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martes, 24 de mayo de 2011

Estamos mal, muy mal y vamos acabar peor


Salí de la Plaza de Bolívar pasadas la 1 de la tarde en medio de un formidable aguacero. Fui a formar parte y a registrar cómo en Bogotá nos importa un "reverendo derier" que la empresa criminal de Saludcoop, se haya robado tres veces la suma del presupuesto nacional.

L
a marcha de hoy (mayo 24) fue convocada por algunos sindicatos pero, por el número de personas que llegamos  -no más de 500-, lo que pone en evidencia es que este sector social, el del sindicalismo, tampoco consigue ya movilizar a las “masas”, ni a las “bases” de sus propias organizaciones. 
Más allá de la actividad corrupta y criminal de los empleados de Saludcoop y de los funcionarios del Ministerio de la Desprotección Social y del Fondo de Solidaridad y Garantías (Fosyga), la protesta de hoy era en contra de la Ley 100. La misma que, como la Constitución Política, está llena de remiendos, en este caso, de decretos acomodados al servicio de los intereses de empresarios y financistas pero no de la salud. 

¿La salud de los colombianos? Endeudada en bancos o en el peor de los casos en el cementerio. Pero bueno. No me distraigo. A lo que voy es que, de algún modo, tenemos lo que nos merecemos. Aquí nadie protesta y nadie se indigna más allá de sus cómodos y seguros espacios de conversación entre pares. Es que ni siquiera cuando las personas son mal atendidas en una IPS, o reciben ibuprofeno para no hacer una cirugía, la gente se toma el tiempo de escribir una carta a puño y letra y meterla en el buzón del lugar y exigir el cumplimiento de sus derechos. 

¿Será que la gente estrato 24 (seis realmente) de Chía, Sopo y sus alrededores harán una protesta contra los constructores o contra la CAR y el Estado local por haber permitido la construcción de lujosas casas y condominios en los humedales que luego en su natural arribismo compraron? No. Eso no se verá jamás aunque tengan no pocas razones para hacerlo.
Cuando se ve la historia reciente de Oriente, Túnez, Egipto, Libia, Yemen y Bahréin y mira las razones por las cuáles la gente protestó y se movilizó entre luces y sombras para intentar cambiar el rumbo de sus sociedades, uno descubre que no son muy distintas -esas razones- a las que tenemos en Colombia para rebelarnos. Podría decirse que las nuestras son más graves y descaradas si se tiene en cuenta que dizque nos ampara un Estado Social de Derecho.

 Pero, ¿por qué no hacemos uso de la protesta y lo expresamos de alguna forma? 
“EPS, alimañas, al pueblo no se engaña” fue el grito que retumbó en los oídos sordos e indiferentes de los transeúntes que iban y venían por la carrera séptima sací que sin percatarse. Los sugestivos mensajes de los carteles hechos para ciegos y no palaciegos vecinos tampoco movilizaron. Incluso el escaso número de agentes de la policía, -pocos si se comparara con los que usualmente salen cuando protestan los estudiantes-, se  veía distraido y aburrido ante el lánguido panorama.
  
Llamó mi atención que entre ese puñado de la Plaza estuviera la Representante Ángela María Robledo y su Unidad de Trabajo Legislativo. Estaban ahí para solidarizarse y escuchar las reflexiones que "aportaban" las consabidas arengas de tópicos del sindicalismo, pero también para insistir y dejar siempre su inequívoco mensaje de pedagogía legislativa y política.  
   
Lo que ví en la Plaza de Bolívar en la mañana de hoy daba pesar de nuestra sociedad. También, daba mucha pena con el buen Simoncito este espectáculo tan sombrío en su patio. El que ha visto de todo mientras lo cagan las palomas (o ratas voladoras) por su creciente número y daño.   
Ante la cada vez más larga lista de engaño, aprovechamiento, crimen y corrupción del propio Estado contra los colombianos, la gente en Bogotá ya no protesta ni siquiera de manera episódica. Estamos mal, muy mal y vamos acabar peor (como dicen los humoristas de La Luciernaga), si seguimos por este camino. Sin expresarnos. Sin protestar. Sin Indignarnos.




"DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS Artículo 20. 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas. 2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.

"CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA. ARTICULO 37. Toda parte del pueblo puede reunirse y manifestarse pública y pacíficamente. Sólo la ley podrá establecer de manera expresa los casos en los cuales se podrá limitar el ejercicio de este derecho".

Fotos by Bunkerglo, tómelas, úselas, pero déme crédito. Gracias.

2 comentarios:

l g g o m e z dijo...

Estas muy pesimista, no hay mal que dure cien años y cuerpo que lo resista!

l g g o m e z dijo...

Por favor publica este fotoreportaje que hice hoy sobre la marcha anticorrupcion de las EPÑS's: http://www.demotix.com/news/703312/march-bogota-against-public-healthcare-corruption

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