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domingo, 21 de agosto de 2011

¿Por qué no nos indignamos?

¿Por qué la gente no salió masivamente a marchar contra la corrupción? 
¿Por qué la gente no participa y expresa su rechazo? 
¿Por qué solamente Mockus, Petro y Luna marcharon del lado de la sociedad civil contra la corrupción? 
¿Por qué no estaban en la marcha, masivamente, las víctimas de la corrupción en Bogotá que somos todos los que la habitamos?  
¿Por qué la gente en Bogotá no se inventó un paseo de ciclovía y, disimuladamente, participaba en la marcha? 
¿Por qué no estaban en la marcha, aunque sea en calidad de ciudadanos, Representantes, Senadores y funcionarios que la combaten? 
¿Por qué los medios de información no promovieron la marcha contra la corrupción como cuando promovían las manifestaciones contra el secuestro? 
¿Por qué la gente que en redes sociales promocionó y apoyo la marcha no salió? 
¿Por qué los medios no están del lado de la sociedad civil?
¿Por qué es tan dificil entender que los resursos públicos son sagrados, nospertenecen a todos y debemos defenderlos? ¿Por qué los jóvenes colombianos no se indignan ni en domingo? 
¿Por qué conocidos columnistas de opinión que se indignan en sus columnas (de papel) y comentaristas de especiales de televisión no salieron a marchar junto a los demas mortales ciudadanos? 
¿Por qué no salieron los actores, los maestros, los estudiantes, los empleados, las familias indignadas? 
¿Por qué no nos indignamos?

La caminata que hicieron desde la calle 72 hasta el Parque de la Independencia Antanas Mockus y Gustavo Petro no tenía ningún propósito político, aunque el rédito quizas les signifique algo. Estaban solos, sin asesores o consuetas que les indicarán que hacer o que decir. Trataron hasta lo imposible de pasar desapercibidos, pero la realidad, es que eran los dos únicos personajes y del ámbito de la política presentes. 

Mockus y Petro estaban también indignados, por eso caminaron junto a una exigue ciudadanía indignada. 

El primero ha procurado que los ciudadanos en Bogotá y en el país comprendan que los recursos públicos son sagrados, que No Todo Vale, y que, por tanto, debemos protegerlos, respetarlos e indignarnos cuando los mismos son botín de asalto de aparecidos que fungen y fingen ser políticos.

Al segundo nunca le ha temblado la voz para develar la corrupción de la ciudad. Señaló con natural valentía nombres y apellidos de sus responsables. No solo tiene autoridad moral sino convicción para marchar muy indignado también.

No fuimos muchos los que salimos a expresar nuestra indignación en la “Marcha de los Antifaces21 Ag” que se desarrolló hoy en algunas ciudades de esta colombianada de país. Una iniciativa que lideró el ciudadano Gustavo Bolívar [@Gustavobolivar], punto de partida para que como dice él, hoy renazca la esperanza por un país digno y honesto.

Siempre saldré a expresar que estoy indignada por la corrupción, el crimen, la desigualdad y la injusticia. Seré la voz de los que no tienen voz, pero también, por qué soy esclava de mis principios.

El único actor que estuvo de principio a fin del recorrido fue Gregorio Pernia. Los demás no dieron un paso después de que las cámaras registraran su puntual asistencia. Desaparecieron. La farándula no marchó contra la corrupción. 

Estas son algunas imagenes de la Marcha de los Antifaces21 Ag.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 Fotos by Bunkerglo. Copyright. 

miércoles, 8 de junio de 2011

Constitución Política de 1991: ¿Celebrando qué?

El Bolívar de la Plaza que lleva su nombre. Abril 7 de 2011
Hace 20 años 4 mujeres y 66 hombres elegidos mediante el voto popular, estudiaron, diseñaron y concensuaron en nombre del pueblo un nuevo pacto social y político para el país. 

Esta nueva Carta Política que tomó cinco mese construir se hizo porque algunos pensaron que la que teníamos no servía para buscar la paz, democratizar la vida social y desarrollar y proteger los derechos humanos y fundamentales.

Para lo que vemos hoy no hacía falta tremenda tarea. Desde entonces el crimen esta más organizado que nunca, la corrupción es aún más repugnante y la impunidad sigue imperturbable, incólume como siempre, mandato y pan nuestro de cada día en este territorio. 

Los que se inventaron tremendo desafío - el de la Constituyente-, no fueron ni los parlamentarios y menos aún los partidos políticos y sus líderes que vemos desfilar ufanándose por estos días y que también desde entonces están igual o peor.

Los intrépidos y audaces innovadores son los mismos que hoy están mamados de la violencia y la corrupción, que sienten frustradas sus esperanzas en intentos de fracasadas reformas constitucionales para que cupiéramos todos, con los mismos derechos y oportunidades, pero sobre todo, para conseguir la paz en Colombia. 

Lo apostaron todo. Son los de la “Séptima papeleta” o papalote (?), los mismos o parecidos a los que en el presente encarnan la “Ola Verde”, jóvenes y muchísimos seguidores, seguramente, los hijos del siglo XXI llevando a cuestas el XX sin mayores cambios. 

Día Nacional Contra el Genocidio UP Octubre 11 de 2007
El 11 de marzo de 1990, además de elegir al heredero César Gaviria a la Presidencia de la República ya que no dejaron que fuera Luis Carlos Galán, 5.095.631 de colombianos dijeron con su voto que estaban de acuerdo en convocar una Asamblea Nacional Constituyente tal y como ocurrió ocho meses después.  

Por primera vez mediante el sufragio y sin tinta indeleble, el 9 de diciembrede 1990 los sufragantes eligieron a 70 Constituyentes entre los postulantes de 119 listas para que, en nombre de todos, tramitaran deliberaciones, acuerdos y disensos  de la nueva guía política para todos.

El debate fue entre los dos partidos políticos hegémonicos de siempre, pero además el partido comunista que nunca nadie menciona, el amnistiado, indultado y desarmado movimiento M19 y el de Salvación Nacional desaparecidos ya. También y por primera vez la comunidad indígena y afro descendiente en calidad de minorías, algunas iglesias, gremios, estudiantes, periodistas… Una buena muestra del amplio y rico variopinto paisaje nacional.
Exposición ¡Ya vuelvo! Museo Nacional Marzo 2010
En fin... se juntaron todos. En lo formal toto funcionó a las mil maravillas. Una presidencia colegiada repartida en tres presidentes (Antonio Navarro, Horacio Serpa y Alvaro Gómez), una mesa directiva, no pocas comisiones y subcomisiones, una secretaría y secretarias a granel, asistentes, asesores, oficina de prensa y periodistas, y por supuesto, las reglas del juego para la deliberación en un ambiente de tolerancia y pluralismo               e x c e p c i o n a l e s.

Hicieron tarea. Tiraron por tierra la Constitución de 1886 y crearon la de 1991. Que dizque para que cupiéramos todos. Mujeres, niños, viejos, blancos, mestizos, negros, indígenas, liberales, comunistas, conservadores, de derechas, de izquierda, de centros, agnósticos, cristianos, judíos, amarillos, grises, los del sur, los del norte, del oeste al este… Por fin se cerraría la brecha social, económica, cultural y política entre los excluidos, los pobres y las minorías de toda índole.
El Jaguey, Magdalena enero de 2011
La nueva Constitución haría el milagro: que participaríamos más, iríamos más a las urnas (y no las de cristal de ahora); el Estado sería más legal, más gerente, más eficiente y los gobiernos nunca jamás serían corruptos. 

Pactamos ser una sociedad más co-rresponsable, compasiva, justa, solidaria. Como en España, nos podríamos juntar gentes de derechas con gentes de izquierdas a tomar café en los Valdez - como con mi amigo Juan Manuel Saenz-, sin que fuéramos vistos de manera sospechosa y tampoco nos matáramos. 

La justicia sería digna, rápida y eficiente, así que la Tutela y las Acciones Populares estarían previstas como meros mecanismos que se utilizarían muy ocasionalmente para garantizar derechos y libertades. Tal vez por eso entró en la nueva Carta: no parecía importale a nadie.  

El sindicalismo se convertiría, también al fin, en una opción colectiva en defensa de los derechos de los trabajadores, de la organización y participación política y social. La democracia participativa sería nuestro norte y la fundación de partidos de oposición, de izquierda las más de las veces, serían organismos vivos, dinámicos, crecientes y respetados. Transitaríamos el presente construyendo un futuro prometedor de progreso, de igualdad, de respeto, de soberanía, de armonía, de inclusión… de paz.  Un mar de mermelada, como diría mi amiga la educadora María Victoria Estrada. Claro que sí! ¡El renacimiento de Colombia! ¡La democrática al fin! Refundaríamos la Patria.

Pueblo Uwa llora a sus muertos en Plaza de Bolívar Sep.1 de 2009
Y así fue. Se refundó la patria. La del narcotráfico. La del paramilitarismo. La de la corrupción. En palabras de Claudia López, la mafia creó un nuevo país que es el que tenemos hoy, 20 años después. 

Pasaron de agache con la complicidad de Gaviria, Samper, Pastrana y Uribe y, durante 20 años no han hecho más que cogerse, manosear, abusar y violar una y otra vez la Constitución Política dejando a su paso todo tipo de hijos y engendros a su acomodo. Eso sí, todos al unísono con el mismo propósito (pre-texto?) que en 1991: buscar la tan anhelada paz, democratizar la vida social y desarrollar y proteger los derechos humanos y fundamentales de todos. 

“La inmoralidad que hoy invade todos los estamentos de la sociedad colombiana tuvo su origen en la desarreglada conducta de los congresistas. Si hoy se consultara a los colombianos, la inmensa mayoría, cercana a la unanimidad, se mostraría partidaria de que se cerrara el Capitolio y en sus entradas se pusiera la célebre leyenda de Cromwell: Se alquila esta casa, por merecido desahucio de sus voraces e inescrupulosos inquilinos. Pero, cuidado. Los que merecen ser sancionados con una reforma sustancial que elimine de raíz los vicios del clientelismo, son los congresistas, no el Congreso, que tiene que existir como una pieza maestra, fundamental e insustituible de la democracia”. Escribió un editorialista en El Tiempo pero no de este fin de semana, sino del 9 de diciembre de 1991.

Familias de las víctimas "Falsos positivos" Soacha Mayo 21 de 2010
Tampoco es cierto, como señala El Espectador que “al estancamiento social, por fortuna, no lo ha seguido un incremento de la violencia. Aunque muchos oscurezcan este logro con el final de los 90, época de auge de las guerrillas, expansión del paramilitarismo y del narcotráfico, lo cierto es que la tasa de homicidios en 1991 era de 70 por 10 mil habitantes, en 1999 descendió a 60 y hoy oscila alrededor de los 40. Al igual que la libertad, el orden del país ha mejorado gracias a la Constituyente”. 

En 1991 fueron asesinados 13 periodistas y según el DAS se registraron 46 masacres. Urabá se convirtió “en la bisagra entre un antes y después de la dinámica del conflicto armado en la segunda mitad de los años noventa, permitiendo la consolidación de la estructura paramilitar, despliegue ofensivo de mayor cobertura territorial y con mayor liderazgo político dentro de las Autodefensas Unidas de Colombia: las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU).” 
Así que las armas que dejaban unos (la guerrilla de los 80) las tomaban otros (narcotraficantes y paramilitares). Pero poder no lo han soltado ni unos ni otros desde entonces. Nunca ha sido posible que sean monopolio del Estado. Dos décadas más sin que el conflicto armado interno se resuelva. Cuatro generaciones en 60 años perdidas entre balas, cementerios y lutos sin cuidar.

El poder ciudadano hoy tampoco existe. Es un embeleco. Nadie dice nada. Nadie ve nada. Nadie se subleva más. Nadie se indigna como en otras partes. La injusticia prevalece. La impunidad es la realidad pura y dura. Los privilegios son para los que tienen el poder. El legal y el ilegal económico, financiero y político. El atropello, el abuso y el crimen son las máximas normas, los valores fundacionales. Una sociedad de matoneo y de matones donde se hacen acuerdos privados para feriarse el Estado y sus instituciones en baños, hoteles y moteles. 

Marcha sindical contra Ley 100 - Mayo 24 de 2011
Ok. Admitámoslo. Concedo que por entre las hendijas desvencijadas del remedo de democracia  el respeto a la identidad sexual se viene abriendo camino a sangre y Tutela, también, el libre desarrollo de la personalidad. Y aunque hay mayor libertad religiosa por ser un país Laico (aunque el mismísimo Procurador Genera de la Nación Ordoñez se lo quiera pasar por la galleta), todos los gobernantes de turno hacen de la iglesia católica el credo nacional.  

Como conversaba con @danielruge y quien motivó este Post (en febrero pasado y que hoy 6 de junio reedito), hace 20 años, como ahora, el asunto no era de leyes pero sí de normas. La Constitución Política (1886) que guiaba a la sociedad no era la responsable de la exclusión, de la existencia de la guerrilla, tampoco de las autodefensas, de los narcos y menos de la corrupción. 

Se hizo una nueva Constitución para pactar la paz. ¿Cuál paz? Lo único que ha habido desde 1991 es más y más y más violencia, exclusión y corrupción sinigual. Las FARC siguen ahí. Los narcos también. Los paracos en el Congreso. Los corruptos del sector público y privado devorando con cínica ambición el Estado. No hay partidos de oposición. El Congreso tiene el mismo letrero de entonces: “se vende”. Las minorías afrodescendientes y los indígenas siguen igual o peor. La única norma, la de la Vida, desapareció.

Jardín Infantil Bogotá Loclaidad La Candelaria
En ese momento histérico - más que histórico- al igual que hoy mis argumentos siguen siendo los mismos: no es por la vía de las reformas o de una nueva Constitución que transformaremos nuestra realidad. 

En 1991 hubo mucha pompa y pompas de jabón. "Un circo" montado desde el deseo y no con los pies en la tierra. No eran esas las reformas que necesitábamos en ese entonces (como tampoco ahora), sino las que se siguen aplazando y ya no será posible hacer.

Una reforma agraria que, por vía de "reparar" el sufrimiento de 4 millones de víctimas, recientemente el gobierno de turno tuvo que acometer.  Ahora buscamos expropiar y recuperar la tierra que usurparon a sangre y fuero a dignos campesinos e indígenas, los ganaderos, terratenientes, narcos, paras, políticos... toda esa enjambre de hampones. 

La Constitución del 1991 fue una declaración a la bandera con fotos de primera plana. Letra bella y muerta porque los colombianos capaces y con voluntad humana para enfrentar la exclusión y garantizar el derecho a existir, fueron sometidos a bala y terminaron en las tumba. Todo se "montó" para darle ingreso a la vida civil al M19 (y detrás de ellos al EPL...), pero nada se hizo en serio. Le hicieron conejo incluso a la misma guerrilla que entregó las armas para incorporarse a la vida civil y política.   

Marcha contra Paramilitarismo Febrero 6 de 2008
El espectáculo mediático fue fascinante. Aunque en ese entonces cubría "el acontecer" político para un noticiero de TV, fueron pocas las veces que me asignaron informar sobre el desarrollo de la Constituyente. Mi centro de atención y ocupación fue seguir los no pocos sucesos de violaciones a los DDHH qué, como ahora, se presentaban a granel pero como “hechos aislados” de las FFMM y de Policía. 

Una época en la que estuve de cabeza entre expedientes y documentos que daban cuenta de las mismas espantosas historias de terror. Una sociedad sitiada por los mismos de siempre: ejército corrupto, policía corrupta, políticos corruptos, y la cirminalidad de las FARC, los narcos y el paramilitarismo. 

El terrorismo nos impedía dormir con tranquilidad hasta que nos acostumbramos tanto y tanto, que hoy somos prisioneros de la indiferencia. Por eso el asesinato de Mateo y Margarita en San Bernardo del Viento tan solo nos sacude, pero los de Silvia Mora y Juan Carlos Ariza en Cereté no nos despierta al fin. Tampoco el de la líder comunitaria Ana Fabricia Córdoba.

Creo que los Constituyentes, en general, eran personas bien intencionadas que entregaron un trabajo de óptima calidad. Hace 20 años la Constituyente significó una válvula social importante, una oxigenada, una esperanza (concepto en el que no creo) en medio del terror. Y ya ven como estamos hoy. Un país de víctimas, sin dignidad e indigno, poblado  de viudas y huérfanos sumergidos en la sangre. La divisa es la impunidad. 

Una sociedad sometida a un Estado corrupto hurtado y en poder de las mafias. 

La Constitución Política de 1991 es otro muerto más. ¿Celebrando qué?

sábado, 26 de febrero de 2011

26 de febrero de 2010 demócratas dan estocada a Uribe




La histórica decisión del alto tribunal por proteger a la nación y su democracia de la amenaza de que, por vía de una reforma se institucionalizara una dictadura de Álvaro Uribe Vélez, fue mi primera cobertura periodística para la comunidad social de Twitter el 26 de febrero de 2010. Hoy tengo dos motivos de conmemoración.

El otrora secretario jurídico de Uribe Vélez en la presidencia, Mauricio González, fue quien le anunció al país, a través de cerca de 100 periodistas nacionales y extranjeros y de la Web, en la tarde de este viernes 26 de febrero, el sentido de un Fallo que declaró i n c o n s t i t u c i o n a l la totalidad de la Ley 1354 de 2009, y no por meras irregularidades de forma o procedimiento, sino porque atentaba gravemente contra la democracia. 

El fallo  de la Corte Constitucional tumbaba  la aspiración de Uribe para quedarse un tercer periodo, es decir, por 13 años consecutivos en el poder, marcaría el comienzo de su creciente desprestigio, y también el del proyecto político de la "seguridad democrática" cuyo sustento, en gran medida, fue obra de la propaganda –no de información- de algunos y muy importantes medios de desinformación, entre otros, El Colombiano (Ecos del Ubérrimo), El Tiempo (LeMiento) y RCN (Radio Casa de Nariño RCN.) 

Las ansias de poder de #Alvacrim (mi primer hash), nunca tuvieron límite como lo han ido demostrando en el último año las investigaciones disciplinarias y penales, así como las detenciones, juzgamientos y carcelazos de más de 60 congresistas,  su primis, sus amigotes, casi en su totalidad miembros del partido de la U, funcionarios públicos, etc., por parte de la Fiscalía General, la  Procuraduría, la Contraloría, pues uno a uno han ido cayendo todos  sus coequiperos (o cómplices?) que pretendieron torcerle el cuello a la Constitución y transgredir la ley para continuar legitimando un estilo de gobierno que convirtió la trampa, la corrupción y el delito en actividades lícitas y válidas.

No podía ni quería faltar a la cita en la Corte Constitucional ese día, que para mi, marcaba la primera estocada al mayor enemigo que ha tenido la sociedad colombiana en su reciente historia. 

Quise registrar segundo a segundo lo que ocurría en imágenes. No tenía BlackBerry (de moda), pero sí un poderoso Nokia a través del cual envie muchos mensajes de texto durante todo el día a un colega que estaba fuera y que se encargó de compartirlos en Twitter.  

Llegué sobre las 10 de la mañana y conseguí ingresar al recinto, con mi única acreditación: soy periodista.  

Comencé a encontrarme con los colegas “de la vieja guarda” pocos, pues realmente en su inmensa mayoría eran rostros nuevos y muy jóvenes. 

Todos y todo el tiempo manteníamos una actitud de alerta con la mirada fija en la puerta lateral a la derecha del recinto, a través de la cual ingresaron después los Honorables Magistrados, luego de discutir y deliberar el sentido del fallo, pues la Sentencia en su totalidad la conoceríamos varios meses después. 

Entraban y salían trabajadoras del aseso, policías, perros antiexplosivos hasta limpiadores de vidrios y, desde luego, el jefe de prensa de la Corte que desaparecía bajo la nube de expectantes periodistas que iban y venían en manada.

El lugar estaba a tope. En el segundo piso ya no había espacio para tanta gente y en el primero igual. Moverse del mínimo espacio colonizado durante horas era impensable. Todos queríamos estar en el mejor lugar, con el mejor ángulo y la mejor panorámica de observación para ver el final de una crónica  que había comenzado en el 2007 con el anuncio de la recolección de unas firmas para, por vía de ese mecanismo, ir a un referéndum. 

Todo esto ocurría en el pleno bullicio de la parapolítica, mientras, además, el gobierno de Uribe en manos del Estado colombiano realizaba con sus diligentes hombres en la sombr y del ejército, asesinatos extrajudiciales (los mal llamados falsos positivos) o crímenes de lesa humanidad, cuyos primeros casos que se vinieron a descubrir en el 2008.

Además de periodistas y algunos pocos estudiantes de derecho, también ocupaban el lugar analistas de organizaciones de estudios constitucionales y de universidades para escuchar de viva voz y sin intermediarios la noticia. 

Casi todos jugaban a las cábalas y se planteaban apuestas cuál partido de fútbol de primera división sobre los posibles resultados sobre quién haría y  quien no el único gol. Y de alguna manera había razón, pensaba, mientras recordaba las últimas palabras de algún narrador que siempre decía “y señoras y señores, el tiempo se acaba y esto n o  v a   m á s”. 

No recuerdo que alguien tuviera un periódico o estuviera leyendo un libro. Ni siquiera yo. Un murmullo recorría todos los rincones del lugar que cada vez estaba más caluroso. 
Los medios afuera, al parecer, sabían más que lo que conocían los periodistas que estábamos ahí. 
Los de adentro se tenían que mamar la presión de editores, jefes de redacción y directores que pidieron y exigieron todo el día "avances", esto es, durante 9 horas, de lo que en ese recinto estaba pasando. Y no pasaba nada. Sin embargo, los vi hacer extras y revolcarse en el lodazal de las especulaciones, merced de las insólitas presiones. ¿Pero si no está pasando nada que quieren que diga? Me comentaba un colega  muy molesto y, sin embargo,  igual decía lo mismo que venía diciendo pero de manera distinta, bajo la presión del endemoniado y absurdo arrebato de la competencia por la primicia.

Sobre las 6:35 de la tarde y luego del inocultable estallido de júbilo en las barras del segundo piso del recinto, el presidente del tribunal anuncia el sentido del fallo: la Corte Constitucional declara inexequible en su totalidad la Ley 1354 de 2009. 

Pese a la desventaja de mi altura decido bajar al primer piso, pues quería ver de cerca el semblante de Mauricio González: inconmovible, sentencioso, pálido. Era la máscara de un servil de Uribe Vélez que le anunciaba a su patrón que su aspiración moría. González y Jorge Pretel fueron los dos únicos Magistrados que salvaron su voto. 

Como escribió la periodista Juanita León en su balance de fin de año “lo más importante que pasó en el 2010 es lo que no pasó”. La reelección no pasó y con ello creo, comenzaron las honras fúnebres de un periodo que deshonró las libertades, la vida, la decencia y la civilidad en Colombia. Me deshonró a mí. 

Ese viernes fue de euforia y celebración. El 26 de febrero de 2010 los demócratas dabamos una estocada a la aspiración de Uribe un periodo más. A la salida de la Corte Constitucional una nutrida manifestación expresaba vivas y aplausos. Se respiraba optimismo. Y es que, como decimos con @AntanasMockus no todo es negociable, ni comprable en el país: NO TODO VALE. La Constitución Vive. 

Fotos inéditas tomadas es día by Bunkerglo

martes, 9 de noviembre de 2010

Con noticias así, es una maldición y verguenza humana ser colombiana

La falta de autoridad ética y moral junto con la incompetencia en materia de derechos humanos de @AlvaroUribeVel y su gobierno, quedó en evidencia y fue cuestionada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (también denominado Tribunal de Estrasburgo y Corte Europea de Derechos Humanos con sede en Francia), al proteger los derechos humanos del mercenario israelí de casi 70 años, Yair Klein y con ello impedir su extradición a Colombia para cumplir una condena de 10 años y 8 meses de prisión impuesta por el Tribunal Superior de Manizales en el 2001, por entrenamiento de grupos terroristas y concierto para delinquir según nos recuerda en su noticia @eltiempocom

Seguro que como a muchos, muchísimos más colombianos, especialmente las víctimas de los horrores de Klein, me duele, me rasca y me pica. No salimos del asombro, pero no por cuenta de la decisión de la máxima autoridad judicial para la garantía de los derechos humanos y libertades fundamentales de toda Europa. El desconcierto es por la suprema incompetencia del mentecato, mostrenco e ignaro Pachito (@fsantosRCN), encargado del programa de DDHH del país, que junto con la FGN, la Cancillería, los embajadores en Francia y Rusia, el DAS (bueno, ocupado en otros menesteres al servicio de la empresa autoritario y criminal ya sabemos de quien), y todos cuanto tenían que intervenir como el mismo @AlvaroUribeVel desde agosto de 2007, les quedó grande e imposible la tarea. Pero todavía peor: ayudaron a que no fuera posible extraditar de Rusia al detenido por la Interpol en agosto de 2007 el criminal Yair Klein.

Esta "cortesita" como escuché decir en la radio, desde 1998 trabaja bajo el Protocolo 11 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales. Es un tribunal internacional al que puede acudir cualquier persona que considere haber sido víctima de una violación de sus derechos reconocidos por el Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales. Y esto fue lo que consideró el abogado del Yair Klein: que entre otras, la declaración del entonces Vicepresidente de Colombia de querer extraditar a Klein para "que se pudra en la cárcel" solo ratifica una intención, sino una realidad. Dicho de otro modo: también sabemos que los derechos humanos no son respetados, tampoco, en las prisiones colombianas. Bueno, los derechos de algunos, porque los paramilitares de Uribe gozan de todo tipo de prebendas (celulares, computadores, rumbas, almuerzos, mujeres).

Seguramente el senador del PDA @IvanCepedaCast veía venir que esto ocurriría e hizo un intento en vano.  Pues aunque consiguió en septiembre pasado aprobar una proposición de la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes para que se le solicitara al Gobierno Nacional insistir ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre la extradición a Colombia del coronel israelí  Yair Klein.

Como en Colombia la impunidad no es una excepción sino una norma, una vez más las víctimas de los múltiples crímenes de lesa humanidad cometidos en la década de 1980 por Yair Klein con complicidad, ayuda y participación del ejército colombiano, perdieron otra vez su derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación. Desde ese entonces, el asesinato, las masacres y la desaparición de líderes de la izquierda y de los derechos humanos son víctimas del Estado colombiano.

Con noticias así, es una maldición y verguenza humana ser colombiana.

Fotos by Bun. Marcha contra el paramilitarismo. Bogotá D.C., Febrero 6 de 2008.

jueves, 28 de octubre de 2010

¿Supiste el chiste bogotano sobre trabajar y trabajar y trabajar



El periodismo y la sociedad perdieron a uno de sus más abnegados profesionales del periodismo: Fernando Garavito. No es cierto como han dicho algunos medios de información en Colombia que el periodista era un opositor de Uribe Vélez. Lo que hizo este gran periodista investigativo durante toda su vida profesional, fue hacer seguimiento informativo de las actuaciones públicas de dirigentes y hechos que comprometían los intereses de los colombianos, nada más e ir tras la verdad para revelar con lujo de detalles hechos de suprema cobardía o cínica corrupción. Antes de llegar Uribe Vélez a la presidencia de Colombia, advertía en sus columnas quien era este criminal. El 21 de marzo de 2002 tuvo que salir del país amenazado por los paramilitares (ya sabemos al servicio de quien estaban). No se fue por asuntos profesionales ni de manera voluntaria como informó hoy un desinformado periodista de LaWRadio al medio día de hoy.
En ese entonces siguió escribiendo desde el exilio para El Espectador a donde se había vinculado como columnista desde 1998 como El señor de las Moscas, pero el mismo periódico poco tiempo después de partir, lo censura por su columna "La Vida es una Fiesta" (sobre caso de corrupción Banco del Pacífico) la cual no fue publicada y el periodista retirado de su plantilla de columnistas. El de la decisión fue Carlos Lleras de la Fuente director (1997-2002) del aún diario en ese entonces y por petición directa de Julio Marío Santodomingo.
Creía que todos cabíamos en Colombia y por eso trabajó, por una nueva conciencia. Bajo ese lema e idea, quiso representar a los colombianos en el exterior en una corta y fallida carrera política en las elecciones de marzo de este año.
De tanto en tanto nos cruzábamos un correo y desde que partió formaba parte de su lista de corresponsales para recibir sus palabrejas, como él las llamaba, las personales y las columnas de opinión. Conservó aún su primer mensaje en el que me decía: “desde el viernes a las 7 comenzarás a recibir mis palabrejas. No siempre serán de denuncia. Seguiré la misma pauta de la columna en el periódico, y trataré, a veces, de que nos riamos un poco, aunque la situación sólo esté para llorar y llorar y llorar. ¿Supiste el chiste bogotano sobre trabajar y trabajar y trabajar? Pues fácil. Dice Uribe: trabajar y trabajar y trabajar. Y contesta el país: ¿Y en dónde y en dónde, y en dónde?”.
Conocí a Garavito hace mucho, mucho tiempo. Cuando era una chiquita en el periodismo. Después, más adelante, pude tratarlo como colega, siempre lo reconocí por su templanza, claridad y coherencia entre lo que pensaba, hacía y cómo vivía. Tenía ese insufrible ego de los periodistas doblegado. Por eso era fácil acercarse a él, hablar, consultarlo. Era gente como uno. Tenía el don de la palabra para la prosa, el verso, la conversa, el ensayo, la crónica y la noticia. Lo suyo era escribir y describir, nada más. 
Me da pesar y tristeza su muerte y como murió. Solo. Atravesando un largo desierto en un país que lo acogió, pero que no era el suyo. Quizás se durmió pensando-nos en cómo, día a día, se desmoronaba aún más el país. 
La foto que acompaña este sencillo texto en Memoria de Fernando (tomada el 23 de abril de 2008 en muro de Hotel Aragón en centro de Bogotá) es una recordación de que su exilio no fue en vano. Pudimos continuar leyendo sus profundas reflexiones y hasta mirarnos en su dolor por este país, si bien el precio de todo ello fue su ausencia hoy definitiva. Fernando, contigo estamos seguros de que Uribe, también caerá. 

sábado, 25 de septiembre de 2010

Víctor Julio Suárez Rojas y Álvaro Uribe Veléz: una historia común

Quien no conoce la historia, tiende a repetirla. La venganza existe en el alma de los colombianos. Esta manana escuche en la @lawradio una entrevista con Lucero Suárez, sobrina del #MonoJojoy en la que reveló un hecho en la vida de este criminal ser humano: Jorge Briceno, cuando tenía 14 anos (puedo no recordar bien la edad, pero muy chico), su padre fue asesinado y descuartizado en la época de los chulavitas, dijo esta mujer humilde que no conce a su sobrino porque el ya se había marchado cuando ella nació.

Los chulavitas!! Nada más ni nada menos que los paramilitares del momento, grupos armados irregulares creados por la policía con el respaldo del Partido Conservadores para refrenar la ira e intenso dolor de los seguidores del asesinado Jorge Eliecer Gaitán, y que dejaron muerte, desolación, horfandad, victimas y más victimas en la que due, sin duda la masacre más brutal y sanguinaria con 300 mil personas asesinadas entre 1948/53.

Cuando escuché esto olvidé los otros detalles de la entrevista, (entiendo que esta senora no tiene dinero para reclamar los restos mortales de su sobrino), y no he dejado de pensar en la vengaza como condición humana del colombiano, venganza que se sustenta en la IMPUNIDAD que habita los silencios y los miedos y los duelos no concluidos desde entonces y seguro más atrás. Víctor Julio Suárez Rojas o 'Jorge Briceño' ingresó a la guerrilla para vengar el asesinato de su padre. Y en ello se aplicó. Paso de ser un buen "mensajero", protegido por Manuel Marulanda Velez, conquistó de forma ascedente a sus distintos jefes hasta llegar a ser lo que fue en esta organización: uno de los más sanguinarios colombianos al servicio de las Farc.

Pero entre Víctor Julio Suárez Rojas y Álvaro Uribe Veléz hay una historia común: la venganza contra un "Otro" que les arrebató a su padre. El de Uribe, asesinado por las FARC. Uno, cogió el camino de la guerrilla, guerrilla que surge como resistencia civil, pero armada, para enfrentar el ejército irregular, también armado, pero creado y amparado por el Estado, como en estos tiempos. Los dos utilizaron la capacidad de sus organizaciones FARC - ESTADO para vengar por la vía de las armas, el dolor indescriptible que es el asesinato del padre, del líder, del rey, todo, porque la impunidad se impuso, nunca hubo justicia y sus vidas humanas no fueron reparadas. Dijo Lucero Suárez que lo poco que ella sabe de la historia de su tío, también que sus parientes deben reclamar su cuerpo y darle sepultura. No imagino, después de esta dramática manera de su muerte, vaya a reaccionar su Germán Briceño Suárez, alias Grannobles.

La única manera de terminar con esta espiral de venganza, es terminando con la impunidad, cuando enfrentemos como sociedad, sin dilación y semántica, la verdad, la justicia y la reparación del dolor, del maltrato, de la exclusión del corrar al otro como si fuera menos que menos. Nada.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Carrobomba en Bogotá: una vuelta y dos mandados

Los colombianos en general y en particular los periodistas que vivimos en Bogotá e hicimos la cobertura periodística de la demencial criminalidad terrorista en los últimos años de los 80 y principios de los 90 nos convertimos, por obra de la persistencia, en expertos en identificar autorías materiales y origen de los atentados.
 

Esto nos hace pensar que, por sus características, el acto terrorista en el complejo de edificios sedes de Caracol Radio y la Agencia EFE en Colombia, no pareciera ser cometido por la demencia de las FARC. Tampoco es claro que estuviera dirigido contra la cadena radial y menos aún contra Darío Arizmendi, su director, como nos lo quizo sugerir hoy en su increíble vanidad. 

Como reportera del TeleNoticiero del Medio Día (con la información), viví entre 1989-1990 el período más cruel, sangriento y demencial que haya conocido Bogotá. Los atentados terroristas no sóloe ran diarios, sino que podrían ocurrir dos o tres en el mismo día. Carros bomba explotaba por doquier, todos según los organismos de seguridad de entonces, de autoría del narcotráfico. Nunca se señaló al paramilitarismo de entonces de responsable de alguno, peor seguramente así fue. Antes del asesinato del periodista Guillermo Cano pocos hablabamos en los medios del narcotráfico, pero después de esto y posterior atentado a El Espectador crecieron las voces y el valor, pero también miedo de hoy. 
 
Hay cosas que no se borran de la memoria. Episodios. Entierros. Momentos.


Muchisimos atentados terroristas y asesinatos se cometieron en Bogotá. Recuerdo haber cubierto por lo menos 30 atentados, pero nunca he conseguido olvidar dos en particular. Los que fueorn contra el jefe del Departamento Administrativo de Seguridad DAS Miguel Maza Márquez. Uno ocurrió antes del medio día, como a las 10 de la mañana en la carrera 7 con calle 57 (muy cerca al ocurrido hoy). El otro, en las propias instalaciones del DAS. Grabado como un mal sueño el del avión de Avianca a dónde murió nuestro compañero de estudios del Externado de Colombia y amigo Ricardo Ponce de León. 

En el primer atentado al director del DAS camine dos calles entre partes humanas destrozadas y regadas en la vía. Los ocupantes de uno de los autos que transitaban casi detrás del auto blindado de Maza Marquez eran conocidos míos. Todos murieron. 

Vi la muerte, la destrucción, el espanto en centros comerciales, en CAI, sedes políticas, parqueaderos subterráneos (Hotel Tequendama)... Despertábamos en las mañanas, como hoy, por un bombazo. Las ondas expansivas rebotaban contra los cerros orientales (curiosamente siempre he vivido en los bajos de estas montañas), sonaba inmediatamente mi teléfono (no habían celulares) y la pregunta: Búnker, lo escuchó? o es que andamos muy paranoicos? ¿Dónde cree que fue? La respuesta era la misma. Sí. Fue una bomba, y hasta apostábamos a adivinar donde había sido. 

Creo que desde el 2006 cuando ocurrió el misterioso atentado en la Universidad Militar (del que tampoco sabemos el autor intelectual), no se presentaba algo similar. El de hoy ocurrió lejos de mi casa. No me arrancó del sueño, pero si me regresó a ese tiempo oscuro, doloroso, gris.
 

Fue una especie de una vuelta y dos mandados. Por su características, lugar, hora, cantidad de detónante utilizado y no buscar el daño de personas sino material, responde a lo que ya conocemos hace la extrema derecha, dentro y fuera de las FFMM. 

También, es un claro mensaje utilizando el referente de un medio de información, en este caso , cuya labor informativa se ha caracterizado, en la básica y en FM, por ser independiente. 

Los autores intelectuales quieren que le quede claro a la sociedad y a la ciudadanía democrática "quien manda aquí". Extrañamente no pagarán recompensas por información sobre atentado. Y, aunque quizás no haya sido directamente contra la cadena radial, lo que no se puede desconocer es que ejerce un periodismo más responsable e independiente que otras estaciones y medios.