En recuerdo de esta Anna divina que me trajo a Anna Karenina de Tolstoi, quien ocasionó que fundara mi primer Circulo Literario cuando descubrí a los poetas y los grandes escritores como Dostoieski, quien nos anticiparía el Gulag de Solchenitzin y mi primer poema Prodigios.
Por estos días dicte una conferencia sobre la Vida y Obra de Hans Kung, Libertad conquistada que también me llevó a los autores rusos y a Thomas Moro el de la utopía, y vi la película sobre Gurdjeff y se me reveló el Caúcaso que sigue siendo tierra de conflictos para filólogos, cruce de caminos, riqueza petrolera, disputa de cristianos, islámicos, judíos y ateos, que le valio el Nobel a Pamuk, y recordé las glorias literarias y las miserias de esta Rusia amada y despreciada que Anna reveló.
Lo que Anna sintió, la pasión por la búsqueda de la verdad, que es lo que nos hace libres, nos lleva a recordar nuestras Utopías, lo que soñamos y no fue Rusia, que se extravió en la estepa solitaria por caminos de servidumbre. Hasta Neruda se equivoco con esa Rusia la que hoy maneja Putin, ese hombrecito pálido, de los servicios secretos de la camarilla de Yeltsin y el Gobierno Indecente y antidemocrático que significan, que fueran capaces de aislar a un humanista como Gorbachov y decirle, la Unión de Repúblicas que usted presidía, ha dejado de existir. Y el Mundo y la UNO no dijeron nada.
Y hoy seguimos viviendo las penurias de ese horror y error que significó la URSS y sobre todo en la intervención rusa en Afganistán, en Irak, en Irán y en Siria que hoy vemos amenaza para el planeta y su gente y la de sus rivales la China apoyando a Corea del Norte y sabe Uno, que en este proceso global, a pesar de la UNO, hacen falta mujeres como Anna, que quieran buscar y decir solo la verdad.
Me dolió la noticia de la muerte por todo lo bueno y bello que hay en Ella. Quizás también porque no aceptó que no se viva aun, después de 4.000 años, el Decálogo de la decencia del que habla Thomas Mann, que conocimos por Moisés, actualizado en el sermón del monte, desde donde se disparan palabras y amores y ninguna bala, y que aquí en tierras tropicales las FARC siguen todavía en el monte, pero viven como los rusos a base de mentiras y balas. No acepto que a la gente la maten, si me duele hasta la muerte natural, que será esta dictada, en contra del derecho de los Pueblos, del derecho de gentes, por los hombrecitos de gris.
Quise escribir de inmediato, pero como los rusos, siguen levantando el muro de la lengua, después el de la creencia, después el de las ideas, después el de la mentira, toca hurgar y busque biografía, pedazos de libros y artículos y de pronto me encontré este, de alguien que tuvo el placer de verle los ojos y lo reenvío. Con Anna entendí, el cuídate mucho, como un llamado a cuidar de la vida, de verdad, la nuestra y la del otro y emprender el cuarto camino transformacional.
Mi corazón y mente alcanzaron a preguntar: ¿Anna como regresaste a Rusia? después de haber escrito la Rusia de Putin, porque no viniste a Colombia y estaríamos cantando con Gilbert Becaud, la plaza roja desierta, tomando chocolate caliente como en el Café Puskine......como Natalie, la rusa que te precedió y tenia como Tu el deseo de ser anónima como la sangre y también escribió sobre la mentira y la era de la sospecha, para develar lo no dicho, lo no confesado, experta y periodista, como Anna, en detectar los pequeños crímenes en tierras de Crimen y Castigo. Pensé Anna cometió el mismo "error" de Galán, en tierras de Guerra y Paz. Y me dije Anna viva con Gorbachov y la ayuda del resto del mundo, hubiéramos erosionado a Putin...... y reestablecido la verdad en el reino de la mentira, para ser libres.
La place Rouge était vide
Natalie
Elle parlait en phrases sobres
De la Révolution d'octobre
Je pensais déjà
Qu'après le tombeau de Lénine
On irait au café Pouchkine
Boire un chocolat
La place Rouge était vide.
Carlos Paz, analista polítco, escritor y poeta.
Texto escrito en homenaje a Anna Politkovskaya, Bogotá, Octubre de 2006.
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