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domingo, 13 de octubre de 2013

Los Alcatraces de la Santander otra vez levantan vuelo

En homenaje a mi colega Germán Danilo Hernández
 fotos by Bun

Siempre que visito a Cartagena tengo en mi memoria un episodio que me ocurrió en 15 de febrero de 1990. Me lo recuerdan los alcatraces, esos maravillosos pájaros marinos que hoy consigo distinguir, pero que en ese entonces confundí de manera inexcusable.

Estaba en Cartagena como enviada especial del Telenoticiero del Medio Día para hacer la cobertura informativa de una cumbre antidrogas, una de las primeras que se hacían para pactar cómo luchar contra el consumo indebido, el tráfico ilícito y la producción de cocaína, es decir, contra el narcotráfico, aunque no se nombraba así.


A principios de los años 90 no había llegado aún la tecnología de los directos en TV, sino que los reportes e informes se hacían pregrabados a escasos minutos de "producirse" un hecho. Así que había que redactar muy bien, con información precisa y sin lugar a error, luego de lo cual había que salir a la carrera, literalmente, hasta Telecom y enviar vía microondas el material: informe e imágenes de apoyo.

Era la primera vez que llegaba un mandatario norteamericano a Cartagena. El anfitrión colombiano, presidente Virgilio Barco firmaría con los presidentes Jaime Paz de Bolivia, Alan García de Perú y George Bush de EEUU, el Acuerdo de Cartagena. Uno de esos acuerdos "históricos" en la lucha contra el narcotráfico que quedan solamente en la foto del momento y pasan a dormir en los archivos. 

Es en esa cumbre que se comienza a hablar de algo que también ya se olvidó: la "corresponsabilidad en la lucha antidrogas". Pero esa es otra historia.

Lo que realmente quiero compartir es un memorable error en mi informe central de la cobertura, y del que muy a mi pesar se habló durante algunos días. Sí. Fui la hazmereir por una equivocación que, tampoco advirtieron o atajaron de mi informe los editores en Bogotá.

La seguridad en Cartagena era desbordante,así que imaginaran lo que fue este sarao en la emblemática ciudad.

Estaba militarizada y sitiada por aire, tierra y mar por agentes secretos, cubiertos y descubiertos. Decidí grabar mi informe entre los nativos y raizales del popular barrio de Getsemaní.  
 
Recuerdo esa brillante mañana. Justo en el momento de iniciar la grabación sobrevolaban helicópteros y muchas grandes y bellas aves. Había escrito el texto, lo memoricé y empecé diciendo más o menos lo  siguiente:“Y mientras en la Casa de Huéspedes Ilustres avanza la Cumbre presidencial contra las drogas, aquí en Getsemanía hay un sobrevuelo constante de helicópteros y zopilotes”.

¡Zopilotes! ¡Por favor! ¡Zopilotes!

Después de emitido el informe ese medio día los cartageneros por la calle me hicieron saber que eran alcatraces, una ave marina de gran significado. Lo aprendí para siempre.

Un poco más de 10 se levantan de la piedra coralina en bandada y entrelazándose a orillas del mar sobre el malecón de la Avenida Santander. Monumento (1974) que recuperó para la ciudad la Gobernaciónde Bolívar en agosto pasado.

Aunque inmóviles, la bandada emblemática emprende el vuelo al paso de propios y extraños como dejando atrás, por un momento, la amurallada heroica.

La noble obra consigue que estas bellas aves marinas en su pedestal, recreen de manera permanente en volumen y espacio, el paisaje natural y cotidiano que se vive en esta orilla del mundo.

 

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