Santos indicó que estos avances los hacía a partir de tres principios: "aprender de los errores y aciertos del pasado para no crear falsas expectativas, lograr el fin del conflicto no su prolongación, y no ceder ni un solo milímetro del territorio nacional".
Las reuniones exploratorias con las Farc, explicó el presidente, habían terminado con la firma del "Acuerdo General para la terminación del conflicto".
Este Acuerdo es el procedimiento u hoja de ruta para llegar a un "Acuerdo Final que termine de una vez por todas con esta violencia entre hijos de una misma nación", conflicto armado que Santo había reconocido que existe en mayo de 2011.
Han sido casi dos años de avances que se ha sucedió en medio del secretismo y la reserva absoluta, todo lo cuál ha hecho que el poco periodismo interesado en el tema enfrente dificultades de acceder a fuentes e información veraz y completa.
¿Qué debe hacer el periodismo? ¿Cómo debe ser su trabajo sobre este nuevo y urgente intento por terminar casi cincuenta años de muerte, destrucción del tejido y geografía humana de una nación como Colombia?
Estás son algunas opiniones de periodistas y juristas.
Hay que ser mejor periodista que hace 20 años: Miguel Ángel Bastnier
Sentipensantes: ¿Qué papel debe cumplir el periodismo en el diálogo Gobierno Farc para poner fin al conflicto armado?
Absolutamente ninguno. Debe cumplir el mismo papel que ha tenido siempre: explicar por qué pasan las cosas que pasan.
¿Qué eso es bueno para la ciudadanía porque lógicamente eso cree la ciudadanía mejor? Me parece bien. ¿Qué eso contribuirá -a la larga- a que la paz va a ser más rica y más completa? También parece razonable.
El periodismo no está ni para la paz ni para la guerra, sino para tratar que el público tenga la mejor representación posible, más rica y más completa de la realidad. ¿Eso es bueno? Opino que sí. Pero si fuera malo, opino que habría que hacerlo por igual.
Sentipensantes: ¿Lo periodistas tendrían que prepararse para hacer una cobertura más eficiente?
Todos los periodistas tienen que prepararse para
hacer mejor lo que hacen: la guerra, la paz, el amor... lo que sea. Todo.
Evidentemente, en este mundo con una asechanza absolutamente mortal contra la prensa, hay que ser mejor periodista que hace 20
años.
Hacen falta muchos mejores periodistas hoy que hace 25 años. Hay que
tener buenos periodistas, que conozcan la historia de las Farc, que hayan leído
el libro de [Carlos] Pizarro León Gómez, que hablen con todo el mundo, con cualquier
fuente que puedan iluminar algún aspecto.
Un periodista no va a entrevistar
a alguien sin saber quién es. Hay que hacer cosas que no siempre hacemos. Hay algunos periodistas muy buenos en Colombia.
Todo el mundo que haga cobertura de información nacional tendría que estar
preparado para ese tema.
El periodismo es investigación. La agenda propia es la
investigación. No soy partidario de crear cuerpos o equipos específicos porque eso
desmoviliza al resto de la redacción. El medio debe saber a quien contrata.
Sentipensantes: Desde que se filtró la existencia de un diálogo Gobierno-Farc los medios no han hecho otra cosa que buscar romper ese hermetismo. ¿Qué piensa?
Es difícil contestar. Cada sociedad tendrá sus exigencias. Qué lo hagan lo entiendo perfectamente, qué el resultado sea satisfactorio o no es otra historia.
"Piensa en algo que no he dicho y que no digo nunca. Hace unos años estuvo de moda en Europa el pensamiento pobre. El periodismo es el pensamiento pobre. Es todo aproximado, es todo una tentativa, es todo acercarse a algo. Nunca llegas a ninguna parte. Nunca hay ninguna metáfora que llegue. Nunca hay nada seguro. Nunca hay nada cerrado completamente".
El periodismo es un viaje, es un camino… es multiviaje. El periodismo es el recorrido porque no llegas a ninguna parte.
Foto de Bastenier by Bunkerglo a la salida de la Universidad del Rosario, Bogotá. Septiembre 2012.
El periodismo debe saber que están dos adversarios enfrentados negociando: Arturo Guerrero
Sentipensantes: Desde el
punto de vista del contenido informativo, ¿qué hizo mal el periodismo
en El Caguán?
Un análisis del contenido del trabajo periodístico en El Caguán estableció
que, desde el comienzo mismo del anuncio del acuerdo de despeje entre el
gobierno y la guerrilla, la prensa torpedeó el proceso no desde los editoriales
ni de manera explícita, sino desde la información misma.
Entre líneas, de forma
subliminal, creó una atmósfera de duda sobre el despeje. Que los guerrilleros
iban a engañar, que la gente y los ganaderos iban a ser atropellados porque les
iban a robar todo el ganado de la zona. Es decir, hubo un proceso sistemático
de siembra de dudas y de desprestigio del mecanismo que había sido acordado
conjuntamente por las partes.
En segundo lugar, de la misma forma empezó un
trabajo sinuoso de advertencia a la ciudadanía de que no se podía confiar en
las negociaciones de la guerrilla, porque los guerrilleros no negocian sino que
se aprovechan de cualquier posibilidad para favorecer sus intereses.
En tercer
lugar se atacó la participación de la población, que todo debería ser entre las
cúpulas de los negociadores de un lado y del otro para que la gente no se
metiera. En general el trabajo periodístico
que se produjo no fue consciente o que los periodistas se propusieran hacerlo.
Es posible que haya sido resultado de las redacciones o ciertos
aleccionamientos de las directivas que hicieron que los redactores comenzaron a
hacer este tipo de manejos para redactar, editar y componer los textos.
Más que un problema de ética, es un problema de
cómo se está ejerciendo la profesión, de criterios de calidad. No se le proporcionó
a la sociedad una información balanceada, verdadera, sino que se le metió miedo.
Sentipensantes: ¿Qué tendría
que hacer el periodismo en un proceso que se adelantará fuera de Colombia y con
cierta restricción al acceso de la información?
Se está haciendo mucho énfasis el famoso miedo a
que las cosas se divulguen mucho, a que hay que ser prudentes y mantener todo
un poco a la sombra. Eso tiene una parte de sensatez pero si se exagera y se le pone mucho énfasis
a eso nos quedamos solo en eso dejando a la sociedad en un terreno abonado para
los rumores, para que esa “la mano negra”, “los enemigos de la paz” –que sí lo
saben hacer- siembren toda clase de consejas.
Desde este punto de partida la labor de los periodistas
en este nuevo proceso no es la de ser voceros de la paz ni militantes de la paz
porque eso no somos los periodistas.
Lo que debe hacer simplemente es cumplir
las reglas básicas de la calidad y la ética periodística: contrastar fuentes, presentar
las dos caras de la moneda, rigor frente a los hechos y la no especulación.
Un
trabajo así contribuiría a la “producción de la esperanza” que consiste en no
ser abanderados de ninguna causa, ni siquiera la de la paz, sino dejar de hacer
lo que se hizo en El Caguán: dejar de sembrar la no esperanza, dejar de
torpedear las cosas, dejar de decirle a la gente que no crea, dejar de
calificar a la contraparte como malintencionados, etc.
Solamente con ceñirse a los hechos de lo que
vaya pasando, sin el síndrome del enemigo, se ayudaría en la “producción de la
esperanza”.
Sentipensantes: ¿Qué debería
saber el periodista hoy para tener una aproximación rigurosa, clara y generosa para
la comprensión de sus audiencias?
Tendría que saber que están dos adversarios
enfrentados negociando. Eso supone que son distintos, que no piensan igual, que
tienen una historia de 50 años de hostilidad, de altas hostilidades armadas,
violentas y con muerte. Eso hay que aceptarlo y hay que conocerlo.
También,
conocer cuál ha sido la historia del conflicto armado, cuál es su causa, cuál
es su conformación, por qué se ha degradado con el narcotráfico, hasta que
punto esa degradación supone la desaparición completa de los cometidos
políticos de la guerrilla o es apenas en vez de ser el 100% es el 20 o el 30…
Todo eso tiene que saberlo el periodista para no exigir que el resultado de esa
negociación sea según piensa el
gobierno, según piensa la clase dirigente, o los políticos que siempre tienen
la vocería de la opinión pública. Eso no es posible que suceda así.
Habrá que
tragarse sapos, habrá que ceder de un lado y del otro, habrá que bajar los dogmatismos
del un lado y del otro. Si el periodista no sabe qué clase de dogmatismo maneja
las Farc, como es para ellos la famosa dialéctica, el materialismo histórico congelado
y acartonado que no los deja actuar sino de una manera rígida. Si no sabe, si
no conoce ese pensamiento no va a entender muchas de las reacciones de la
guerrilla.
Y por otro lado debe conocer como ha funcionado la clase dirigente
en esta guerra desde los últimos 200 años, desde que se fueron los españoles,
desde Simón Bolívar, sus guerras civiles, sus ninguneos de la clase popular… pues
no va a entender tampoco muchas de las reacciones que se sucedan.
Sentipensantes: ¿Qué papel debe cumplir el periodismo en el diálogo Gobierno Farc para poner fin al conflicto armado?
El papel de los periodistas tanto nacionales como extranjeros debería ser cumplir los principios de la profesión.
Ser neutrales en un asunto tan sensible como un proceso de paz que busca terminar con un conflicto armado de casi 50 años y que aliviará a la sociedad de una lacra histórica.
Esa neutralidad puede lograrse dando el mismo espacio a las dos partes negociadoras y no incurrir en juicios de valor. Eso permitiría difundir a los ciudadanos de Colombia y del resto del mundo, una visión del proceso con las inquietudes de todas las partes.
Otro asunto fundamental es que hay que ser serios en los análisis que se presente sobre el proceso de paz. Huir del sensacionalismo y estar bien informados de los acontecimientos, tanto del presente como del pasado, así como usar un lenguaje correcto y no recurrir al que utilizan las fuerzas militares o los insurgentes, que suele estar cargado de retórica y propaganda.
Si las partes negociadoras no son serias, entonces los medios de comunicación tienen la obligación de contarlo para no engañar a la sociedad.
Sentipensantes: ¿Está el periodismo lo suficientemente preparado para hacer la cobertura requerida, en que debería formarse?
Los periodistas colombianos deberían ser los informadores mejor preparados para cubrir este proceso de paz por las experiencias del pasado. Eso debería servir para evitar los errores cometidos en los procesos anteriores.
Sin embargo, los años de violencia acumulada, la distorsión del conflicto de los últimos años por parte de algunos medios y las experiencias personales, en muchos casos por ser víctimas de la violencia de uno u otro bando, ponen en riesgo coberturas limpias y transparentes.
Los periodistas a veces están contaminados, que esto les impide ser neutrales a la hora de tratar la información proporcionada por las partes que van a negociar la paz.
Sentipensantes: ¿Qué aprendizaje tiene el periodismo de España en la cobertura ETA?
El caso de ETA ha ofrecido una gran experiencia a los periodistas españoles que nos debería servir para manejar el proceso de paz colombiano, con distancia pero también con la sensibilidad de conocer un conflicto cercano.
La realidad es que, a lo largo de historia de ETA, también cargada de violencia, la gran mayoría de los medios españoles tomaeon partido contra ETA y eso les impidió ser neutrales en la cobertura del conflicto, y por tanto ofrecer contenidos de paz a los ciudadanos.
Además, la información sobre ETA casi siempre se originó en fuentes oficiales y no en el grupo armado, que se ha presentado ante la sociedad en distintas formas violentas.
Algunas medidas tomadas en España, como la ilegalización de partidos y el cierre de medios de comunicación del entorno de ETA, también han impedido que la sociedad tuviera información de todas las partes.
Si bien estas experiencias deberían ayudar a los periodistas a la hora de cubrir un conflicto o un proceso de paz, la realidad es que un periodista de una nacionalidad distinta, con visión de corresponsal, puede tener una visión más neutral, pero al tiempo tiene la responsabilidad de informarse en profundidad de los antecedentes.
Lo importante en la cobertura de un proceso de paz no es quedarse con lo superficial, sino ahondar en las informaciones y en los análisis para intentar explicar las causas, la evolución y las consecuencias de un conflicto tan largo. Los medios, sin duda, van a ser el acompañamiento de la sociedad colombiana durante el proceso de paz que se avecina y eso es una gran responsabilidad.
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Foto by Bunkerglo |
Sentipensantes: ¿Qué papel deber
cumplir el periodismo en el diálogo Gobierno Farc para poner fin al conflicto
armado?
El periodismo debe informar y analizar al máximo lo
que se está desarrollando, debe abstenerse de inmiscuirse en los asuntos que
son reservados, que deben ser reservados en procesos de esta naturaleza para
que sean exitosos. Es un doble papel, un papel inmenso.
Sentipensantes: ¿Está la
prensa debidamente formada para afrontar este proceso de diálogo?
Hay en Colombia periodistas, hombres y mujeres muy importantes
formados que sí están en capacidad de hacerlo y hay otros que no. Hay que
apostar a que sean más, a que se hagan sentir más los que sí están capacitados
y formados.
Sociedad debe estar suficientemente ilustrada: Eduardo Montealegre, Fiscal General de Colombia
Sentipensantes: ¿Cuál cree
deber ser el rol del periodismo en el diálogo Gobierno-Farc para poner fin al
conflicto armado?
La misión central del periodismo es
informar conforme a la verdad. Ser equilibrado en la información.
En este
momento van a existir sectores adversos a iniciar un eventual proceso de paz. Por esto, su
gran tarea es presentar con gran equilibrio los puntos a favor y los puntos en
contra.
Uno de los temas centrales es el que la sociedad colombiana este
suficientemente ilustrada de cuáles son los alcances de este eventual proceso,
cuáles son las medidas que se van a tomar, cómo se van a proteger a las víctimas,
cuál va a ser la participación de la sociedad.
Lo fundamental es el equilibrio
y que no se vaya a convertir esto en un espectáculo público.