Ángela María Robledo: Intuición, pasión y convicción

Conversamos durante 45 minutos el 18 de julio en su oficina del Congreso. Solo descansó dos semanas al final del periódo legislativo porque, junto a su equipo de trabajo y los representantes German Navas Talero e Ivan Cepeda preparaban la Audiencia "Justicia para la Justicia" que se realizó en vísperas de instalarse la legislatura 2012-2013. Estudia, lee y conversa. Hace la tarea con disciplina, mística y pasión. Los bogotanos no se equivocaron eligiéndola para que los represente. Le gusta la política.

Sonríe con frecuencia. Habla claro y pausado mirando al Otro a los ojos. Casi que literalmente y sin dificultad recuerda y cita pensadores, estudiosos, poetas, políticos para ilustrar su opinión y encuentra con facilidad en su mochila la metáfora perfecta para alumbrar una idea.   

“Vengo diciendo hace un año que las orejas del lobo ya se habían asomado. Ya sabíamos que había un lobo que venía a recoger sus mejores presas”, dijo al referirse a la conciliación y hundimiento de la reforma a la justicia en junio pasado.

La Representante por Bogotá en la Cámara del Partido Verde Ángela María Robledo miembro de la Comisión de Paz y la Comisión VII de esta Corporación, no ha estado exenta de conflictos, momentos difíciles, tensión y mucha incertidumbre al enfrentar con decisión su trabajo en el Senado y la Cámara.

“Sabía que llegaba a un lugar muy difícil. Sabía de la dificultad de construir partido político porque, como bien lo dice el profesor Pacho [Francisco] Leal, después del bipartidismo los partidos que tanto aportaron también hicieron mucho daño a la democracia. Hoy son partidos de bolsillo”, subraya. 

Recuerda con respeto y tranquilidad cómo en el PV algunos banalizaron despectivamente su actitud de estudio diciendo “esa señora que no hace sino echar cuentos y hablar bonito”. En el Congreso le pasa todo lo contrario. Es admirada por ello. “Todo lo que me queda es mi permanente actitud de estudio”.

Ese origen académico y contínua preparación han tenido una significativa incidencia en las tareas legislativas – como describe su labor en el Congreso-. Así se lo reconocen sus compañeros en la Cámara. No pasa inadvertida.

La confianza es su mayor soporte para deslizarse en el laberinto opaco del Congreso. Especialmente para hablar con las otras personas como otra igual. Es una actitud de vida. Sin embargo tiene a mano su “armadura de guerrera”.

Para Robledo las leyes son como una caja de herramientas. Por eso en el período legislativo que se inicia el 20 de julio buscará, junto con Ivan Cepeda y otros legisladores una nueva y urgente herramienta: una ley que tipifique el feminicidio. 

Con igual talento y vitalidad de cómo atiende las tareas legislativas, también lo hace con las incesantes conversaciones que sostiene con sus representados, seguidores y críticos en la “democracia en línea”.

Lee. Mucho y todo el tiempo. Poesía, novela y todos esos libros de la realidad dolorosa de Colombia y asegura siempre un tiempo para la tertulia con sus amigos y amigas. “Son espacios más catárticos a donde yo puedo Ser, estar más tranquila. También con mis hijos que, aunque son más esporádicos, son muy profundos.

Es una convencida de que la paz es urgente y posible pero que para eso “es necesario que cese el ruido de los fusiles y las bombas de los guerreros. También, como lo decía el maestro Fals Borda, que se afinque en ese Ethos de resistencia que por dos centurias han significado las prácticas de comunidades indígenas, comunidades negras, de los campesinos, de las mujeres”.

Ha acompañado a los estudiantes “en su lucha creativa, imaginativa y pacífica por una educación de calidad”, a las víctimas y a todas las ciudadanías en su descontento. Es cuidadora mamá, compañera acompañadora, líder orientadora. Cálida y profundamente solidaria.

Usa mochilas que le han ido regalando y las colecciona. Ahí lleva todo, dice. Pude haber usado un maletín, una maleta más grande, pero me quedo con la mochila porque este viaje tan difícil hay que aprenderlo ligero de equipaje”.

S- ¿Qué traía en su mochila y qué le faltó meter al llegar al Congreso hace dos años?

AMR- En esa mochila metafórica traía el programa del Partido Verde, sus principios y lineamientos programáticos. Fue la carta de navegación para venir a trabajar acá. También la Constitución y un libro pequeño donde tomar notas.

Me hizo falta mi armadura de guerrera. Muchos años atrás la había guardado. Hoy la tengo. Es móvil. A veces necesito ponérmela para recibir golpes de los más cercanos, del fuego amigo como dicen. Me la quito cuando me encuentro con la gente, cuando voy a las audiencias, cuando viajo a otros lugares.

S - Para Robledo es algo bonito que sus compañeros en la Cámara le reconozcan sus capacidades y talante así “políticamente no compartan conmigo posiciones, les parezca un poco intensa”, o que otros más piensen que sus constancias sean palabras al viento. “Hemos visto que no son palabras que se las lleva el viento. La gente las mueve para recordar coherencia que hemos tenido”, precisa.

S- ¿Para qué le ha servido como congresista la Psicología y una Maestría en Política Social?

AMR- Más que un saber específico es reconocer que el conocimiento si cuenta en el Congreso. Cuando circula un conocimiento con un componente de comunicación y un arraigo en la tarea legislativa sirve para mucho. Es lo que hemos podido posicionar con algunos congresistas con los que sí he podido hacer tarea.

Siempre leyendo, consultando...

Con el conocimiento hundimos la cárcel para adolescentes y que se bajara la edad a 12 años.

Con el conocimiento hundimos en referendo de cadena perpetua mostrando que sus efectos no son disuasivos, ni persuasivos sino por el contrario producen muchas más muertes. El que se siente en cadena perpetua nada hace por entregar un testimonio ni un elemento que ayude a clarificar verdades. 

Con el conocimiento de cosas nuevas contribuimos a que desapareciera el proyecto que nuevamente penalizaba las tres formas de aborto.

En el tema de la justicia que no conocía me acerque a organizaciones y especialistas que me ayudaron a entender dónde estaban las profundas fragilidades del proyecto, sus riesgos y empecé a estudiar.

La sicología me ha ayudado más a aprender las formas de estar y ser en el mundo. En este espacio. Reconocer mis momentos de profunda fragilidad, de conmoción para cuidarme pero al mismo tiempo para poder sentir con el Otro. La empatía es una práctica importante y trato de que circule, de que cuando me levanto y digo o estoy en una tarea realmente esté ahí. Es la manera de conectarme con la gente.

S- Ángela María junto al Senador John Sudarsky son los únicos Congresistas que ofrecen a sus electores una Rendición de Cuentas trimestral de su gestión. Rigurosa, juiciosa, documentada. Ha hecho siete. Toda una bitácora de su actividad legislativa desde la primera en octubre de 2010.

Debatiendo en Comisión tema vivienda

S- ¿Qué experiencias del pasado le han servido de manera especial para lidiar con la dinámica del Congreso?

AMR- La confianza y la tarea colectiva. Siempre que estoy ante alguien procuro confiar como mi primera actitud. Qué pierda después la confianza es otra cosa, pero eso ha sido capital –capital social- como diría John Sudarsky.

Por otro lado un referente ético, simbólico: mis procesos de formación familiar, mi infancia en una familia donde fui profundamente amada, con vínculos súper fuertes entre mis hijos y con mi ex compañero. También los referentes de personas como el viejo Federeci [Carlo], un Antanas y mis amigas de tantos lugares que he construido y que me ayudan.

S- ¿Qué ha cambiado en Ángela María desde su primer día de Congresista a hoy?

AMR- He perdido el miedo. Tenía mucho miedo. Esto era un laberinto. Me sentía pérdida en los horarios, en las formas, en los gestos. Tenía temor de intervenir en las sesiones. Mi voz temblaba. El tema de lo público me asustaba. Pero el mayor miedo era si yo iba a poder mantenerme firme en mis convicciones con la flexibilidad de una palmera que, aún en las tormentas, pareciera que el mar la arrastra pero no, vuelve y se levanta. La palmera levantina de la que hablaba Miguel Hernandez, acota con suavidad.

En el primer semestre de la primera legislatura materialmente me quebré. Mi cuerpo estaba tan rígido que al bajarme del carro me rompí un pie.

Comprendí qué no era la rigidez sino la flexibilidad lo que tenía que aprender a manejar y abrirme un poco más a explorar. Traía una tarea bonita a lo largo de mi vida y me daba mucho miedo fracasar por las personas que habían votado por mí. Tengo absoluta claridad de quiénes me pusieron aquí: las organizaciones sociales, las universidades, la gente joven…  

En su oficina

Fue muy difícil el tema de votar en bancada proyectos con los que no se está de acuerdo. Cuando claramente el PV se mueve por un rumbo tan distinto a la película a la que me llamaron para hacer parte. Hoy mi rostro es distinta, puedo sonreír. Ya no tengo miedo.

S-¿Qué ha descubierto de Ud. en este tiempo?

AMR- Sigo siendo la misma Ángela María pero descubrí que la política era una fascinación. Qué eso estaba ahí. Qué aunque a lo largo de mi vida he hecho tareas políticas, este escenario claramente instalado en el espacio de lo público era fascinante. Eso fue: haberme descubierto que la política me gustaba más de lo que yo creía que me gustaba. Ha sido importante porque me permite hacer esta tarea tan difícil con más emoción.

S- Perplejidad y fascinación fueron las palabras con las que describió sus primeras impresiones sobre la aventura de ser Congresista. “Un carácter de novedad frente a lo cual no cesa el asombro. Desde entonces se han transformado mis rutinas cotidianas, el ámbito de las interacciones, mi propia capacidad de observar, escuchar, opinar, deliberar, acordar y disentir”.

S-¿Qué lee en estos días?

AMR- Ahora estoy leyendo Suite Francesa de una mujer de origen ruso y ascendencia judía, Irène Némirovsky, de quien dicen es como la León Tolstoi o la Dosvtoyeski femenina. Es una impresionante novela en el contexto de la ocupación nazi a Francia… También Carranza El Patrón de Ivan Cepeda, estoy terminando Los 12 apóstoles de Olga Behar que había dejado por un tiempo porque es un texto muy fuerte y vigente... También leo un libro de un japonés que fue premio Príncpe de Austurias [Shigeru Miyamoto] y terminé hace poco la Monja Revolucionaria la del Colegio del Marymount, unos cuentos preciosos. Leo atodas las noches antes de dormir, me ayuda, me tranquiliza...

En ICBF haciendo seguimiento de programas para niñez

S- Es curioso, le digo. Parece que los Congresistas no lo hacen según confesaron algunos no haber leído la hundida reforma a la justicia…  (Reímos)… Sí me dice "Y por ahí que dizque hay una ley que dizque para que leamos los proyectos… ¡Qué vergüenza!… ¡Qué vergüenza!… (Más risas).

S-¿Es fácil hacer amigos en el Congreso?

AMR- No, no es fácil. Uno tiene colegas, compañeros… No tengo muchos pero los que tengo sé que van a ser mis amigos para toda la vida. Es muy difícil por las vicisitudes en las que se vive en el Congreso...

S- Robledo forma parte de la Comisión de Paz de la Cámara. Su gran sueño “es aportar desde la labor legislativa a la paz con justicia social porque la Paz no es solamente el silencio de los fusiles: son reformas fuertes y contundentes en salud, educación, vivienda y acceso a la tierra.

Enfatiza: "No sigamos aprobando presupuestos para la guerra. Hay que legislar para la Paz. La Paz es urgente, es posible, es un derecho y un deber”.

S-¿Se puede ser una mujer sentipensante en el Congreso?

AMR- Nooo… No... Eso es de las cosas hermosas de los saberes ancestrales y los saberes postmodernos. Foucault habla del coraje de la verdad. Dice que el verdadero coraje de la verdad está cuando tu puedes nombrar la palabra frente al poderoso. No es nada fácil. Pero en eso creo en todos los saberes de nuestros hermanos indígenas, que hay una fuerza y que es ancestral. Inexplicable. Pero que emana...

Lo otro es que me he movido mucho desde la intuición. Si bien hablo del conocimiento, la intuición es la herramienta gemela del conocimiento. Es con las entrañas con lo que a veces siento.

Sobre lo de la justicia, por ejemplo, sabía que había asuntos complicados pero me faltaban conocimientos. Tenía que entender las implicaciones de la doble instancia. La pérdida de investidura. Pero sentía por dentro un malestar. Eran Jung, la Pinkola [Pinkola Estes Clarissa], las mujeres que corren con los lobos que habla de la voz intuitiva y mitológica… Un poco como etéreo pero sí, la intuición me ha servido profundamente… 

S-¿Extraña a los Visionarios?

AMR- Sí. Extraño a los visionarios. Extraño a Antanas. Extraño sobre todo su condición de hombre profundamente bueno. La bondad de una persona como Antanas le hace una falta enorme a este país. También extraño la tarea de Visionarios que algunos tachaban como ingenua. Extraño poder relacionarme con gente como ellos. No había que ponerse ninguna coraza, ninguna armadura, ninguna mascara. El proyecto de Visionarios está vigente en el país.

Muchos congresistas me dicen Angelita, algunos son muy cariñosos, amables. En ese nivel superficial he podido tener una relación con ellos pero, más allá de ciertos espacios, no. Se con quien no comparto nada más que un saludo.

S- Si el profesor Antanas Mockus fuera presidente….

AMR- Si Antanas hubiera sido presidente nos habría ido mejor y sería muy distinto. Muy pocas leyes y de mucha más calidad. El tema de la consistencia entre medios y fines sería distinto. El tema de la paz estaría enredado porque todos conocemos su posición tan hermética y que mira con mucha desconfianza la posibilidad de un diálogo.

El debate de la reforma tributaria hubiera sido de los primeros y no como Santos candidato que dijo que no habría tributos y ya ha habido dos y vamos para el tercero… Pero, así como lo hicimos en el Concejo con Antanas Alcalde, también en el Congreso hubiéramos hecho una tarea.

S-¿Qué piensa de Juan Manuel Santos?

AMR- Yo le digo el presidente diplomático. Frio, distante, poco consistente, poco ejecutivo, contradictorio. Es un gobierno que no arrancó, que no ha arrancado y no sabemos si arrancará.

S-¿Y el de Bogotá sí arrancó?

AMR- Me gusta el proyecto de Gustavo Petro. Siento solidaridad por el hostigamiento de todo orden que hay contra él. Es como lo que está pasando con Sergio Fajardo. Lugares muy distintos, historias muy distintas pero los dos están siendo objeto de un hostigamiento jurídico impresionante. Cada cual está enfrentando, desde sus tareas y lugares, a los corruptos y a los dones. Eso me produce solidaridad y admiración.

Pero hay decisiones que hay que mirar y evaluar. El tema de la jornada escolar completa era fundamental para los muchachos en primer lugar y también para las mujeres. El cuidado de los niños y niñas de de 0-5 años fuimos nosotros [Alcaldía Mockus 2001-2003] los pioneros de esta tarea en Bogotá.

El pico y placa ha funcionado pero hay que mirar dentro de la globalidad de la movilidad como opera. Sabemos que presentará un proyecto de reforma tributaria porque quiere resolver un nuevo problema que la ciudad no tenía: la salud. Las IPS de Bogotá eran insostenibles. También en el tema de vivienda, de redensificación de la ciudad que sociológica y antropológicamente es un enorme reto.

Petro se la está jugando toda. Lo que digo es que lo dejen gobernar y hagamos seguimiento y monitoreo. Sé que ha habido quejas de clientelismo pero, si en algo se ha identificado en algún momento Petro con Antanas era en el no clientelismo. Esperemos que no caiga en las mismas. Solamente lo sabremos al final del camino.  

En su curul. Plenaria Cámara de Representantes

S- ¿Entonces es más lo que ha ganado que lo que ha perdido Bogotá con Petro?

AMR- Es prematuro responder esa pregunta. Creo que está proyectando un modelo de ciudad distinto y que se equivocaría totalmente si quiere arrancar de cero. El tiene que reconocer que había propuestas de ciudad que eran valiosas.

S-   En su actividad de control político la Representante Robledo ha dejado 17 constancias desde la primera el 17 de noviembre de 2010. Ha preparado 54 artículos, 17 documentos de fondo… Todo, trabajando, básicamente en solitario.

S- ¿Qué ha significado el disenso?

AMR- Cuando dejé una constancia en el octavo debate de la Reforma a la Justicia escribí un tuit que decía: “una golondrina no hace verano pero estoy segura que esto es una constancia histórica por esto y esto (…)”. A los segundos me responde un muchacho que me dice: Angela María si bien una golondrina no hace verano si es el anuncio de la primavera”. Me pareció !precioso! Creo que eso es la disidencia. 

Quizás debamos trabajar más que cualquier congresista; quizás nos toque preparar mucho más los debates de control político que a cualquier congresista; quizás la tarea sea mucho más difícil, pero a mi me parece interesantísima.

No soy tan "angelita" como cree la gente. Toda la vida he sido una rebelde, desobediente. En el Congreso me siento haciendo un despliegue de mi rebeldía, quizás más domesticada, con más años, más vieja… pero rebelde (Risas).

Audiencia "Justicia para la Justicia" - Julio 19 de 2012

S- ¿Qué la une hoy con el Partido Verde?

AMR- Me une el sueño de un planeta que nos sirva a nosotros y que sea la herencia para nuestros hijos, nuestros nietos y para las generaciones futuras. Esa es la tarea de un partido verde. Si se pudiera desarrollar programática y éticamente, enriquecer los dilemas desarrollo/sostenibilidad, economía/austeridad y el cuidado de la vida de los hombres sin destruir las otras especies. 

Eso es lo que me une y por lo que llegamos al PV. Ese sueño sigue siendo válido y común. Pero con su dinámica, directivas, concejo ejecutivo y los otros compañeros de bancada realmente no me une nada. La forma como votan, como hacen la tarea legislativa, las reuniones con Santos (a las que afortunadamente nunca nos invitan ), la lejanía del PV con la ciudadanía, la ausencia de democracia en su interior, todo eso me produce absoluta indignación.

En medio de la multiplicidad de tareas y responsabilidades, y junto al maravilloso equipo que me acompaña, definimos que el núcleo fundamental que orientará nuestro trabajo: Pedagogía Legislativa y Política. Es decir, lograr acercar la ley al ciudadano, que ésta cobre vida y se vuelva un hecho político, que garantice los derechos y dignifique la vida.

S- ¿Cómo va su misión de pedagogía de la Ley?

AMR- Ha sido bien bonito. En muchos espacios la gente ya habla de pedagogía de la ley. Cogí un conjunto de leyes vigentes y comencé a viajar a distintos lugares donde las discutimos y trabajamos. 

Foucault dice que los conceptos deben ser como cajas de herramientas y, dependiendo como te muevas y a donde te muevas, hay un concepto u otro que tú tomas. La situación histórica y geográfica de donde estés hace que utilices ese concepto de una determinada manera. El tema del poder, de la solución, de la explotación, de los micro poderes... muchos de esos conceptos. Las leyes son como una caja de herramientas.

Audiencia "Justicia para la Justicia" - Julio 19 de 2012

Trabajar la ley es escuchar a la gente. Desde los escepticismos absolutos de “la ley no sirve para nada”, hasta posturas más complejas de que “la Ley se tiene que cumplir porque sí”. Desde una condición de desconocimiento de la Ley hasta una biopolítica de la Ley. 

Lo he hecho en el tema de mujeres, de niños, de víctimas y con jóvenes. Focalizo algunos temas y salgo a las localidades en Bogotá y otras ciudades. Me invitan mucho a las universidades. A veces me resulta difícil porque es un saber muy jurídico, entonces he tenido que aprender esa comunicación jurídica. A veces no encuentro la narrativa para comunicarme más fácil, en qué tono apoyarme, en el de ponencia, o más política… Eso es lo que he hecho no solo con organizaciones sociales sino con comisarios de familia, fiscales, operadores de justicia, estudiantes...

S- “La mayoría de las mujeres vive como las minorías excluidas: sin garantía de derechos, con violaciones permanentes a sus derechos humanos más fundamentales y con espacios laborales, sociales y políticos excluyentes”, escribió usted en alguno de sus documentos.

S- Inclusión, equidad de género y ciudadanía han sido ejes en su visión de país. ¿Qué ha podido hacer en el Congreso?  

AMR- Ciudadanías – acota-. Es poder fragmentar unos conceptos e irles encontrando en la superficie sus fisuras. Cómo vivimos las mujeres la ciudadanía; cómo somos claramente objeto de derecho. En el Congreso hay una especie de mirada muy condescendiente con las mujeres: la dama, un lenguaje como del medioevo.

Como lo señala Nancy Fraser, ha habido muchas tareas de reconocimiento pero es el tiempo de la distribución y participación de las mujeres. Una tria que no podemos olvidar y que no se puede agotar en listas, en cuotas. El tema del mejoramiento de las condiciones de vida de las mujeres es clave y, en medio de un mundo globalizado, hay que mirar legislativamente que se puede hacer.

Protesta contra SaludCoop Mayo de 2011 foto by Bunkerglo

El tema de la inclusión no es un concepto que circule mucho en el Congreso. Aquí se habla más de políticas públicas, sociales, de coberturas… Sin embargo en mi trabajo trato de incorporar esas nociones en todos los escenarios…

Consulta su cuaderno y me lee: “Los sujetos inesperados son los sujetos que nunca han tenido voz”. Hay que reconocerles a las personas su saber e incorporarlos, precisa.

S- Usted escribió hace pocos días en tuiter que había que proteger la vida de indígenas en el Cauca y no estigmatizados como hace Mindefensa y Policía Nacional y siempre hacen con los movimientos sociales. ¿Cómo?  

AMR- Hay que generar un espacio de mesa de concertación con los indígenas. Baltazar Garzón puede cumplir una tarea pero no solo él.

Lo que pasa en el Cauca es una oportunidad real para demostrar que sí somos un país pluri étnico y multicultural como lo establece la Constitución.

Aquí seguimos teniendo una mirada muy occidentalizada sobre el territorio, la tierra y sobre las luchas de los indígenas. Estamos acostumbrados en decir que están infiltrados por la guerrilla y el movimiento social o político se banaliza y estigmatiza absolutamente.

S- ¿Qué ha podido hacer y qué quiere hacer a través de las redes sociales?

AMR- Esto que hemos llamado la democracia en línea es absolutamente maravilloso, el aquí y el ahora, muy exigente. 

Quiero seguir aprendiendo, entender más la tecnología que hay de base. Qué más gente me siga, me escriba, me enseñe que yo también voy aprendiendo.

S- Si hay algo que caracteriza a Ángela María Robledo es su capacidad de crear equipos y generar sinergias. Por eso desde el 2010 son el soporte en su tarea legislativa una abogada, un filósofo, un sociólogo, un administrador de empresas, un politólogo, una comunicadora, un periodista, todos profesionales especializados, técnicos, que con mística y convicción acompañan el ritmo de Robledo junto a su conductor.   

S-¿Tiene un plan de acción con su UTL?

AMR- Hicimos un ejercicio por escenarios, prioridades y frentes de trabajo. La coyuntura va poniendo las tareas legislativas. 

Nuestra carta de navegación es la Constitución, el pacto por excelencia. No es un hecho solo jurídico sino simbólico y cultural. Esa Constitución costó mucho y es un pacto social muy importante.

S- Cómo ser Congresista y no frustrarse en el intento?

AMR- Trabajando, y trabajando de manera abierta. Giorgio Agamben señala que la política es una práctica abierta. Qué está mucho más cerca de la literatura, de la poesía, de la poética que de las matemáticas, la economía y la acción instrumental. Por eso, con todas las dificultades y las lágrimas derramadas en su momento, no me siento frustrada en el Congreso. Es necesario tener logros concretos, proponerte tareas. 

Ángela María Robledo es intuición, pasión, convicción una congresista a quien el título de Honorable Representante le hace honor.

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