuelas mezclaban a los niños y a las niñas, a los pobres y a los ricos, a los indios y a los blancos, y también unían la cabeza y las manos, porque enseñaban a leer y a sumar, y también a trabajar la madera y la tierra. En sus aulas no se escuchaban los latines de sacristía y se desafiaba la tradición del desprecio por el trabajo manual. Poco duró la experiencia. Un clamor de indignadas voces exigía la expulsión de este sátiro que ha venido a corromper a la juventud, y el mariscal Sucre, presidente del país que ahora llamamos Bolivia, le exigió la renuncia.
A partir de entonces, anduvo a lomo de mula, peregrinando por las costas del Pacífico y las montañas de los Andes, fundando escuelas y formulando preguntas insoportables a los nuevos dueños del poder:
-Ustedes, que imitan todo lo que viene de Europa y de los Estados Unidos, ¿por qué no les imitan la originalidad, que es lo más importante?
Este viejo vagabundo, calvo, feo y barrigón, el más audaz y el más querible de los pensadores de América, estaba cada día más solo, y solo murió.
A los ochenta años, escribió:
-Yo quise hacer de la tierra un paraíso para todos. La hice un infierno para mí.

Simón Rodríguez fue un perdedor. Según la escala de valores de este mundo, que sacraliza el éxito y no perdona el fracaso, los hombres como él no merecen memoria.
Pero, ¿acaso no está vivo don Simón en la energía de dignidad que hoy recorre nuestra América de norte a sur? ¿Cuántos hablan por su boca, aunque no lo sepan, como hablaba en prosa aquel personaje de Molière que no sabía que hablaba en prosa?
¿Acaso don Simón no nos sigue enseñando, un siglo y medio después de su muerte, que la independencia es otro nombre de la dignidad? Es verdad que todavía pesa, y mucho, la herencia colonial, que aplaude la copia y maldice la creación y admira, como denunciaba don Simón, las virtudes del mono y del papagayo. Pero también es verdad que son cada vez más los jóvenes que sienten que el miedo es una cárcel humillante y aburrida, y libremente se atreven a pensar con sus propias cabezas, sentir con sus propios corazones y caminar con sus propias piernas.

Yo no creo en Dios, pero sí creo en el humano milagro de la resurrección. Porque quizás se equivocaban aquellos dolientes que se negaban a creer en la muerte de Emiliano Zapata, y creían que se había marchado a Arabia en un caballo blanco, pero sólo se equivocaban en el mapa. Porque a la vista está que Zapata sigue vivo, aunque no tan lejos, no en las arenas de Oriente: él anda cabalgando por aquí, aquí cerquita nomás, queriendo justicia y haciéndola.
Y fíjense ustedes lo que ha ocurrido con otro perdedor, José Artigas, el hombre que hizo la primera reforma agraria de América, antes que Lincoln y antes que Zapata.
Hace casi dos siglos, él fue vencido y condenado a la soledad y al exilio. En años recientes, la dictadura militar del Uruguay le erigió un ampuloso mausoleo, queriendo encerrarlo en cárcel de mármol. Pero cuando la dictadura intentó decorar el monumento con algunas de sus frases, no encontró ninguna que no fuera subversiva. Ahora el mausoleo tiene fechas y nombres de batallas, y ninguna frase. Involuntario homenaje, involuntaria confesión: Artigas no es mudo, Artigas sigue siendo peligroso.
Cosa curiosa: con tantos vivos que hablan sin decir, en nuestras tierras hay muertos que dicen callando.

Bienaventurados sean los perdedores, porque ellos cometieron la insolencia de amar a su tierra, y por ella se jugaron la vida. Pero está visto que el patriotismo es el honorable privilegio de los países dominantes: sólo los que mandan tienen el derecho de ser patriotas. En cambio, los países dominados, condenados a obediencia perpetua, no pueden ejercer el patriotismo, so pena de ser llamados populistas, demagogos, delirantes: nuestro patriotismo se considera una peste, peste peligrosa, y los amos del mundo, que nos toman examen de Democracia, tienen la mala costumbre de conjurar esta amenaza a sangre y fuego.
Bienaventurados sean los perdedores, porque ellos se negaron a repetir la historia y quisieron cambiarla.
Bienaventurados sean los perdedores, y malditos sean quienes confunden el mundo con una pista de carreras y lanzados a las cumbres del éxito trepan lamiendo hacia arriba y escupiendo hacia abajo.
Bienaventurados sean los indignados, y malditos sean los indignos.
Maldita sea la exitosa dictadura del miedo, que nos obliga a creer que la realidad es intocable y que la solidaridad es una enfermedad mortal, porque el prójimo es siempre una amenaza y nunca una promesa.
Bienaventurado sea el abrazo, y maldito sea el codazo.

Sí, pero… Cuántos perdedores, ¿no?
Cuando algún periodista me pregunta si soy optimista, yo contesto, sinceramente:
-A veces. Depende de la hora.
Siempre me parecieron más bien inhumanos los optimistas full time.
Creo que el desaliento es un derecho humano, y de algún modo es también la prueba de que somos humanos, porque no sufriríamos el desaliento si no tuviéramos aliento.
Hay que reconocer que no es muy alentadora la realidad, que tiene la jodida costumbre de recompensar a los exprimidores del prójimo y a los exterminadores de la tierra, el agua y el aire. Y en cambio, las más apasionantes aventuras de transformación de la realidad suelen quedarse a mitad de camino, o se extravían y se pierden, y muchas veces terminan mal.
Hay que reconocerlo, digo, pero también cabe preguntar: Cuando esas lindas experiencias colectivas terminan mal, ¿de veras terminan? ¿No hay nada que hacer, sólo nos queda resignarnos y aceptar el mundo tal cual es, como si fuera destino? Hace pocos años, se puso de moda la teoría del fin de la historia. Más de uno se tragó ese sapo, a pesar de que el sentido común nos demuestra, con poderosa sencillez, que la historia nace de nuevo cada mañana.
Lo mejor de este asunto de vivir está en la capacidad de sorpresa que la vida tiene. ¿Quién podía presentir que los países árabes iban a vivir este huracán de libertad que están ahora viviendo? ¿Quién iba a creer que la plaza de Tahrir iba a dar al mundo esta lección de democracia? ¿Quién iba a creer lo que ahora puede creer ese muchachito plantado en la plaza durante días y noches, cuando dice: Nadie nos va a mentir nunca más?
Al fin y al cabo, cuando la historia dice adiós, o eso parece decir, ella nos está diciendo, o al menos murmurando: hasta luego, hasta lueguito, nos estamos viendo.
Y yo me despido de ustedes, ahora, que ya es hora, como la historia me enseñó, diciéndoles gracias, diciéndoles: hasta luego, hasta lueguito, nos estamos viendo.
* Palabras pronunciadas el 22 de febrero de 2011, en la ceremonia de entrega de la Medalla 1808, que el jefe de Gobierno de la ciudad de México, Marcelo Ebrard, otorgó al escritor Eduardo Galeano. Tomado diario La Jornada, México.