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sábado, 10 de marzo de 2012

Respeto al Otro, pero no le alcahueteo a nadie: Fernando Hinestrosa

  “Hay un punto que siempre resalto y es que en el Externado hay una marca de fábrica. Somos una comunidad de personas libres que coincidimos en los principios ideológicos, éticos, cívicos, pero no somos una cofradía. Nos entendemos, nos respetamos; somos solidarios y también vigilantes. A mí me la cobraron recientemente por haber dicho que la gente del Externado, no por  ninguna orientación de nadie, sino como una reacción espontánea, no perdona las faltas a la honradez, al carácter, o al temple nuestro. Respetamos al otro pero no le alcahueteamos a nadie”. Fernando Hinestrosa  
  
Formo parte de esa comunidad y llevo adherido su sello de fábrica

Alcé la voz en la Plazoleta Diego Mendoza Pérez (otrora sentipensante) para protestar por las ineficiencias y vacíos de la aún muy joven carrera de Comunicación Social y Periodismo; con nuestros insípidos y cercanos 20 años, aceptó sentarse con un puñado de compañeros de la comisión negociadora creada para concertar, luego de casi 2 meses, el fin de un memorable y ruidoso paro que adelantamos los únicos 4 o 5 semestres de la carrera; me sumé a los estudiantes de la Facultad de Derecho que, desde su querido Jardín del Olimpo hacia su ventana del quinto piso del edificio A, arengaban consignas contra la violación de los DDHH del gobierno de Turbay Ayala; asumí el reto, ya como profesional, de crear, junto con Azriel Bibliowicz, El Informativo una publicación especial para conmemorar el (primer) Centenario la Universidad (1986), y que se convirtió en el medio informativo institucional del que fuí su editora los dos primeros años; procuré acudir siempre que pude a las invitaciones académicas que nos extendía...  

En el Externado aprendimos a ser libres y a respetar al Otro.

En sus aulas, corredores y patios de finales de los 70 principios de los 80, convivimos en el debate y la tolerancia, manifiestos y organizados grupos de juventudes liberales, conservadoras, comunistas, socialistas, anarquistas, en fin, todas las "istas" existentes y, desde  luego, soñadores e iconoclastas también… 

Debatíamos, discutíamos, citábamos a Marx, a Engels, a Bakunin, las Cinco Tesis de Mao, a Mario Arrubla, a Estanislao Zuleta, a Fidel Castro y al mismísimo Eduardo Galeano y Pablo Milanés si fuera necesario y no recuerdo a quienes más, para zanjar un acalorado debate sobre nuestro presente, el de la educación, el de la universidad, el del país, lo que [nos] pasaba y sentíamos en ese entonces, que no es muy distinto a hoy. Tiempos de años felices, combativos y entrañables. 

Cultor de las libertades, todas

"El credo de libertad, el culto a la democracia de autonomía", no era  difícil en la Universidad. No había sectarismo político. Tampoco persecusión y menos macartismo. Pensabamos en voz alta. En laicismo era manifiesto. Intrigábamos y conspirabamos todo el tiempo con carteles, poemas, discursos, teatro; alzábamos la voz, pero después, indefectiblemente, éramos capaces de bajar por la calle doce abrazados (desde hoy Calle Fernando Hinestrosa), detenernos donde el “Chapulín”, cómplice y fiador ambulante de nuestra pobreza estudiantil, para comprar cigarrillos y llegar a cualquier “roto” de la misma calle para conversar una y otra cerveza y continuar los interminables debates, hasta llegada la noche que partíamos para rematar bailando música folclórica del Chocó en la 17 o muy cerca a Quiebra Canto o llegar al Goce Pagano de la 23 (el auténtico). 

El búnker altivo que salió de su Aula Máxima  

También formo parte de las que no “perdona las faltas a la honradez, al carácter, o al temple. Respetamos al otro pero no le alcahueteamos a nadie”, como lo describiera el mismo Hinestrosa en la gran entrevista que le concedió a la periodista Cecilia Orozco en El Espectador. 

Cuando en 1979 suspendimos las clases en la Facultad de Comunicación y Periodismo en un paro (entiendo que el único que se ha hecho), en plena efervescencia del dictador nicaragüense (Anastasio) Somoza, creo era ya una discípula aventajada de carácter y temple con el que crecíamos los profesionales externadistas. No en vano allí surgió de boca de mi amigo y colega Guillo - Guillermo González Uribe-, un apodo que desde entonces y hasta hoy me nombra, talvez también, como un sello de fábrica de la Universidad. 

"Algunos dicen que somos altaneros. No es cierto. Somos altivos que es diferente, porque nuestra columna vertebral son los principios". Y Búnker es eso, altiva.
 
Rector más de 45 años "por falta de imaginación"

Si las operaciones matemáticas no me fallán, Fernando Hinestrosa tenía apenas 30 años cuando asumió la rectoría de la Universidad en 1963 hasta hoy 10 de marzo de 2012, día en que lo despedimos en su viaje para siempre.

Fue Rector por más de 45 años por “falta de imaginación”, contó en medio de las risas de los asistentes que lo acompañábamos a recibir la Medalla al Mérito al Servicio que le confirió la Federación de Cafeteros en 2008. “Es tolerancia recíproca... Sentido de responsabilidad. No es presuntuosidad ni pensar que está uno teniendo la pared o que es indispensable. No. Es un compromiso con sus ideas, con sus principios, con sus valores”, dijo en sus palabras de agradecimiento al recibir, con notable humildad, el reconocimiento.

Junto con mis papas Ligia y Luis Augusto acudí a recibir mi título como profesional de la Comunicación y el Periodismo de manos del Rector Hinestrosa en el aula máxima (1983) del Externado de Colombia. También estaba papá Reca, como le decíamos al catalán José de Recassens fundador, profesor y decano de la Facultad de Comunicación Social y Periodismo hasta su muerte. Bajo la tutela de Eduardo Umaña Mendoza, mi maestro en Instituciones Políticas y Constitucional, aprendí las primeras lecciones en Derechos Humanos. Fue asesinado en abril de 1998.

Inteligente, docto y recto

Tenía buena retentiva. Recordaba rostros y nombres de los exalumnos. La última vez que nos encontramos en un discreto y sincero saludo fue ese 27 de noviembre de 2008 cuando recibió, también con Roberto Cuéllar director del Instituto Interamericano de Derechos Humanos IIDH, la distinción Medalla al Mérito por Servicios al “prestante Abogado de la Universidad Externado de Colombia, sin lugar a duda el más destacado jurista del país por la manera inteligente, docta y recta con que ha ejercido la profesión y por los muchos reconocimientos y ovaciones que ha recibido de Universidades y Academias de todas partes del mundo, por lo que su obra doctrinaria se clasifica dentro de los grandes aportes a la ciencia jurídica contemporánea”.

Allí también lo acompañaron algunos de sus discípulos y distinguidos alumnos: Alfonso Gómez Méndez ex Procurador General de la Nación y ex Fiscal General de la Nación (para mí el único que hasta ahora hemos tenido junto al fugaz paso de Viviane Morales), y la Contralora General de la República Sandra Morelli, en ese momento directora jurídica de la Federación Nacional de Cafeteros.

Derechos y Humanos

Los crímenes de lesa humanidad y la indiferencia de la gente lo aflijieron siempre. Los calificó de aberración. "Es mucho lo que nos falta por recorrer para llegar a ser un Estado social de derecho", dijo a propósito de las violaciones a los derechos humanos en otra entrevista el 2 de noviembre de 2003.  

"Una cosa es el perdón y otra el olvido, porque hay cosas que no se deben olvidar; se deben recordar para que las nuevas generaciones se den cuenta de lo que ha ocurrido, para que vean lo que ha costado la formación de la nacionalidad. Y para evitar la repetición, aunque sea un poco iluso pensarlo", advirtió. 

Rescatar la dignidad del país

"Colombia no es ajena, Colombia es de cada uno de nosotros; sus problemas son de todos nosotros y los tenemos que resolver nosotros; nuestra posición no puede ser la de coger cada cual por un lado o de abrirle huecos a la barca. Volveremos a ser una nación en la cual creamos y debamos creer. Hay que evitar la polarización, y no agudizar la lucha de clases a estas horas de la vida, porque es infame, es una estupidez y una torpeza. Todos, usted y yo, su familia y la mía, la prensa y la universidad, todos, sin diferencias de raza ni credo, debemos contribuir al rescate de la dignidad de la Patria", respondió en la misma entrevista a Yamid Amat sobre hacia dónde iba el país.

Se nos adelantó, en la indefectible partida de este mundo, un elevado y gran ciudadano colombiano. En lo personal fue un admirable Rector de ideas liberales en cuya Universidad (mi colegio grande) me hice como persona, como mujer, como profesional y salí con mi mochila cargada de herramientas para ser, cada día, una mejor ciudadana. Respeto al Otro, pero no le alcahueteo a nadie!
 
Fernando Hinestrosa, como escribió Alfonso Gómez Méndez, es un “referente indispensable en el respeto a las libertades, en el culto a la verdad, en el amor a Colombia, en la defensa sin esguinces de la controversia ideológica, en el credo liberal, y en la vigencia plena del Estado de derecho, por lo cual es un orgullo para todos los colombianos”.

FOTOS. Salvo la última imagen en la que aparezco al lado del Rector, el profesor Gonzalo Cataño, el ex decano de Comunicación y Periodismo Miguel Méndez Camacho y mi amigo y compañero de estudios Gustavo Castellanos, todas la fotos son de mi autoría. En algunas está con su hijo Roberto y sus nietos; también con el jurista y defensor de DDHH Gustavo Gallón y Roberto Cuéllar, director del Instituto Interamericano de Derechos Humanos.  

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3 comentarios:

Gina Escheback dijo...

Uno dedica toda su vida, esperamos siempre al final ver los frutos de la lucha.
gracias por compartirlo

Anónimo dijo...

Que excelente experiencia... nos muestra la humanidad de nuestro amado rector. Felicitaciones por su cercanía y compromiso con el legado externadista.

Todos lo llevamos en el corazón.

Manuel Antonio García Giraldo dijo...

Gracias Maestro Hinestrosa. No existen palabras para describir su magnífica vida y obra. Gracias por trascender y convertirse en una leyenda en nuetras mentes y corazones y sobre todo gracias por instruirnos en la sencillez y humildad.

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