Ni yo misma daba crédito a mi audacia.
Sin dudarlo y desafiando mi pánico a las alturas –y esto iba a ser demasiado
alto- y la sensación de vértigo, subí en uno de los ascensores montacargas de
la terminada obra negra, hasta el último piso o techo de la vanguardista Torre Trump
Ocean Club y, desde allí, divisar Nikon y Canon en mano, el nutrido paisaje geométrico
de cemento que contrasta con el vaivén celeste y añil del espléndido océano que
cercar la Panamá vieja, colonial y moderna.
Sin darme cuenta, y en un proceso
lento pero seguro parando primero en el piso 35 y luego hasta el final, llegué
no solo a sus 293 metros por encima de sus 70 pisos, para disfrutar de la
espectacular panorámica de 360º grados de la pequeña urbe capitalina de centros
comerciales, muelles, embarcaciones, departamentos de lujo, hoteles, casinos y
sus desafiantes rascacielos asomados al pacífico.
La Torre Trump Ocean Club es quizás
hoy la más alta y más grande la propiedad vertical en América Latina, me
comenta Jenaro. “Urbanizadores panameños y colombianos se unieron para que
The Trump® Organization participará en la primera mega construcción de hotel y
condominios en Panamá”.
Y es que sin duda, el diseño, dimensión y propósito del negocio que representa la Trump, llegó para redefinir el negocio de bienes raíces en Panamá. Primero, porque es el primer proyecto en América Latina en el que el magnate Trump participa. Segundo, porque la inversión inicial de más US$250 millones para la construcción, significó un aumento en oportunidades de empleo, urbanización y turismo.
Aunque desde una vista aérea y cualquier punto del animado malecón turístico de restaurantes, bares y caminos para andar de Amador se puede observar el imponente Velero, desde otro ángulo y distancia, la Trump también nos deja ver como su vela se convierte en alas curvilíneas dispuestas al sexo o la aleta dorsal de un tiburón (!).
Y es que está imponente obra civil y
de diseño alberga en tres definidas secciones un centro de negocios de 1.400
metros cuadrados, un centro comercial de similares dimensiones, parqueaderos
para 1.400 vehículos, 36 ascensores, 10 amplias escaleras de emergencia, un SPA
de 929 metros cuadrados, dos piscinas en el piso 13, una de borde infinito, bares
descubiertos, 509 apartamentos residenciales y un Hotel que ocupa una de las
velas (o las dos?) con 369 habitaciones que incluyen 41 suite del hotel y 126
lofts, todo, de gama alta.
Sobre el nivel del mar la monumental
Torre Trump Ocean Club diseñada por los arquitectos Mallol & Mallol y
George Moreno (http://www.mallolarquitectos.com/index_templ.html?p=undefined),
se consumió 120.000 metros cúbicos de concreto. Cuenta además con un
sofisticado sistema de evacuación, tamaños de escaleras, luces de emergencia y
otras medidas que sirven para casos de incendios y temblores con las últimas
tecnologías en diseño estructural sismo resistente.
Y como suele ocurrir, la inversión prevista inicialmente de 250 millones de dólares superó los 400 mil millones de dólares, de los cuales 220 se obtuvieron con la emisión de bonos que realizó Newland International Properties Corp. en 2007, según informaciones de prensa. Según un aviso de Internet del pasado 10 de enero, un inversionista estaba vendiendo los 70 mts cuadrados de su oficina en 360.000 dólares (Si alguno de mis lectores está interesado: precosrealty@hotmail.com)
Para que se hagan una idea
La Trump Ocean Club International es
algo muy similar a edificar 2.500 apartamentos de 100 metros cuadrados en un
sólo edificio, pero con el Top Ten en calidad de acabados propios del magnate
Trump.
Con los 120.000 m3 de concreto que se
usaron se podría construir una carretera de 61 kilómetros de longitud por 50
metros de ancho, y se extendiera todo el cableado utilizado resultaría una
línea correspondiente a 700 kilómetros.
¿Cómo hacer para que esta vela soporte el viento, mantenga el equilibrio y en sus miles de kilómetros de venas del gigante de cemento se movilice y llegue el agua, la electricidad, las comunicaciones etc.? Seguro que en la ciencia, las matemáticas, las ingenierías están las respuestas. También en Jenaro, quien sonreirá y me dirá... "venga le explico"... y se desatará en generosa ilustración. Aún así, como con los aviones, para mí seguirá siendo magia. Pura y dura.
Los rascacielos de Ciudad de Panamá son
dignos de un escenario para las audacias y temerarias acrobacias de Spiderman
7.
Nota. Este texto esperaba desde septiembre de 2010 cuando visité Ciudad de Panamá. Me lo debía y se lo debía a mis amigos JE y CR. En el Menú a la derecha parte superior ección MIS PÁGINAS, hay una página destinada a ver más fotos desde el techo de la Trump. "Desde las entrañas de la Trump", será el siguiente texto y creo, se podrá apreciar mejor esta mega obra.