A propósito de la orden de captura contra tres congresistas uribistas por ser parte de estructuras paramilitares y hasta determinadores de algunas de sus masacres, he leído con insistencia la afirmación de que hay que ir con cautela en este tema porque el país no resiste la verdad. ¿Cuál país es el que no resiste la verdad? ¿De dónde viene la resistencia? Exceptuando el país político y la clase dirigente, el resto del país no sólo resiste sino que necesita la verdad para desmontar las estructuras criminales que no sólo intimidan sino que gobiernan.
Cuando hace poco más de un año publiqué una investigación sobre la estrategia política del paramilitarismo y sus posibles beneficiarios, del tema se hablaba poco, nada o en voz baja. De la penetración del paramilitarismo en nuestra sociedad no se habla por temor a perder la vida y por temor a las revelaciones que se encuentren. A ver reflejados en semejante podredumbre a los colombianos supuestamente mejor educados que estaban en posiciones de liderazgo social, político y económico y que, como tales, tenían el encargo de proteger nuestra democracia y procurarnos el desarrollo. En cambio, se entregaron a una mafia armada con tal de que protegiera sus intereses y los defendiera de la guerrilla. Hoy, esos líderes están capturados por el chantaje de sus antiguos protegidos y tan aterrados de quedar en la picota pública como de las acciones judiciales en su contra. Eso es lo que no resisten.
Los paramilitares son los que han puesto el ritmo y las condiciones del proceso de limpieza judicial, política y económica que negociaron con el presidente Uribe. El Gobierno no presiona el inicio del proceso judicial de los paramilitares ante la Fiscalía porque teme las confesiones de los paramilitares. Porque sabe que buena parte de las mayorías electorales, legislativas y regionales que dan cuenta de su gobernabilidad reposan en la acción política del paramilitarismo. Y no quieren que se les caiga el arreglo de "tu gobernabilidad por mi limpieza y mi silencio por tu prestigio". Ellos son los que no resisten.
Lo que el resto del país no aguanta es que millones de colombianos sigan gobernados por un enjambre de alianzas político-paramilitares que protegen a quienes supuestamente deben capturar; se hacen los de la vista gorda con el trafico ilegal de coca, armas y plata; desvían por lo menos el 35 por ciento del presupuesto público para sostener esas alianzas y los privilegios que ostentan, y no a sacar a los colombianos de la pobreza; y usan la representación y el poder que tienen en Bogotá para que todo lo anterior quede impune. Eso es lo que el país no resiste.
Lo que el país no aguanta es que los jefes paramilitares de vacaciones en La Ceja puedan escoger a conveniencia cuándo hablar y qué decir. 'Jorge 40', por ejemplo, se retractó de empezar su proceso judicial ante la Fiscalía cuando aparecieron las revelaciones de su computador. ¿Por qué el Presidente permite que unos criminales gocen de privilegios e impunidad legal sin que se sometan a la justicia y cumplan lo pactado? ¿Qué están esperando el Gobierno y los paramilitares? ¿Acaso ver hasta dónde llegan las investigaciones de las Cortes y la Fiscalía para sólo tener que aceptar eso y declararse inocentes de lo demás? ¿Para no tener que contar lo que no resisten? Por Sucre se pudo empezar porque la acción de hombres como el famoso coronel Rafael Colón, de la Armada (a quien este Gobierno sacó de la zona), recuperó la confianza ciudadana en que por fin al menos una parte del Estado estaba dispuesta a dejar la connivencia y enfrentar a los criminales y porque los Morris y García son minicasticas comparadas con otras más poderosas y prestigiosas, por ejemplo, del Magdalena y el César, y ni qué decir de Bogotá, hasta las cuales también hay que llegar. Al fin empezamos. Pero falta mucha resistencia por vencer y mucha verdad por revelar.
Claudia López, analista política.
Columna publicada en El Tiempo, el jueves 16 de noviembre de 2006 (hace un año ya) bajo el titulo completo: LA VERDAD SOBRE EL PARAMILITARISMO ¿Qué es lo que no resiste el país?
Foto by Búnker. Plaza de Bolívar. Mayo 18 Día Nacional contra la Impunidad, 2007.
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