ENTREVISTA
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Javier Darío Restrepo - Foto @Bunkerglo - Marzo 2019 |
Pérdida de identidad, carencia de pasión, falta de rigor, pereza intelectual, facilismo, “yoismo”, poca humildad para la autocrítica, pero especialmente olvidar que el periodismo está al servicio de los otros, de las comunidades y de nadie más, son todos asuntos que han hecho que la gente pierda confianza y credibilidad en los periodistas en un momento en el que, más que nunca, la sociedad necesita confiar en el periodismo. Cambiar su ADN y restituir su perfil para el siglo XXI es su mayor reto.
Javier Darío Restrepo es un maestro y referente en los asuntos prácticos de la ética periodística en Latinoamérica.
Javier Darío Restrepo es un maestro y referente en los asuntos prácticos de la ética periodística en Latinoamérica.
A sus 87 años, 60 de los cuales ejerciendo el periodismo, no le hizo el quite o huyó de
la vorágine tecnológica del mundo contemporáneo, sino que apropió herramientas que estudia y adopta siendo hoy un usuario cotidiano de Twitter.
Leerlo o conversar
con él es fácil. Sapiencia y paciencia juntas. Escucha, mira, atiende con genuino interés a su interlocutor para responder, con su mirada y gestos antes que con su voz, llamando con precisión las cosas por su nombre.
Sostiene sin
titubeos y diáfano que se necesitan más periodistas indispensables y
bastante menos prescindibles.
El periodista, subraya, debe asumir de manera consiente su rol político como líder de la sociedad y ejercer esta misión con pasión.
El periodista, subraya, debe asumir de manera consiente su rol político como líder de la sociedad y ejercer esta misión con pasión.
Cita a
Gabriel García Márquez para afirmar que “ser periodista es tener el privilegio de cambiar
algo todos los días”.
Javier Darío siempre plantea más preguntas que respuestas, como lo hace de manera habitual en
sus columnas dominicales de opinión en El Heraldo.
El otro, que
vendría siendo el prójimo, es el objetivo y manifiesto interés de su
mirada crítica sobre lo que lee, ve y escucha en los medios corporativos.
Por eso desafía
y convoca la reflexión y el debate: “¿Qué le pasaría a la sociedad si dejará de
tener periodistas?”.
Más que vigor lo suyo es un ímpetu retador con su intelecto.
Ya no traza
historias, sino que piensa el oficio del periodismo en el horizonte de los
medios y en cómo salir del atolladero de la mediocridad informativa.
Nunca he tenido
el privilegio de estar en un taller o una clase suya, pero he sido una
discípula solicita que a través de una conversación permanente busca en sus lúcidas y pertinentes reflexiones una guía para tramitar el triste
declive de un periodismo que está lejos del otro y de la sociedad.
Esta entrevista que, aunque extensa también es insuficiente, buscó indagar y conocer sus reflexiones sobre algunos de los muchos asuntos que entretejen el oficio del periodista.
GOP. ¿Cómo se hizo usuario de Twitter?
JDR. "Mis hijas me iniciaron en las
primeras letras de todo lo digital. Lo utilizo para estimular pensamiento,
conocer puntos de vista, pero no es una pasión. Lo dosifico muy bien. Tiene que
esperar porque estoy leyendo, escribiendo, digitando… Después de eso, le hago
caso.
He logrado
imponer el orden de las prioridades: primero soy yo y después Twitter. Claro
que lo uso, pero Twitter no me usa a mí. Esa es la gran diferencia. Es otro de
tantos instrumentos de conocimiento".
GOP. ¿Qué ha descubierto? ¿Cómo
ha sido la experiencia?
JDR. "Tal vez lo que he descubierto es
que me había demorado en tuitiar. Ahora desde @JaDaRestrepo comparto mi columna
del Heraldo para destacar algunos pensamientos.
Me
impresiona la reacción casi inmediata de la gente que la retuitea. Pero
también, que hay pocos comentarios o muy escuetos. No se llega al fondo del
tema tratado para avanzar.
Ese el
problema de Twitter y todas las redes sociales: son de reacción, no de
profundización de pensamiento. Esa es la gran pobreza de este medio".
Sin confianza el
periodismo es inútil
Una de las mayores alarmas de
las sociedades en el mundo hoy es el creciente deterioro de la confianza y que en Colombia es monumental.
Se desconfía de las personas,
de las instituciones, de los gobiernos. Se desconfía de todos y de todo.
El periodismo también es otra institución con un enorme desprestigio y desconfianza. Su credibilidad y reputación están por el piso.
El periodismo también es otra institución con un enorme desprestigio y desconfianza. Su credibilidad y reputación están por el piso.
Soledad Gallego-Díaz Foto El País |
Una estado que, como lo
advertía la directora de El País de España, Soledad
Gallego-Díaz, “la desconfianza en el periodismo es también
desconfianza en la democracia”.
Así como la verdad existe, también siempre han existido la noticias falsas, subraya.
Ahora la posverdad “está
organizada en las redes, donde se parte de la idea de que no existe la verdad
de los hechos. Y si no existe la verdad de los hechos tampoco existe el
periodismo. Sin periodismo perdería su esencia la democracia. La desconfianza
que se intenta expandir sobre el periodismo está también organizada para que se
desconfíe de la democracia”.
GOP. Sin embargo, la gente hoy confía más en los veloces contenidos de
las redes sociales, y cada vez menos en los periodistas y medios de información.
¿Qué piensa de esto?
JDR. "Para un periodista la confianza es
irreemplazable. Necesita de la confianza lo mismo que el organismo vivo
necesita del aire. Informamos para que nos crean, pero sin confianza el
periodismo es inútil, desechable.
El periodista necesita que le crean y
la sociedad necesita creer en quién le informa. Cuando desaparece la confianza el
periodista es manipulable. Nunca tendrá una información verosímil, y sobre
todo, está perdido porque la desconfianza es una especie de ceguera colectiva.
Javier Darío Restrepo - Foto @Bunkerglo |
En su Ensayo sobre la ceguera Saramago describe
una sociedad enceguecida en la que sólo una mujer ve. Todos se apoyan y le
entregan su confianza a esta única persona.
Esto constituye un símbolo para nuestra
sociedad que tiene muchos motivos para no mirar lo que está sucediendo pero,
por lo mismo, necesita más que nunca de la confianza.
Los periodistas tenemos la obligación
de fortalecer la confianza de la sociedad, pero eso no es un asunto fácil, ni
de técnicas, sino de actitudes. Actitud de apego a la verdad y,
particularmente, de servicio a los otros a través de la información.
Utilizar la información como poder es
poner uno de los fundamentos de la desconfianza.
La Web tiene un enorme poder, pero un poder
que será lo que uno haga de él. Si se le confiere a la web ese poder, se
volcará hacia la desconfianza. Pero, si por el contrario se entiende que la
confianza se construye todos los días, en ese momento se entenderá que el
periodismo es, ante todo, una construcción diaria de confianza a través de una
información creíble porque es exacta.
Detrás de la confianza lo que existe
es rigor
informativo. Cuando este existe,
se reconoce. Cuando no, la información es superflua".
JDR. "El desequilibrio es evidente. El
periodista tiene que conocer a profundidad los hechos para poder opinar, y conocerlos
es haberlos investigado e informado. El receptor debe tener siempre claro sobre
qué está opinando.
La primera
necesidad de un periodista cuando informa es que le crean. Es un deber enumerar
las distintas opiniones y ejercer una función crítica sobre las mismas. Señalar,
por ejemplo, cuando una opinión no tiene en cuenta un hecho; exagera las cosas;
incorpora datos falsos para una argumentación. Es decir, el periodista debe
convertirse en un crítico agudo para orientar a su receptor.
La gente es
inmensamente sensible a toda tetra de parcialización con la información. Sabe
cómo está siendo informada, puede distinguir si están haciendo propaganda a
favor de alguien. Y, cuando descubre a un periodista que sesga la información y
las mismas opiniones el periodista cae. La gente no le creerá más, ni lo
perdonará nunca.
La tarea de
opinar debe estar completamente separada de la tarea de informar. Cuando un
periodista opina se pone de un lado y eso hace que los que están del otro no le
crean".
Periodismo sin pasión
Ryszard Kapuściński, Gabriel García Márquez y Guillermo
Cano compartían en común que, para los tres, el periodismo fue una misión y una pasión desbordante.
En un texto sobre el "periodismo como pasión, entendimiento y aprendizaje", escribió Kapuściński que "antes, el periodismo era una misión practicada por unas pocas personas con amplios conocimientos de cultura e historia. Lamentablemente ahora ha pasado a ser una profesión de masas en la que no todos son competentes. Hoy lo tratan como una carrera más que puede abandonarse mañana si no rinde los frutos económicos esperados. En consecuencia ha perdido cierto aire aristocrático que lo distinguió en el pasado. Tan es así que en nuestros días, en cada pueblo hay una iglesia y una escuela de periodismo.
Los reporteros significan un grupo especial entre los periodistas: entregan tiempo, ambiciones, aspiraciones y energía para cumplir con su oficio. Dedicación, concentración y reflexión permanentes constituyen su savia. No obstante, algunos se duermen en sus laureles por enfocarse más en el dinero a costa de la calidad".
Los reporteros significan un grupo especial entre los periodistas: entregan tiempo, ambiciones, aspiraciones y energía para cumplir con su oficio. Dedicación, concentración y reflexión permanentes constituyen su savia. No obstante, algunos se duermen en sus laureles por enfocarse más en el dinero a costa de la calidad".
Gabriel García Márquez - Foto Centro Gabo |
Por su parte, Gabriel García Márquez, en su discurso el Mejor
Oficio del Mundo describió cómo el
periodismo era para él una pasión insaciable que sólo podía digerirse y
humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad.
“Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa
servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no lo
haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la
noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que
no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir sólo para eso podría persistir
en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada
noticia, como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz
mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente”.
Para Guillermo Cano el periodismo no fue una fiesta, ni una carrera por el dinero o por la fama; tampoco fue una rutina de oficina ni un entretenido quehacer para pasar el tiempo; era, ante todo, una misión, nos cuenta Javier Darío Restrepo.
Entre sus más remotos recuerdos solía inventariar aquella sensación de admiración cuando a los 10 años le dijeron que su abuelo había estado muchas veces en la cárcel “para defender la libertad de sus conciudadanos”. Entonces no fue fácil entenderlo, “más tarde pude comprender que cuando se defiende honradamente un principio de justicia, no importan ni el fuego, ni el terror, ni la cárcel, ” consignó en su “Libreta de Apuntes”.
Para Guillermo Cano el periodismo no fue una fiesta, ni una carrera por el dinero o por la fama; tampoco fue una rutina de oficina ni un entretenido quehacer para pasar el tiempo; era, ante todo, una misión, nos cuenta Javier Darío Restrepo.
Entre sus más remotos recuerdos solía inventariar aquella sensación de admiración cuando a los 10 años le dijeron que su abuelo había estado muchas veces en la cárcel “para defender la libertad de sus conciudadanos”. Entonces no fue fácil entenderlo, “más tarde pude comprender que cuando se defiende honradamente un principio de justicia, no importan ni el fuego, ni el terror, ni la cárcel, ” consignó en su “Libreta de Apuntes”.
GOP. Quiénes estudiaron periodismo unas décadas atrás sabían para dónde
iban y por qué lo estudiaban. Hoy hacer periodismo no es una actividad
duradera. El revolcón de lo digital sigue creando inestabilidad y desdibujando su
propia identidad. ¿Eso va a cambiar?
JDR. "Hay un reacomodamiento comercial.
Una de las
preguntas más frecuentes que atendemos en el consultorio ético de la Fundación
de Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI)
tiene que ver con eso. Al fin de cuentas, ¿Qué somos los periodistas? ¿Influencer? ¿Creadores
de contenidos? ¿Qué diablos somos nosotros?
Esa es la
consecuencia del predominio de lo comercial sobre lo profesional. Cuando es así
se imponen las reglas publicitarias.
Uno de los
esquemas a los que más se acude en la publicidad es darle nombre comercial a
todas las cosas. Y hoy decir periodista ya parece poca cosa. En cambio,
“influencer” o “creador de contenidos”, le hace creer a la persona que es una
especie de “deidad” que llega a las salas de redacción. ¡Creador de contenidos!
¿Y el periodista
qué? ¿Por qué está ocurriendo eso? Porque permitimos qué así ocurriera.
Una de las
razones de la crisis del periodismo es que subestimamos la profesión. Nos
limitamos a creer que periodista es el que registra el escandalito del día y
punto. Por eso todos los días va tras el escandalito, lo registra y no es más.
Su profesión no es otra cosa que eso.
Si como
periodista día tras día le doy tan poco contenido y tan pobre alcance a mi
actividad profesional, es natural que llegue a despreciarla. Que no la tenga en
cuenta. Que nunca haga el ejercicio de preguntarme para qué soy
periodista".
GOP. Es común detectar todo tipo de deficiencias en los contenidos. No
hay contexto, ni recordación de los hechos. Lo que evidencia es pereza por
hacer el oficio. ¿Por qué con tantos recursos digitales hace 20 años se hacía mejor?
JDR. "Porque el de hoy es un periodismo
sin pasión. Un periodismo de cálculo. Siempre está pensando en dónde pagan
mejor y a qué hora le van a pagar. No digo que eso sea trivial, pero eso no es
lo esencial para el periodismo.
Cuando ha
sido distinto es porque eran periodistas que asumían su función como una
misión.
Así fue a
lo largo de su vida para Guillermo
Cano quien entendió y ejerció el periodismo como una misión. Tuvo que
culminar como culminó, porque quien trabaja en esto como una misión, lo entrega
todo.
No hay
cálculos. La persona vive para eso. Su mayor ilusión en la vida es hacer
periodismo. Si le preguntan dirá: yo quiero morirme en esto porque es la razón
de ser de su vida.
¿Cuántos
periodistas hoy pueden decir con sinceridad que la razón de ser de su vida es
el ejercicio profesional? Eso es lo primero que hace falta.
Hay que
entender que todos los instrumentos que da la tecnología son medios y no fines
que el periodista puede utilizar al servicio de los demás.
A veces el
acceso de los periodistas a los medios digitales es como la llegada de un
conquistador: ¡tengo que ganarme esto y utilizarlo para mi beneficio!. Una
actitud que esteriliza todo.
En cambio,
el que se acerca y se apropia de lo digital pensando que puede informar mejor y
prestar un servicio mucho más cabal, ese periodista está en una actitud mental
que podrá valerse de todo eso para progresar. El ejercicio del periodista tiene
que partir de esa actitud frente a su profesión.
En el
consultorio ético he respondido 1875 consultas. Desde estas ha crecido mi
convicción de que los problemas éticos que tiene el periodista comienzan con la
debilidad de su definición profesional. Más periodistas de los que uno cree no
pueden responder para qué es periodista".
GOP. Un diagnóstico poco optimista. ¿Murió el periodismo como lo
reconocíamos usted y yo?
JDR. "Está en crisis y toda crisis es
una oportunidad porque nos muestra las debilidades que tenemos y nos obliga a
buscar caminos, a reinventarnos, a superarlas, pero no nos damos cuenta porque
los periodistas somos poco autocríticos.
En Colombia
y en el mundo el periodismo está ante una gran oportunidad para reinventarse,
pero parte de esa reinvención debe comenzar con la convicción de que el
periodismo no es un ejercicio profesional para poder, sino para servir".
El periodismo es una
actividad política
Si el periodismo está hecho
para servir a los otros a través de su labor informativa y, ese sentido de su
trabajo es un trabajo para la sociedad, el periodismo, sin duda, es una actividad política
por excelencia.
Quizás esto hace que su trabajo
deba estar en el ojo social y escrutinio permanente, pero sobre todo, debería estar en la mira del mismo
periodismo.
Su labor de informar implica aclarar, explicar, orientar a la gente sobre su
entorno, comunidad, territorio… Conocer lo que pierde o lo que gana como individuo, como persona y sociedad con el hacer o no de quienes administran sus bienes públicos.
Ryszard Kapuściński Foto Web |
Pero, para esto, el periodista
debe ser una buena persona como declaró Kapuściński, y además buscar siempre ser un profesional
excelente.
“Para ejercer el periodismo
ante todo, había que ser un buen hombre o una buena mujer, buenos seres
humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas.
Si se es una buena persona se
puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses,
sus dificultades, sus tragedias. Y convertirse, inmediatamente, desde el primer
momento, en parte de su destino.
Es una cualidad que en
psicología se denomina ‘empatía’. Mediante la empatía, se puede comprender el
carácter propio del interlocutor y compartir de forma natural y sincera el
destino y los problemas de los demás. En este sentido, el único modo correcto
de hacer nuestro trabajo es desaparecer, olvidarnos de nuestra existencia.
Existimos solamente como individuos que existen para los demás, que comparten
con ellos sus problemas e intentan resolverlos, o al menos describirlos”.
GOP. ¿Le está hablando a la sociedad el periodismo en Colombia?
JDR. "No. Se está hablando más así
mismo. El “yoismo” lo está destruyendo.
El
periodismo por esencia es servir al otro, estar abierto al otro y esto ignora por
completo al periodista. Si no es así este profesional debe replantearse para
qué hace periodismo.
¿Hago
periodismo para que mi medio suba los ratings, la circulación? ¿Porque es lo
que me indican los que me pagan la comida? ¿Porque tengo que destacarme, pero primero
actúo para que me conozcan y luego que aprecien de mi trabajo?
Ese es un periodismo
alrededor del yo.
El
periodismo y el periodista se salvan en el momento que se entienda, con todas
sus letras, que el periodismo es un servicio en función de los demás. Que el
periodista está al servicio del otro y trabaja para que el otro sea conocido,
atendido, defendido.
La única satisfacción
posible para un periodista es haberle prestado un servicio a los demás. Su éxito
consiste en que la información sirva de impulso, de cambio para los otros en la
sociedad.
Desde la
expresión de Gabriel García Márquez “ser periodista es tener el privilegio de
cambiar algo todos los días”.
El “gacetillerito”
que registra el escándalo del día ¿Qué cambia? ¿Qué importancia tiene eso? Los
curiosos leen aquello y a la basura, porque eso ni merece recordarse.
¿Me hice
periodista para escribir cosas que no merezca recordarse? ¿Tengo una definición
tan pobre del periodismo que se agota con el reportero que entrega su notica y
se olvida del resto?
El periodismo
es ante todo liderazgo social. Cumple un rol político porque implica un trabajo
con la sociedad.
Pero,
cuando a la gente escucha “rol político”, de inmediato se escandaliza. ¿Cómo
así? ¿Ahora serán del partido de los comunistas? ¡Tienen la vulgaridad de
identificar político con partidito!
El
periodista no es para un partido, tampoco tiene por qué estar en uno, pero sí tendría
que estar ejerciendo una influencia política en la vida de la sociedad.
Si le
preguntan a los redactores de cualquiera de nuestros medios: ¿Usted hace un
ejercicio político de su profesión? ¡Se asustan! Entienden mal esto, piensan
que lo están acusando de estar al servicio de la u, la h, la j o cualquier denominación.
El
periodismo tiene que reinventarse y redefinir su esencia. Esto significa elevar
la profesión y sacarla de ser un simple elemento de entretenimiento para la
gente que no tiene qué hacer".
Reflexionando sobre el
encuentro del hombre con su semejante, aquello que para él constituía “la
experiencia básica y universal de nuestra especie y un reto inexorable del
siglo XXI”, Kapuściński sostenía que para entender al otro el reportero tenía
que implicarse activamente en su universo emocional y antropológico con todas
sus inquietudes y su propio mundo. También, que era imprescindible una sincera
humildad, porque la buena disposición hacia otro ser humano era la única base
que puede hacer vibrar en él la cuerda de la humanidad".
GOP. Usted plantea que “el otro constituye el centro de la ética de un
periodista”. ¿Quién son los otros en el periodismo?
JDR. "El otro es la fuente, el
protagonista de la información, pero sobre todo, las personas víctimas.
Todo
periodista debe tener absolutamente claro que estas personas son los primeros
personajes de la información. Ahí aprendemos, de manera radical, a desconfiar
de todos los que tienen poder. Sea el poder que sea.
El
periodista es alguien que rechaza visceralmente el poder. Que, ante este, se
pone a la defensiva porque sabe que es dañino, contagioso, la peor de las
enfermedades.
Debe conocer
y entender esto para tratar a los poderosos. No para condenarlos de antemano,
sino porque sabe que entre el poder y él debe existir distancia de por medio para
ejercer su función crítica.
El periodista
está ante el poder para criticarlo, pero no por su cuenta, sino dando
instrumentos y voz a la sociedad que necesita ejercer esta crítica sobre los
poderosos, porque, al fin y al cabo, manejan el bien común que afecta a todas
las personas, por tanto, es un mecanismo de defensa que tiene la sociedad:
ejercer una crítica al poder".
GOP. ¿No cree que la sabida sentencia de que “la prensa es el cuarto
poder” le ha hecho daño a la reporteria y al periodismo en general?
JDR. "Es la historia de la humanidad. Todas
las instituciones se han sentido seducidas por los brillos del poder,
comenzando por la iglesia católica y al periodismo le pasa lo mismo.
Cuando el
periodismo se convence de que es un poder se debilita, porque es comprable,
negociable. Un periodista que se respete y respete su profesión nunca negocia,
ni se negocia. La clave, la gran fortaleza de su credibilidad es su
independencia frente al poder.
Así como
las instituciones han tenido que tomar conciencia del peligro que tiene el poder,
los periodistas estamos en mora de enterrar y darle sepultura a ese mito del
cuarto poder.
No nos
imaginamos todo el daño que nos ha hecho. Por tanto, todo cuánto se haga para
hacer del periodismo un servicio, nunca un poder, es una forma de reinventarlo".
Medios deben cambiar su
estructura financiera
Después de más de 160 años de existencia, el The New York
Times consiguió recuperarse de su emergencia financiera del 2008 y hoy parece
tener liquidez y zanjar la amenaza de desaparecer. ¿Cómo lo lograron? Más de
3.3 millones de personas pagaron por los productos digitales del New York Times
en el 2018 generándole ingreso por más
de $ 709 millones de dólares desde su plataforma en la web. Estos resultados
los obtuvieron a través de sus más de 4 millones de suscriptores, según informó la periodista de este medio Jaclyn
Peiser (@jackiepeiser).
Esto que fue posible en el mayor diario del mundo es el
predicamento de Javier Darío y al que le temen los empresarios de la
información en Colombia.
“Si no cambiamos las fuentes de financiación y
mandamos para fuera a los empresarios industriales que vienen a comprarlos, los
medios de comunicación seguirán languideciendo. Y es una languidez con la boca
llena de oro”, sostiene.
GOP. El New York Times es de propiedad de un conglomerado de medios, pero
en Colombia los dueños de los grandes medios son empresarios, industriales,
banqueros. En estas condiciones, ¿Es fácil pensar en replantear la profesión para
aprovechar esa gran oportunidad para el periodismo?
JDR. "No. Va a ser inmensamente difícil.
Piensa en la reacción de cualquiera de las gerencias de los grandes medios que
celebraron y se sienten bien bajo el “paraguas”
de uno de nuestros riquitos, ricotes o cualquiera de ellos.
El hecho de
que un grupo de ricos se haga cargo de uno de los medios más importantes del
país es una pésima noticia para el periodismo, pero lo ven como algo para
celebrar".
GOP. … También puede ser una oportunidad de negocio desde la perspectiva del
medio, pero una mala noticia para la sociedad…
JDR. "Y para el propio periodismo,
porque se va acabando hasta convertirse en una triste pieza de publicidad. Nada
más.
La
estructura financiera de los medios se debe reformar si queremos reinventarnos.
El periodismo debe prescindir de todo apoyo publicitario, de todo patrocinio de
gobiernos y de instituciones, pero al enunciar esto abren los ojos hasta que
casi se les salen.
- ¿Y
entonces de qué vamos a vivir?, me preguntan-. Su desconcierto es mayor cuando respondo:
el único dinero sano para un medio de comunicación, sobre todo para su
credibilidad, es el dinero que viene del suscriptor.
La gran
autoridad de un medio es su suscriptor. En muchas partes del mundo ya es así.
Se dieron cuenta que era una herejía el dogma de que, sin publicidad, el
periodismo no podía vivir. Es un cambio radical, mucho más de lo que nunca
soñaron, pero indispensable.
Si no
cambiamos las fuentes de financiación y mandamos para fuera a los empresarios
industriales que vienen a comprarlos, los medios de comunicación seguirán
languideciendo. Y es una languidez con la boca llena de oro".
Ricardo Trotti - Foto EFE |
JDR. "La relación es lógica. Si quiero
mantener suscriptores leales que lo arriesguen todo por mantener la
suscripción, tengo que proporcionar un material que ellos nunca se lo quieran
perder. El desechable no sirve.
Hay otra
clase de material hecho por gente de una alta calidad, periodistas a los que
vale la pena que se conserve lo que escribieron porque son contenidos valiosos
para cualquiera.
Lo que pasa
es que hay miedo de prescindir de lo que siempre se ha estado haciendo, porque el
tratamiento de la información se convirtió en una cobertura automatizada, una
forma demasiado primitiva e innoble.
La
información exige trabajo, capacidad crítica, que el periodista esté dudando de
todo, preguntando, que siempre tenga algunos objetivos por cumplir con su
información. Un periodista que esté pensando en lo que le dice al lector y en
darle respuestas.
La
autonomía de que el periodista es quien hace las preguntas y da la información
se perdió.
Comenzó una
época en la que al periodismo le vendrá muy bien una dosis de humildad. Nos
falta mucha humildad. Someternos a la crítica y criticarnos a conciencia y a
sabiendas de que ningún producto periodístico es perfecto, que todos son perfectibles".
GOP. Me comenta que usted todos los días hace recortes de prensa. ¿Qué
observa en ese periodismo que recorta, qué guarda, qué tiene de especial?
JDR. "Que son artículos que explican lo
que se ve como complejo.
No tiene
nada de complejo todo lo que hay alrededor de la polémica sobre las 6 reformas
que el presidente hace a la Ley de la JEP, pero fueron muy pocos los que se le
midieron a leerse todo eso y explicarlo.
En política
internacional - otro ejemplo- , cuando se informa sobre las muchas salidas del
señor Trump, nadie se toma el trabajo de examinar cuáles son los antecedentes
de esas salidas, qué es lo que decía antes, lo que dijo en otras partes.
Pero no. Son
prisioneros del presente. El periodista tiene que romper las cárceles del
presente para ver el futuro, pero sobre todo, para reconocer las raíces del
pasado en el presente.
Esto que
enuncio de una manera tan fácil es un trabajo arduo. Nuestro trabajo se ha
convertido en un trabajo muy complicado en el que hay que sudar cada párrafo".
II Parte
¿Qué le
pasaría a la sociedad si dejará de tener periodistas?, pregunta Javier Darío
Restrepo
El periodista es hoy un profesional que perdió su identidad. Desde los años 90 se gradúan por “montones”. Las universidades expulsan a la sociedad más profesionales de los que cabe emplear, por lo menos en las grandes ciudades. Lo que se requiere es redefinir el periodismo, recuperar su identidad y formar periodistas que sean imprescindibles, no prescindibles.
En medio del miedo y silencio de los medios, sin titulares, reacciones, ni protección de nadie, más de 300 profesionales en el ámbito de la comunicación y el periodismo perdieron sus puestos de trabajo en el país en los últimos seis meses.
Los 162
programas activos de comunicación de 34 de universidades públicas y 128 de
privadas, entre las que se cuentan 154 presenciales, 6 virtuales y 2 a
distancia en formación técnica (16), tecnológica (27) y profesional (119), votan
cada año a un mercado laboral inexistente o ficticio cerca de 5000
profesionales que no tienen dónde trabajar.
El proyecto – y a su vez valiosa
herramienta de la FLIP– Cartografías
de la Información, reveló que hay 585 municipios en Colombia sin medios de
comunicación. También, que pasan cosas insólitas como que, solo en un
departamento como Casanare, existan 46 medios en 19 de sus municipios, peor el
12 ninguno.
Aunque ya a finales de los
años 90 existía la alarma del Ministerio de Educación de entonces advirtiendo
que se graduaban periodistas
por ‘montones’, en la actualidad “cada vez menos egresados de comunicación
se definen como periodistas y lo hacen más como creadores de contenido o
expertos en redes sociales”, según reveló Microsoft en un reciente estudio realizado
a través de su red
social de empleo LinkedIn.
Mabel Lara Foto (editada) KienyKe |
GOP. La periodista
Mabel Lara, especialista en desarrollo social y ciencias políticas, en su columna
de opinión El
Periodismo como oficio (El país), exhortó
a las generaciones venideras a no
estudiar comunicación social o periodismo y a que se debata sobre el tipo de
periodistas y qué habilidades tienen los profesionales que están formando las universidades. ¿Qué piensa de este planteamiento?
JDR. “Existe un problema inicial del
que nadie se ha querido hacer cargo: las escuelas de periodismo están formando
y expulsando hacia la sociedad más profesionales de los que cabe emplear.
¿Quién está
investigando eso? ¿Quién está ejerciendo control sobre esta situación?
Hasta el
momento el único control lo ejerce la economía. Hoy se convierten en
periodistas todos los que puedan pagar para obtener ese título. Y sí muchos
pueden, no hay problema.
¿Pero, hay
alguna preocupación por convertir al periodismo en algo que contribuya a la
vida de la sociedad de modo definitivo? Ninguna.
La falta de
una identidad profesional fuerte en el periodismo es la causa de todos sus
problemas éticos. La sociedad no tiene una idea clara sobre cuál es esa identidad
profesional.
El
periodismo está, en este momento, ante una inmensa oportunidad de saber para
qué sirve y de sentirse indispensable. Ese debería ser el objetivo de toda
facultad de comunicación: un periodismo indispensable.
Eso supone
un examen de la idea que se tiene de periodismo y de los instrumentos que se
están creando para formar periodistas. Hacer una profesión que sea
indispensable, no únicamente rentable.
Para las facultades
de comunicación es comercialmente productivo tener periodismo porque son muchos
los muchachos y muchachas que buscan una profesión que no tenga matemáticas, ni
mayor rigor académico, con materias relativamente “fáciles”, “votadas”, según dicen.
El
periodismo es hoy una profesión sin un perfil claro. Todo el rasgo que se tiene
es que da la oportunidad de “hacerse conocer y ganar plática”.
El
objetivo, la finalidad social del periodista y del periodismo, no se están
teniendo en cuenta como eje alrededor del cual se defina el pensum de una
facultad de periodismo y de comunicaciones”.
GOP. Politólogos, antropólogos, sociólogos... están ocupando en las
salas de redacción los puestos de trabajo que estaban destinados para los profesionales
del periodismo, advierte Mabel Lara. ¿El periodismo debería ser una
especialización o maestría y no una carrera de pregrado?
JDR. “Eso lo que hace es poner en
evidencia, una vez más, la necesidad de identificar para qué es el periodismo.
Cómo están las cosas en la actualidad, más valdría que fuera una
especialización.
Hoy no existe
una definición clara sobre el periodismo. La tecnología ha contribuido con la
idea difusa de gente que se cree periodista porque, con cualquier medio o
aplicativo, puede captar noticias, difundir datos y poner su pensamiento en
blogs.
Somos
nosotros quienes tenemos que convencer al mundo de la necesidad del periodismo
y de formar periodistas que se vuelvan indispensables para la vida de la
sociedad, sino, se seguirá creyendo que periodista es cualquier persona que
maneja un aparato digital”.
Alberto Martinez Foto ASFACOM |
JDR. "Habría que preguntarle qué es lo
que él entiende por profesionales de periodismo. Si profesionales del
periodismo son los que redactan noticias con apoyo de “mister Google”, eso es
una cosa.
¿Cuál es el
profesional de periodismo? Al que se refiere, obviamente, es un profesional
cualquiera que llegará a convertirse en prescindible.
Lo que hay
que buscar es la formación de un profesional del periodismo, de tal naturaleza,
que quién lo miré, lea o escuche encuentre que es alguien imprescindible. Ese es
el tamaño del reto.
Y no es un
reto para tomar a la ligera, ni para resolver con fórmulas comerciales. Es un
reto que exige mirar las necesidades de la sociedad, no del mercado.
¿Qué le
pasaría a la sociedad si dejará de tener periodistas?
Esta
pregunta permitiría mostrar el papel que debe cumplir un periodista completo,
no el que entretiene con deportes y todas las liviandades de hoy y que no le
hacen ni bien ni mal a la sociedad y, por tanto, son inútiles".
Timothy Garton Foto Universidad de Varsovia |
GOP. Usted ha señalado que "el periodismo y los periodistas tendrían hoy que
ser otra cosa, pero no por mandato de una “moda” como podría pensarse de lo
que llaman “cambiantes ecologías mediáticas”, sino por la exigencia de una
cultura nueva y de las audiencias que han cambiado por exigencia de una nueva
historia. ¿En qué consiste esa novedad?
JDR. (0:06:28). "Esa novedad consiste,
de manera fundamental, en responder a la necesidad social que satisface el
periodista con su información.
Hay que
mirar el impacto social que tiene la noticia. Cuando se mira esto se comprende
que la noticia es otra cosa y que el periodista tiene que ser otra cosa. No es
simplemente que cuente el cuento.
Preocupa la
fijación que en cierto tiempo se promovió por que los periodistas aprendieran a
contar historias, se convirtieran en cronistas.
Eso es
convertir un instrumento en el objetivo central. Está muy bien manejar todas
las técnicas de la crónica pero, ¿Para qué? ¿Para satisfacción personal o para
cambiar algo en la sociedad todos los días?
¿Dónde está
la cátedra en las facultades que enseñe o que analice noticias que movilizaron
la sociedad? ¿Por qué la movilizaron? ¿Qué instrumentos utilizaron para
movilizar la sociedad? ¿Qué clase de noticia se parece a esa?
Ahí es
donde el periodista entendería cuál es su tarea de movilizar la sociedad. Esto supone
en él periodista unas actitudes de identidad con la sociedad, de hacer
inmersión en sus dolores para estar motivado en la necesidad de que la sociedad
cambie.
El actual
momento de la vida del país es particularmente propicio para que se haga esa
clase de análisis. Cómo tema de estudio académico identificar cuáles son las
noticias que se están publicando. ¿Van a cambiar la vida de la sociedad, o
estas noticias van aumentar los dolores de la sociedad?
Este
planteamiento como indicación, como guía permanente, ayudaría mucho a orientar
la formación en las universidades, y sobretodo, hacerle caer en cuenta y
recordarle a los periodistas que su profesión es algo distinto".
En su más reciente libro “La
constelación ética” (2018, FNPI), Javier Darío Restrepo sostiene que “uno
es ético porque le da la gana, sin que se imponga desde afuera, porque es uno
mismo quien se impone los requerimientos de la ética”.
Sin embargo, con la ética
periodística pareciera que ocurriera lo mismo que con la corrupción. Se cree
que la manera de preservar y ejercer el oficio de manera ética, hay que crear
más normas deontológicas y más manuales de comportamiento saludable
periodístico.
GOP. ¿Cuál es el deber interno del periodista en el ámbito de la ética?
JDR. "La ética es la vocación que tiene
todo ser humano de ser excelente. Así de simple. Si se quiere ser excelente,
siempre se debe someter a juicio lo que se hace.
El
periodista nunca está satisfecho con lo que es, ni con lo que hace, por eso
siempre se está reinventando. La ética, por tanto, es la pasión de crearse a sí
mismo todos los días.
No se trata
del simple hecho de acatar unos articulitos de un código de ética, eso solo es
una ayuda.
La ética,
en cambio, es una condición de las personas que quieren ser excelentes.
La gente
tiene una equivocación continua cuando, al conocer las trampas de los
congresistas, robos de los contratistas y demás, dicen: es que lo que hace
falta aquí es ética. ¡Se equivocan! Ahí lo que hace falta es un juez y un
policía.
La ética es
para otra clase de gente. No para ladrones, asesinos, ni para los que engañan,
sino para la gente que quiere ser excelente, es decir, para lo mejor de la
humanidad".
GOP. El panorama para el periodismo hoy es un tanto denso por donde se
mire. Hay miles desempleados y aturdidos con el revolcón de la tecnología
digital. También hay mucha incertidumbre entre los que empiezan a formarse.
¿Cuál es su mensaje?
JDR. "Mi mensaje se traduce en una
pregunta: ¿En estos más de 60 años de su vida profesional ha aprendido alguna
cosa, o no?
Primero,
que el enfoque del periodismo cambia cuando se entiende como una misión y no
como un simple ejercicio profesional. Segundo, que el ejercicio profesional
cambia cuando este se ejerce como un servicio y no como un poder".
En la Foto @Bunkerglo durante la entrevista con Javier Darío Restrepo. |
Se autoriza la reproducción total o parcial de la entrevista citando como Fuente: Entrevista Gloria Ortega Pérez (@Bunkerglo). Versión completa: Blog Somos Sentipensantes y agregar el link: https://somossentipensantes.blogspot.com/2019/04/el-periodista-debe-ser-indispensable-y.html