Al último largometraje de la roñosa y cicatera historia de Colombia
hubo que pegarle una última escena extra después del montaje final del 14 de junio. Aunque de todo el largo fue la parte más fácil y rápida de rodar, este pedacito tomó siete días con sus noches y a un costo que rebasó su valor inicial.
La película era una más de las malas que se hacen
en el país. Antes de que iniciara su rodaje y desconociendo el guión y lo que tenía en mente su director, se sabía como sería el final de “La mala película de
la Reforma de la Justicia”.
No había pierde. Todo lo que empieza mal, termina mal.