Cuanto se ataca, persigue y agrede a un periodista, se atenta contra el derecho de
acceso a la información veraz y equilibrada a la que tenemos en toda la sociedad.
Es bien conocido el ataque, seguimiento y persecución de Uribe presidente contra los periodistas que lo controvirtieron, y de manera evidente contra @DCoronell.
Durante los ocho años en función presidencial, y después de que el periodista regresará de un exilio de dos años fuera del país por amenazas contra su vida y la de su familia entre 2007–2010 por parte del Departamento Administrativo de Seguridad #DAS bajo la responsabilidad directa de Uribe presidente, se ejerció de manera ilegal espionaje telefónico y hostigamiento permanente contra el periodista.
Estos hechos que vulneran la libertad de prensa, el derecho a la información, la libertad de expresión y la sagrada privacidad del periodista, son materia de investigación judicial y más temprano que tarde se demostrará su responsabilidad directa.
No fueron pocas las declaraciones y señalamientos que Uribe hizo contra los periodistas a los que llamó “aliados del terrorismo”. Sin embargo, lo que la sociedad no puede tolerar más, y menos los comunicadores y periodistas en un país que se declara democrático, es que un ex funcionario de Estado y subjudice, difame, insulte y ataque a ningún periodista en el ámbito de lo público y tampoco en el privado, por el hecho de que se publique y cuestionen hechos de su responsabilidad que vulneran a la sociedad, a la Nación y al Estado colombiano.
Es inaceptable el lenguaje pendenciero e irresponsable en el espacio mediático de los Twitter de Uribe, no solo porque acusa sin prueba alguna, sino porque además, abre la posibilidad de sostener una comunicación entre iguales y en los mismos términos utilizados por él.
Así como dice “PeriodistaMafioso ahora hace teatro con persecución: sicario moral, mentiroso redomado”, también me permite tener el mismo trato para decirle “ExpresidenteMafioso ahora hace teatro con persecución: sicario moral, mentiroso y triple redomado”, todo lo cual no conduce a nada distinto que a romper el cuidadoso respeto con el que millones de usuarios de la comunidad Twitter se comunica y se refiere, en el caso de Colombia, a sus más urgentes asuntos y preocupaciones.
Uribe puede decir hasta misa, pero lo que no puede hacer es aprovecharse de su condición de ex presidente para lanzar acusaciones y calificaciones sin prueba alguna, nada más, para estar "vigente" en la comunidad Twitter ya que, en apariencia, los medios le dan menos chico. Esto más bien indica, de algún modo, que la justicia está más cerca de confirmar su directo involucramiento en los hechos ilegales del #DAS.
Nunca le funcionó como gobernante, y ahora mucho menos.
Uribe se equivoca de cabo a rabo creyendo que, con insultos e injurias, amedrantará y conseguirá que el periodismo independiente y crítico se callé o ejerza la autocensura. La sociedad no dejará de exigir su derecho a estar informado, tal y como nos lo garantiza con su actividad periodística Daniel Coronell: informando de manera documentada, clara y equilibrada acerca de los asuntos de interés público que son todos los asuntos de la sociedad.
Los ciudadanos colombianos en general y de manera particular los que se interesan por la situación de los periodistas en el país, los periodistas usuarios y miembros de la comunidad de Twitter, rechazamos contundentemente que Uribe Vélez, luego de perder el poder que le otorgaron los medios análogos durante ocho años quiera hoy hacer lo mismo que nos tocó aguantarle como presidente: insultar, amenazar, maltratar, descalificar y acusar de terrorista a todo aquel que piense diferente a él o lo cuestione por sus actuaciones (materia de eterna investigación).
Uribe Vélez no es nada más que un ex funcionario del Estado que debe someterse a la ley, pero también a todas las normas y en Twitter así no le guste, las hay. Tiene derecho a acceder con su @, a la comunidad, a opinar, a hacer balance extemporáneo de su gestión, pero a lo que no tiene derecho es a maltratar a nadie, levantar falsos testimonios, amenazar y mentir contra @DCoronell
No es cierto, como dijo alguna vez, que “quien afecte la libertad de un periodista y quien intercepte es enemigo del gobierno”.
La verdad, Uribe, es que quien afecte y vulnere la libertad de expresión y el derecho a informar de un periodista o de cualquier ciudadano, es claramente enemigo de la sociedad y la democracia no solo colombiana, sino del mundo, y el mayor violador de derechos humanos que son universales.
NOTA FINAL.
Es bien conocido el ataque, seguimiento y persecución de Uribe presidente contra los periodistas que lo controvirtieron, y de manera evidente contra @DCoronell.
Durante los ocho años en función presidencial, y después de que el periodista regresará de un exilio de dos años fuera del país por amenazas contra su vida y la de su familia entre 2007–2010 por parte del Departamento Administrativo de Seguridad #DAS bajo la responsabilidad directa de Uribe presidente, se ejerció de manera ilegal espionaje telefónico y hostigamiento permanente contra el periodista.
Estos hechos que vulneran la libertad de prensa, el derecho a la información, la libertad de expresión y la sagrada privacidad del periodista, son materia de investigación judicial y más temprano que tarde se demostrará su responsabilidad directa.
No fueron pocas las declaraciones y señalamientos que Uribe hizo contra los periodistas a los que llamó “aliados del terrorismo”. Sin embargo, lo que la sociedad no puede tolerar más, y menos los comunicadores y periodistas en un país que se declara democrático, es que un ex funcionario de Estado y subjudice, difame, insulte y ataque a ningún periodista en el ámbito de lo público y tampoco en el privado, por el hecho de que se publique y cuestionen hechos de su responsabilidad que vulneran a la sociedad, a la Nación y al Estado colombiano.
Es inaceptable el lenguaje pendenciero e irresponsable en el espacio mediático de los Twitter de Uribe, no solo porque acusa sin prueba alguna, sino porque además, abre la posibilidad de sostener una comunicación entre iguales y en los mismos términos utilizados por él.
Así como dice “PeriodistaMafioso ahora hace teatro con persecución: sicario moral, mentiroso redomado”, también me permite tener el mismo trato para decirle “ExpresidenteMafioso ahora hace teatro con persecución: sicario moral, mentiroso y triple redomado”, todo lo cual no conduce a nada distinto que a romper el cuidadoso respeto con el que millones de usuarios de la comunidad Twitter se comunica y se refiere, en el caso de Colombia, a sus más urgentes asuntos y preocupaciones.
Uribe puede decir hasta misa, pero lo que no puede hacer es aprovecharse de su condición de ex presidente para lanzar acusaciones y calificaciones sin prueba alguna, nada más, para estar "vigente" en la comunidad Twitter ya que, en apariencia, los medios le dan menos chico. Esto más bien indica, de algún modo, que la justicia está más cerca de confirmar su directo involucramiento en los hechos ilegales del #DAS.
Nunca le funcionó como gobernante, y ahora mucho menos.
Uribe se equivoca de cabo a rabo creyendo que, con insultos e injurias, amedrantará y conseguirá que el periodismo independiente y crítico se callé o ejerza la autocensura. La sociedad no dejará de exigir su derecho a estar informado, tal y como nos lo garantiza con su actividad periodística Daniel Coronell: informando de manera documentada, clara y equilibrada acerca de los asuntos de interés público que son todos los asuntos de la sociedad.
Los ciudadanos colombianos en general y de manera particular los que se interesan por la situación de los periodistas en el país, los periodistas usuarios y miembros de la comunidad de Twitter, rechazamos contundentemente que Uribe Vélez, luego de perder el poder que le otorgaron los medios análogos durante ocho años quiera hoy hacer lo mismo que nos tocó aguantarle como presidente: insultar, amenazar, maltratar, descalificar y acusar de terrorista a todo aquel que piense diferente a él o lo cuestione por sus actuaciones (materia de eterna investigación).
Uribe Vélez no es nada más que un ex funcionario del Estado que debe someterse a la ley, pero también a todas las normas y en Twitter así no le guste, las hay. Tiene derecho a acceder con su @, a la comunidad, a opinar, a hacer balance extemporáneo de su gestión, pero a lo que no tiene derecho es a maltratar a nadie, levantar falsos testimonios, amenazar y mentir contra @DCoronell
No es cierto, como dijo alguna vez, que “quien afecte la libertad de un periodista y quien intercepte es enemigo del gobierno”.
La verdad, Uribe, es que quien afecte y vulnere la libertad de expresión y el derecho a informar de un periodista o de cualquier ciudadano, es claramente enemigo de la sociedad y la democracia no solo colombiana, sino del mundo, y el mayor violador de derechos humanos que son universales.
NOTA FINAL.
El 22 diciembre pasado escribí en Twitter el Post titulado "Uribe se pasó otra vez de la raya con @DCoronell" (by @Bunkerglo), el cuál reproduzco aquí. Junto con otros tutiteros y de manera espontanea, promovimos y participamos el lunes 27 en la maratón de solidaridad de trinos bajo el hashtag #apoyoacoronell, y en rechazo a los continuos ataques contra el periodista por parte de A. Uribe Vélez y algunos de sus seguidores. También se creó, bajo el mismo hashtag, un grupo de apoyo en facebook en la misma semana previa a la maratón. La participación fue contundente a favor del periodista. En 60 minutos se producían 1900 trinos, es decir, un twett por cada dos segundos, según explicaba en un comunicado de prensa uno de los tuiteros convocantes. El caso de Daniel Coronell se convirtió en trend#1, es decir en el primer tema de interés en Colombia para la comunidad twitter. Incluso días después de pasada la maratón, el periodista es motivo de solidaridad por parte de esta comunidad. Si considera que otros más deban leer esta reflexión de apoyo a @DCoronell haga RT y siéntase en la
libertad de fijarla en su Blog si lo tiene.